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La crisis en Japón no detonará una recesión mundial

Pese al terremoto que arrasó Japón, los efectos de la catástrofe sobre la economía mundial serán limitados. Keystone

Las economías mundial y europea se verán imperceptiblemente tocadas por los efectos de la compleja coyuntura que vive el archipiélago asiático. Japón, por su parte, compensará en 2012 el retroceso de este año.

En el caso suizo, la economía estará a salvo de contagios, pero la Federación de la Industria Relojera Suiza anticipa una reducción temporal en la demanda nipona de artículos de lujo de fabricación helvética.

El futuro de Japón, la tercera economía más poderosa del orbe después de Estados Unidos y China, es aún incierto. Está claro que dejó atrás el dinamismo de 2010, un año en el que el PIB creció un 3,9%, su mejor dato en dos décadas.

El terremoto del pasado 11 de marzo, el posterior tsunami y los riesgos aún no conjurados de una catástrofe nuclear en Fukushima podrían entrañar costos que los expertos cifran entre 1 y 2 puntos del PIB nipón. Y Asia se verá contagiada por este efecto

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Sin embargo, la economía mundial está a salvo. No existe riesgo alguno de una nueva recesión provocada por Japón. Y Europa y Suiza, en particular, conforman una de las regiones menos vulnerables.

Impacto limitado

En la actualidad, Japón representa el 6% de la actividad económica mundial, razón por la que su impacto sobre el PIB global es limitado, explica a swissinfo.ch, Roberto Ruiz Scholtes, jefe de Estrategia de UBS Wealth Management España.

“Ciertamente, la economía nipona crecerá menos de lo previsto en 2011. Concretamente, estimamos que avanzará 1% en lugar del 1,5% previsto, pero simultáneamente hemos revisado al alza la estimación de crecimiento de 2012, que debido al proceso de reconstrucción que seguirá a los desastres naturales, será del 2,5% en 2012, en lugar del 2,1% previsto”.

¿Qué impacto tendrá esto para la economía mundial y para la helvética en particular?

Los efectos serán muy limitados, asegura el experto. En el peor de los escenarios, la coyuntura de emergencia que vive Japón podría reducir una décima el crecimiento de la economía mundial. No más.

Y en el caso de Europa y Suiza, el efecto es aún menor, sostiene y explica que sólo el 3,5% de las exportaciones suizas se dirigen a Japón, y la proporción se reduce para la Unión Europea (UE), que canaliza sólo el 1% de sus ventas al exterior a este país, razón por la que el estado de emergencia que enfrenta Japón no afectará en absoluto el crecimiento del Viejo Continente.

Credit Suisse comparte la visión de UBS y añade que, incluso ante el escenario más oscuro –en el que se registraran estragos nucleares de envergadura-, la economía nipona crecería sólo un 0,5% en 2011; lo que implicaría un sacrificio para la economía mundial de dos décimas (0,20% del PIB global).

Sectores vulnerables

El panorama anterior es alentador para las economías ajenas a Asia, pero existen algunos sectores que serán más vulnerables.

De acuerdo con Roberto Ruiz Scholtes, el impacto más importante lo concentrará la interrupción en la cadena de suministros de bienes tecnológicos, ya que las empresas internacionales de ‘hardware’ cuentan con los inventarios que les legan de Japón.

Por lo tanto, la interrupción en los suministros de componentes electrónicos tendrá forzosamente un costo.

Al respecto, el grupo financiero estadounidense Merrill Lynch, alertó el pasado viernes (18.03) sobre los riesgos de la citada interrupción en la línea de producción de las empresas tecnológicas japonesas, que son responsables de entre el 60 y 70% de abastos de microcomponentes de muchos fabricantes de Asia, especialmente en el mercado de Taiwán.

En el reverso de la moneda, el que concierte a la demanda japonesa, la depreciación del yen derivada de la política seguida por el Banco de Japón durante los últimos 10 días, tendrá un impacto obligado sobre el consumo del país.

UBS estima que la importación de artículos de lujo, relojería y el turismo nipón en Europa se verán afectados, pero insiste en que será un efecto temporal, que muy probablemente desaparecerá en 2012.

Relojeros suizos

Consultado por swissinfo.ch, Jean-Daniel Pasche, presidente de la Federación Relojera Suiza (FH) refirió que Japón representa el 5% de las exportaciones helvéticas de relojes.

“Esto le convierte en el séptimo mercado más importante para nuestros productos”, dijo.

Afirmó que el 2010 fue un año muy positivo para la venta de relojes y las cifras del primer bimestre de 2011 confirmaban la misma tendencia.

La situación de emergencia que vive Japón entrañará un obligado repliegue en la demanda de los artículos de lujo y los relojes.

