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Turismo en Albania: un sitio con potencial

Mayo 2013 en Vlora: ¡todo está listo para irse a la playa! swissinfo.ch

Tras varias décadas de aislamiento, Albania es recién desde hace 20 años un país abierto que quiere establecerse como destino turístico. Pero el pequeño Estado de los Balcanes es aún bastante desconocido y todo lo contrario de hotspot turístico, pese al creciente número de visitantes.

“Albania no está todavía en el radar, pero tiene un gran potencial con sus hermosas costas, su historia, sus ruinas milenarias y su naturaleza intacta”, señala Alexander Wittwer, embajador de Suiza en Tirana desde enero pasado.

Albania tiene posibilidades, pero también una fama desfavorable que la asocia con la corrupción, la criminalidad o la vendetta cruenta.  Por eso no sorprende que no esté entre los destinos turísticos ofrecidos actualmente por las dos grandes agencias de viajes suizas: Kuoni y Hotelplan.  “La demanda es poca y el interés, mínimo”,  es la respuesta al respecto. Lo que hay son algunos viajes especiales de senderismo, culturales y de estudios. No obstante, el número de visitantes suizos ha aumentado de 6.000 registrados en el 2005 a más de 40.000 en el año pasado.

La afluencia de visitantes más notable es la de los países vecinos, Kosovo, Macedonia y Montenegro. Aunque también se suele encontrar, a menudo en grupos, a viajeros de Grecia, Italia, Alemania, Polonia y otros países y de vez en cuando ancla un crucero junto a la rivera albanesa. En cambio es muy raro ver a viajeros individuales, incluso después de que la guía turística Lonely Planet 2011 declarara a Albania como uno de los destinos turísticos ponderados.

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Testigos de la Guerra Fría

Este contenido fue publicado en Por miedo a invasiones desde el exterior, el régimen estalinista construyó en los años 1970 y 1980, cientos de miles de búnkeres en acero y hormigón. Hoy en día ya no se utilizan para fines militares. Una parte de ellos fueron retirados y destruidos, otros se deterioraron con el paso del tiempo o quedaron cubiertos…

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Baches imprevisibles y personas amables

Quien pretenda descubrir el país con el transporte público debe ejercitar su paciencia, pero a cambio capta mucho de la vida de la gente. Los ferrocarriles circulan en pocos tramos cortos y con lentitud; la red de autobuses y minibuses es amplia, aunque a veces no hay horarios disponibles. Y si alguien se desplaza en automóvil particular debe tomar en cuenta la desigualdad de las carreteras, llenas de baches, especialmente en las rutas rurales. Incluso las aceras tienen defectos: los agujeros abiertos y las obras sin protección pueden provocar tropiezos de los transeúntes.

Pero esas incomodidades se olvidan pronto al encontrar gente amable, colaboradora, curiosa e interesada en asistir a los visitantes. Se puede ver pastores en camino con sus ovejas o cabras; pescadores vendiendo su captura en el borde de la calle; personas mayores labrando el campo con sus manos, llevando leña o paja en mulos, y mucho más. La comida es buena y barata; los hoteles, generalmente limpios y económicos, y los paisajes fluviales y de montaña: fascinantes.

Año 2005/año 2012

Suiza: 6.150/42.546

Kosovo: 336.322/1’708.743

Macedonia: 141.160/399.281

Grecia: 47.776/225.175

Montenegro: 105.636/186.536

Italia: 62.520/147.018

Gran Bretaña: 33.163/78.593

Alemania: 23.391/70.060

EEUU.: 30.108/58.621

Francia: 9.984/30.128

Austria: 6.230/22.562

Mercedes y hormigón

Lo que salta a la vista de un recién llegado a Albania es la enorme cantidad de automóviles Mercedes en los pueblos y las ciudades.  Ante tal densidad es inevitable preguntarse quiénes pueden permitirse vehículos tan caros en uno de los países más pobres de Europa y, en todo caso, cuántos de ellos fueron robados. En cierto modo, la gente da la impresión de gozar una necesidad postergada, dado que cualquier tipo de transporte particular estaba prohibido en los 40 años de dictadura de Enver Hoxha.

Tampoco pasan desapercibidos los diversos tamaños de los bloques de hormigón que el régimen hizo construir en todo el país durante los años 70 y 80 por temor a los intrusos. Aún quedan vestigios de la Guerra Fría en las playas y las montañas o entre las casas. Serían más de cien mil en total.

