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Berna quiere llegar a Mercurio

Las dos sondas llegarían a Mercurio en el 2011. ESA

Europeos y japoneses enviarán dos sondas al primer planeta del sistema solar, hacia el 2011. La misión podría incorporar tecnología desarrollada por investigadores berneses.

La Universidad y la Escuela Profesional de la capital trabajan en su detector de partículas. Para ello cuentan con un supercomputador conectado a otros 200 más “pequeños”.

Aún nada está decidido oficialmente. Pero en noviembre, las agencias espaciales Europea y Japonesa deberán escoger a sus socios para esta misión hacia Mercurio.

La Universidad de Berna tiene muchas razones para creer en una participación. “Sin falsa modestia, nuestro Instituto de Física es reconocido mundialmente como líder en instrumentos de detección de partículas”, declara Peter Wurz, investigador de este centro de estudios.

Con sus colegas de la División de Investigación Espacial y Planetología, el profesor de Berna ya ha trabajado en el espectómetro Rosina, instalado en la sonda europea Rosetta que se desplazó hacia el cometa Churyumov-Gerasimenko.

En el momento del encuentro, previsto para mayo de 2004, este instrumento permitirá a los físicos averiguar más sobre la composición de la cola del astro.

Un cinturón invisible

Mercurio, el primer planeta del sistema solar, comparte con la Tierra la particularidad de generar un poderoso campo magnético alrededor de sí, hecho que no se registra en Venus ni Marte, los otros planetas rocosos de la galaxia.

Una de las tareas de la misión será descubrir la composición de este “cinturón invisible”, dotado de fuertes cargas de electricidad. “Para poder llegar al planeta, los espectómetros deben determinar la naturaleza, dirección, masa y energía de las partículas que capturen”, explica Peter Wurz.

Si las agencias espaciales aceptan la propuesta de Berna, el Instituto de Física no construirá solo los instrumentos. También intervendrán socios italianos, suecos y japoneses.

200 computadores que nunca se apagan

Pero a la espera de la decisión, hay que afinar los cálculos. “Y se nos pide hacer siempre más por menos”, matiza Peter Wurz.

Para llegar a concebir la máquina más pequeña, la menos pesada, la que demande menos energía, pero que trabaje bastante, hay que probar miles de combinaciones posibles.

Así, el viernes pasado, los responsables de las dos instituciones inauguraron la red de 200 ordenadores personales de la Escuela Profesional, Artesanal e Industrial de Berna, la cual podrá funcionar durante los períodos vacacionales.

Esta colaboración permite a la Escuela afinar sus destrezas informáticas. En el Instituto de Física, el sistema ofrecerá una amplia posibilidad de cálculo a gran velocidad.

Un viaje difícil

Los investigadores deberán acelerar su ritmo si su proyecto pasa la fase de selección. Aunque el lanzamiento de las sondas no estará previsto para antes del 2009 o incluso comienzos del 2012.

La misión, bautizada como BepiColombo en homenaje al astrónomo italiano interesado en Mercurio, será la primera entre europeos y japoneses en dirección al primer planeta del sistema.

El mes anterior, Estados Unidos lanzó una sonda hacia Mercurio. Una misión de este país, la Mariner 10, entre 1974 y 1975, fue la primera en sobrevolar el planeta, muy difícil de observar por su proximidad al sol.

Para lograrlo, una nave espacial debe aprovechar primero la gravedad de Venus para reducir su velocidad. Después, hacer lo mismo con la de Mercurio, para no ser absorbida por la masa solar. La fuerza de sus motores no sería suficiente para evitarlo.

Un mundo de misterios

Estas dificultades son la razón por la cual Mercurio no ha sido estudiado lo suficiente hasta ahora. El planeta, apenas más grande que la Luna, gira rápidamente alrededor del Sol, en 88 días.

Pero el movimiento sobre su propio eje es lento. Así, un día mercuriano dura dos años terrestres. Y la cara expuesta al Sol puede alcanzar temperaturas de 470 grados, mientras que en el lado oculto puede descender a –180.

En su viaje, la Mariner 10 pudo fotografiar menos de la mitad de la superficie mercuriana. Por eso, los científicos esperan con gran curiosidad las imágenes de las sondas más recientes.

Los nuevos viajes permitirán responder preguntas como el origen del campo magnético, la extraña densidad de este planeta, el segundo más pequeño pero el más pesado de la galaxia, y finalmente la eventual presencia de agua congelada en el fondo de sus cráteres.

Por otra parte, los astrónomos observan desde hace mucho tiempo que Mercurio no responde exactamente a las leyes de Newton.

Las misiones futuras permitirán, asimismo, releer las leyes de la relatividad formuladas por Einstein.

La masa gigantesca del Sol hace que el trayecto del planeta se distorsione. A semejanza de lo que ocurre con otras estrellas, el astro Rey introduce en el sistema “una curvatura entre espacio y tiempo”.

Y esto no es ciencia ficción…

swissinfo, Marc-André Miserez
(Traducción: Iván Flores Poveda)

Mercurio es el primer planeta del sistema solar y el segundo más pequeño, después de Plutón.
No tiene atmósfera y su superficie llena de cráteres le asemeja a la Luna.
Por sus temperaturas que van de los -180 a los 470, es un lugar hostil para la vida.

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