El privilegio de Zuoz
Se llama Lyceum Alpinum, se encuentra en la localidad grisona de Zuoz y es uno de los colegios privados más renombrados de Suiza. Los alumnos de este internado tienen excelentes oportunidades para llegar muy lejos en la vida.
Los edificios en colores rojos otoñales en la periferia de Zuoz, en la Engadina, ya se pueden avistar desde lejos.
Las edificaciones no forman parte de un hotel o un sanatorio antiguo, sino del Lyceum Alpinum, uno de los colegios privados más renombrados de Suiza, y eso desde hace más de un siglo.
Las casas tienen un aspecto muy sólido. Todo está limpio. No hay soportes para bicicletas y los muros no llevan grafitos como los colegios públicos.
También los espacios interiores destacan por su impecable limpieza. Se busca en vano un tablón de anuncios con papeles, donde se buscan nuevos inquilinos para pisos compartidos o un trabajo para las vacaciones. En su lugar hay una gran vitrina con los trofeos de las victorias deportivas de muchas décadas; incluso de deportes con poca tradición en Suiza, como por ejemplo el cricket.
El rector del Liceo, Beat Sommer, sale con un elegante traje azul y no con un jersey de cuello alto y pantalones tejanos. En la mundana sala de conferencias, que recuerda la sala de lectura aristocrática de un castillo del Loira, el rector insiste que el colegio no está interesado en un artículo que vuelva a evocar los viejos clichés.
“Todos los colegios con matrículas elevadas corren el riesgo de ser reducidos al tópico de instituto acaudalado que tiene alumnos tontos que se pueden comprar los títulos”, opina Sommer.
Una matrícula que oscila entre 60 y 70 mil francos al año y una plaza en el internado (costes secundarios no incluidos) puede inspirar la fantasía de los periodistas.
Internado y externado
El Liceo Alpino de Zuoz es uno de varios —y caros— colegios privados en Suiza con un elevado número de internos extranjeros.
En total hay 320 alumnas y alumnos (un internado para chicas existe desde hace veinte años) que adquieren aquí la formación necesaria para el acceso a la universidad.
De ellos, 220 viven en el internado. Los 100 restantes están alojados en el externado. Se trata de adolescentes de la región que van al liceo en Zuoz. El cantón de los Grisones subvenciona el liceo, por lo que puede prescindir de custodiar un instituto de bachillerato público propio. El colegio es gratis para los alumnos externos.
No son comprables los títulos
También en Zuoz se conocen las pretensiones de los padres, que muchas veces se manifiestan en la frase: “Yo pago mucho dinero para mi hijo y exijo que consiga su título con éxito.”
El instituto procura que este objetivo se logre con un gasto adecuado. “En el internado ingresan jóvenes que quieren obtener buenos resultados y salir airosos en la vida globalizada. Nosotros nos empeñamos para conseguirlo”, señala el rector Sommer.
El colegio, sin embargo, no puede dar garantías para la obtención del título. “La opinión de que el título se puede obtener mediante dinero es ridícula. Estamos sujetos a las disposiciones y los reglamentos cantonales, como cualquier otra escuela. Esto se controla. Suiza es un Estado de derecho, aquí no se pueden comprar títulos”, afirma Sommer.
La seguridad y la protección son comprables
Los que pueden permitirse gastar tanto dinero en la educación de los hijos no son pobres. Esta perogrullada, sin embargo, no impide que —como en cualquier capa social— también haya aquí alumnos que vienen de familias intactas o desunidas, o que simplemente vienen a vivir a Zuoz porque sus padres no tienen o no quieren dedicar tiempo a la educación de sus hijos.
Sin embargo, a diferencia de muchos otros, todos tienen aquí la posibilidad de encontrar estructuras, valores y, hasta cierto punto, seguridad y protección. Esto sí se puede comprar con dinero.
“Frecuentar el colegio del internado es un privilegio”, subraya Sommer. Estos años privilegiados pueden ser decisivos para la vida posterior, porque los internos fueron “cuidados” aquí durante los años determinantes en el desarrollo de su personalidad. No todos tienen esta posibilidad. No se debe subestimar la red de contactos que uno puede tejer con los compañeros coetáneos durante la estancia en el internado.
El espíritu de Zuoz
En tiempos en los que muchos vuelven a exigir más disciplina, ¿cuáles son los valores que se transmiten?
Beat Sommer menciona la tolerancia, la disposición al rendimiento, el ser abierto al mundo, el compromiso y el juego limpio. Por estos motivos, la competición deportiva tiene una gran importancia en la enseñanza. “Somos defensores de los principios liberales y democráticos.” Esto también exige mucho del profesorado.
Sommer estima que ‘su’ alumnado es más bien apolítico en comparación con las generaciones precedentes. “No obstante, gracias a su procedencia, dispone de una autoestima muy alta. Pero no toleramos un comportamiento arrogante”.
swissinfo, Urs Maurer, Zuoz
(Traducción del alemán: Antonio Suárez Varela)
El Lyceum Alpinum Zuoz celebró en 2004 su centenario.
En 1904 fue fundado por cinco engadinos como ‘Instituto Engiadina’ e integraba a 22 alumnos, dirigidos por dos maestros y el director.
Hoy son 320, de los cuales 220 viven en el internado.
Los alumnos del internado vienen de 31 países diferentes. La mayoría proviene de Suiza, Alemania, Rusia y Austria.
Los alumnos pueden obtener el Certificado de Madurez suizo, el Bachillerato alemán y el Bachillerato Internacional (IB).
El idioma de impartición es el alemán, en el internado, sin embargo, se habla el inglés. Los profesores del Liceo provienen de diversos países, sobre todo de Suiza, Alemania e Inglaterra.
La filosofía del colegio, el ‘espíritu de Zuoz’ —en sus orígenes una ética deportiva—, abarca, según propias declaraciones, valores como la apertura al mundo, la tolerancia, el respeto y el juego limpio.
Los deportes de equipo gozan de gran importancia. Aún se sigue el lema “Mens sana in corpore sano”.
El Liceo cuenta hasta hoy con 3.000 graduados. Muchos de ellos desempeñan hoy posiciones de liderazgo en la política y economía.
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