Y en la actualidad también se emplea mucho hormigón: Albania se muestra como una gran obra en desarrollo. Por todas partes surgen rutas y autovías; en las costas y ciudades se construyen edificios de muchos pisos, aunque no todos llegan a ser concluidos por falta de dinero o por tratarse de una construcción ilegal suspendida por el Gobierno. Y esos opacos esqueletos de hormigón desfiguran la belleza del paisaje.

Las naturaleza y el paisaje son también estropeados por los depósitos de basura en sitios pintorescos; en los ríos, el campo y detrás de las casas se encuentran bolsas de plástico y desperdicios de todo tipo. A eso se suma el mal olor que despide la quema en los vertederos de basura, cuya dirección determinada por el viento ha obligado en ocasiones a cerrar las ventas de los hoteles.

El turismo: una obra en construcción

El turismo albanés es, en síntesis, una obra en construcción. Y eso lo sabe Enton Derraj, portavoz del gobierno de Sali Berisha y antiguo asesor del ministro de Turismo durante dos años. “Nuestro mayor problema es la gestión de la basura. Todos los extranjeros lo dicen. Estamos trabajando en nuestro sistema de eliminación de basuras y realizamos campañas anuales sobre los efectos del ‘Littering’ (tirar basuras). No es un problema de sistema o de infraestructura en primer lugar, sino de mentalidad. Hace falta tiempo para cambiar la conciencia de las personas”.

Para situarse como un destino turístico, el país invierte desde hace años en la construcción y el mejoramiento de la infraestructura en las regiones turísticas: apertura de carreteras, abastecimiento de agua y sanidad. En este propósito cuenta asimismo con la ayuda extranjera.

Además, hace dos años fue aprobada una ley de planeamiento territorial para impedir la aparición indiscriminada de edificaciones ilegales, tal como ya ocurrió en las ciudades costeñas de Saranda, Durres o Flora. Los grandes proyectos -por ejemplo, los centros turísticos-, deben ser aprobados por la Comisión Nacional de Planeamiento. “Queremos evitar que las regiones costeras sean obstruidas por las construcciones, como ha pasado en Montenegro”.

Los dos países mantienen relaciones diplomáticas desde 1921.

El jefe de delegación diplomática en Tirana representa a Suiza desde 1921.

SECO y COSUDE presupuestan anualmente casi 13 millones de francos para sus programas de cooperación al desarrollo en Albania.

Las relaciones económicas entre ambos países son de escasa importancia. En el año 2011, Suiza realizó exportaciones por 36 millones de francos e importaciones por 3 millones.

En Albania están registrados 69 ciudadanos suizos.

En Suiza viven aproximadamente 200.000 albaneses de Kosovo y apenas  1.000 son de la propia Albania.

Sin turismo de masas

A tenor del portavoz gubernamental, Albania no aspira a un turismo de masas. “Queremos desarrollar el turismo de playa, pero no a semejanza de España o Grecia, sino respetando el medioambiente”. La nueva estrategia, cuya aprobación está prevista en este año, se propone impulsar el turismo del senderismo, de montaña y el agroturismo, sin olvidar el turismo cultural. El país tiene tres sitios culturales declarados por la UNESCO: las ruinas de la ciudad de Butrint y las ciudades otomanas de Gjirokaster y Berat.

Viajar con libertad por Albania es posible recién desde hace 20 años.  Por lo tanto, el turismo y la hotelería son, según Enton Derraj, ramas económicas relativamente jóvenes. “Aún tenemos poca experiencia” y es por eso que Albania no dispone aún de cifras turísticas seguras. Se registra simplemente la entrada y la salida de los viajeros. “No sabemos si se trata de turistas o de hombres de negocios”.

Tampoco hay datos estadísticos de las pernoctaciones. “Por razones tributarias, los hoteles cooperan de mala gana con el sistema de registro del Ministerio de Turismo”, precisa. “Y en vista de que las empresas deben invertir y crecer, no ejercemos presión por ahora. Hay cierta tolerancia”.

Forma de Estado: República parlamentaria

El país y su capital Tirana tienen en conjunto alrededor de 3 millones de habitantes.

Promedio de edad: 30 años.

70% de su población es musulmana; 20% ortodoxa y 10% católica.

El 45% de albaneses vive en el extranjero.

El PIB per cápita en el 2011 fue de 4.560 dólares.

Albania quiere ser miembro de la UE, pero aún no ha logrado ni el estatuto de postulante.

El 23 de junio de 2013 se llevará a cabo la elección legislativa.

Traducción, Juan Espinoza

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