Sin embargo, en opinión de Pasche “aunque está considerado que este efecto se registrará, aún no es posible estimar la magnitud de la caída en la demanda. Será a finales de abril cuando tengamos datos precisos sobre el comportamiento de las ventas en marzo”.

El presidente de la Federación Relojera Suiza explicó, no obstante, que para reducir la vulnerabilidad de Suiza con respecto al mercado japonés, o cualquier otro país en especial, el sector trabaja desde hace años en la diversificación.

En Asia, señaló, China, Hong Kong y Japón son claramente nuestros mejores clientes, pero los avances son interesantes en destinos como Indonesia o Vietnam, y también trabajamos en desarrollar la presencia de la relojería helvética en Europa del Este y Latinoamérica.

Mercados volátiles

A diferencia de la actividad industrial, donde habrá un tropiezo temporal que se corregirá en 2012, los mercados financieros anticipan nuevos episodios de volatilidad.

Un análisis elaborado por el Banco Sarasin para sus inversores y firmado por el jefe de Estrategia de la institución, Philipp Baertschi, refiere que “varios trimestres serán necesarios para que (el Nikkei) recupere los precios previos a la catástrofe. De hecho, al menos un semestre”.

Cabe recordar que durante las dos jornadas posteriores al terremoto y al tsunami, el mercado de valores japonés perdió más de un 17%.

Baertschi coincide, no obstante, con UBS y Credit Suisse en que en el terreno económico los daños serán limitados.

Asia será la región más afectada por cercanía geográfica y por la interacción que tiene con el resto de las economías de la zona. Por ello, anticipa Sarasin, es posible que los bancos centrales asiáticos se vean obligados a suspender el ciclo de rigor monetario que mantuvieron recientemente. “Y sus homólogos occidentales reflexionarán dos veces antes de decidir un alza en las tasas de interés”.

Toda decisión de repuntes en los tipos de interés lleva implícita una señal de freno a la inflación, pero también implica un dique a la actividad económica.

Panorama incierto que cambiaría conforme el futuro de Japón se esclarezca.

La economía japonesa ha vivido dos décadas de estancamiento o de franco retroceso.

A finales de los 80, el país construyó una burbuja inmobiliaria que estalló a principios de los 90, lo que provocó una crisis económica general.

El gobierno puso en marcha un programa de estímulos fiscales e inversión pública que ayudó, pero no resolvió la recesión en los 90.

Japón inició también un proceso de deflación –una reducción sostenida de los precios- que estragó a muchos sectores productivos.

No fue hasta 2005 que la economía se recuperó ligeramente, una tendencia que se confirmó durante tres años. Sin embargo, la recesión posterior a la crisis de los ‘subprime’ –iniciada a finales de 2008- volvió a golpear al país.

En 2009, el PIB cayó un 5,2%. Producto de la recuperación de la actividad económica, 2010 se había convertido en su mejor año en dos décadas con un crecimiento del PIB del 3,9%.

El presente año nuevamente perderá ritmo debido al terremoto y al tsunami de marzo.

Aun cuando la bolsa de valores nipona, consiguió un avance del 2,7% el viernes pasado, acumuló una pérdida de 10,2% durante la semana. Y los expertos prevén que la volatilidad continúe.

No obstante, y para coadyuvar al equilibrio, los bancos centrales del G-7 realizaron una acción coordinada (18.03) para estabilizar al yen y a las bolsas mundiales, justamente a través de ventas masivas de la divisa japonesa.

Una acción que se sumó a la que ya había realizado el Banco de Japón, que había comprado alrededor de 17.000 millones de euros –pagando con yenes.

Nuevamente, el objetivo era inyectar yenes para evitar la escalada que contra esta divisa estaban provocando los especuladores.

Suiza y Japón firmaron un tratado de libre comercio (TLC) en 2009. Y Japón es la séptima economía más importante para las exportaciones helvéticas

La economía helvética exporta sobre todo productos farmacéuticos, químicos y joyería a los consumidores nipones. Y también le compra maquinaria y productos químicos.

La Oficina Federal de la Salud Pública confirma que, por el momento, Suiza no tiene previsto tomar ninguna medida de seguridad para retirar del mercado productos alimentarios de origen japonés.

Por el momento, todos los bienes que se comercializan fueron importados (algas, soja, arroz) antes de los riesgos nucleares que enfrenta este país.

Suiza exportó productos a Japón por poco más de 7.300 millones de francos suizos en 2010; e importó bienes por 3.600 millones de francos suizos.

El PIB japonés registró un valor nominal de 5,4 billones de dólares en 2010.

El costo de los estragos del seísmo y el tsunami podrían alcanzar los 100.000 millones de dólares.

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