Perspectivas suizas en 10 idiomas

Como pez en el agua

Biberstein es el primer municipio suizo que opta por una piscina pública ecológica. imagepoint

Un estanque en un jardín, entre ninfas y plantas acuáticas, en el que se puede nadar en unas aguas cristalinas y sin cloro. El concepto de piscina natural seduce cada vez a más suizos.

Por ahora son, sobre todo, personas quienes optan por estas infraestructuras, que requieren más dinero y cuidado que las piscinas tradicionales. Sin embargo, varios municipios comienzan a dotarse de piscinas ecológicas.

¿Quién no ha soñado, cuando el calor aprieta, con darse un chapuzón en un pequeño lago de montaña, en plena naturaleza, y cuyas aguas cristalinas exentas de sustancias químicas no irritan los ojos de los bañistas?

Ya es posible sin moverse de casa. Basta optar por una piscina ecológica, un sistema extendido sobre todo en Austria y Alemania, pero que en los últimos cuatro o cinco años ha ganado adeptos también en Suiza.

Otro tipo de estanques

En el caso de las piscinas tradicionales hay que excavar un agujero en el suelo, cubrirlo de azulejos y llenarlo de agua clorada. En las ecológicas, en cambio, la depuración se produce gracias a una acción natural de las plantas.

Así, hay que recrear un verdadero biotopo en el jardín, con una zona principal acondicionada para el baño o a la natación y otra superficie destinada a las plantas acuáticas que se necesitan para la purificación de las aguas. Las dos piscinas son totalmente distintas, por lo que no se corre el riesgo de zambullirse en el agua entre un montón de plantas, insectos y renacuajos.

“El sistema funciona en un circuito cerrado”, explica a swissinfo Othmar Marbacher, de Jardins Naturels, empresa de Chavornay (cantón Vaud), especializada en la construcción de piscinas biológicas. “Una bomba bombea el agua de la piscina de natación al estanque de regeneración, donde se filtran las impurezas por la acción natural de las plantas acuáticas, los microorganismos y de la microfauna. El agua vuelve luego al área destinada al baño perfectamente nítida y sin aditivos químicos”.

Más allá del aspecto ecológico, las piscinas biológicas tienen una ventaja arquitectónica, ya que se integran de forma más armoniosa en el paisaje circundante que las piscinas tradicionales de cemento. Además, no se necesita vaciarlas al final del verano. Es más: si en invierno las temperaturas bajan mucho y el agua se congela, pueden ser acondicionadas como pistas de en casa.

En Suiza

En veinte años, se han construido cerca de 1.500 estanques de este tipo en Suiza. Son sobre todo personas privadas quienes han optado por esos oasis verdes en medio de su jardín.

Pero este concepto interesa cada vez más al sector hotelero, que ve en la alternativa ecológico-decorativa de las piscinas biológicas un buen elemento de promoción turística. El Park Hotel Waldhaus, de Flims, en el cantón de los Grisones, por ejemplo ha optado por este tipo de estanque.

En cambio, las estructuras públicas de este género se cuentan con una mano y las pocas que existen están en la Suiza de expresión alemana.

Pionero en el sector es el municipio de Biberstein, en el cantón de Argovia. Fue el primero que en 1999 escogió esta solución. Su estructura, con capacidad para 300 bañistas, costó 600.000 francos suizos.

Gastos de mantenimiento

El coste es justamente el talón de Aquiles de las piscinas ecológicas. Dependiendo los materiales utilizados, la construcción de estos estanques cuesta cerca de un 20% más que una piscina tradicional. Quienes quiera una piscina natural en casa, tendrán que desembolsar por los menos 60.000 francos.

Sin embargo, como subraya la sección tesinesa del WWF de la Suiza italiana en el folleto ‘SOS agua, para un futuro sin despilfarros’, nos ahorramos los gastos en productos químicos. Y, como no hay que vaciar la piscina en invierno y volver a llenarla a comienzos de temporada, también se ahorran miles de litros de agua al año.

En lo que respecta el mantenimiento, las piscinas ecológicas requieren un cuidado constante durante todo el año, especialmente en la temporada de mayor uso: “Además de eliminar regularmente las hojas muertas y cortar las flores marchitas, hay que limpiar con el robot el fondo y los laterales de la piscina un par de veces al mes”, explica Marbacher.

El empresario puntualiza, no obstante, que no se necesita recurrir a un profesional para el mantenimiento de la piscina natural. “Basta que a uno le guste la jardinería y disponer de tiempo para dedicarse a ella. No es mucho pedir, si uno pretende tener la conciencia ecológica tranquila”, concluye.

swissinfo, Anna Passera
(Traducción del italiano: Belén Couceiro)

Werner Gamerith construyó la primera piscina natural en 1983 en Austria. Esta moda se extendió a los países germánicos.

Se estima que desde 1983 se han construido más de 20.000 piscinas biológicas en Austria, 8.000 en Alemania y 1.500 en Suiza (sobre todo en la región germanófona).

Pero también existen en Italia, Bélgica, Holanda, Hungría, Francia, Rusia, Chile y Costa Rica.

Las plantas en los estanques de regeneración restablecen el equilibrio ecológico en el estanque destinado al baño,

– absorbiendo los metales pesados
– filtrando el agua,
– absorbiendo sustancias nutritivas y los compuestos orgánicos tóxicos.

En cumplimiento de los estándares JTI

Mostrar más: SWI swissinfo.ch, certificado por la JTI

Puede encontrar todos nuestros debates aquí y participar en las discusiones.

Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.

SWI swissinfo.ch - unidad empresarial de la sociedad suiza de radio y televisión SRG SSR

SWI swissinfo.ch - unidad empresarial de la sociedad suiza de radio y televisión SRG SSR