Fútbol: único ensayo del seleccionado nacional de Suiza
Grecia examina este miércoles al equipo helvético en el estadio Espenmoos, de Sant Gallen. Será el único partido amistoso en la era del argentino Trossero antes de la eliminatoria que decidirá si Suiza toma parte en el Mundial 2002. El tiempo apremia.
El entrenador Enzo Trossero abre una nueva página en la historia del fútbol helvético y nadie sabe cómo la escribirá. Una buena actuación de sus dirigidos contra Grecia evitaría críticas adversas y allanaría el camino previo a la primera presentación oficial, el próximo 2 de octubre, ante Rusia.
Trossero no es un desconocido en Suiza. Ganó dos títulos de Liga con el Club Sion, la Copa Suiza y el Campeonato Nacional, en los años 1991 y 1992 respectivamente, y hace poco, en 1999, evitó el descenso del Lugano.
Pero el reto actual supera a los anteriores porque la afición y la prensa especializada abrigan la esperanza de presenciar una campaña parecida a la que permitió llegar al equipo suizo, por méritos propios, después de 28 años, al Mundial de 1994 en Estados Unidos.
Roy Hodgson logró entonces esa hazaña y dejó una referencia que después el portugués Arthur George, el austríaco Rolf Fringer y el suizo francés Gilbert Gress no pudieron igualar. Por eso no extraña que entendidos y profanos tiendan a medir con esos parámetros el rendimiento del equipo nacional.
Una buena plantilla
El grupo de jugadores convocados por Trossero cuenta con experiencia internacional y juventud. Según el probable esquema, Patrick Müller (jugador del Lyon de Francia) dirigiría el trío defensivo completado por Murat Yakin (Kaiserslautern, de Alemania) y Stéphane Henchoz (Liverpool, de Inglaterra).
Johan Vogel (Eindhoven, de Holanda) y Raphael Vicky (Werder Bremen, de Alemania) custodiarían el medio campo defensivo, mientras que el experimentado Ciriaco Sforza (Bayern, de Múnich) alimentaría al ataque helvético.
Alexandre Comisetti, Ludovic Magnin y Patrick Bühlmann pueden ocupar en cualquier momento el carril izquierdo, mientras que Mario Cantaluppi, Andreas Gerber y el recién convocado, Badile Lubumba, primer jugador de color en una selección suiza, son las cartas para el sector derecho.
El cotejo de este miércoles no contará con el concurso de dos figuras del ataque: Stephane Chapuissat y Kubilay Turkilmaz, cuyas ausencias serían cubiertas por David Sesa y Hakan Yakin, respectivamente.
Trossero ensayará todos los cambios posibles y tratará de reajustar el ensamblaje de su sistema táctico.
Rival mesurado
Grecia y Suiza se enfrentan por novena vez, y si damos crédito a los datos estadísticos – cinco victorias, dos empates y una sola derrota a favor del plantel helvético – no es erróneo deducir que el equipo heleno será un adversario de poco cuidado, en los papeles, claro está. Pero en fútbol, como en muchas otras cosas, la lógica está fuera de lugar.
El equipo del entrenador Daniil llega con 20 integrantes, seis de los cuales son del campeón griego Olimpyakos Pyreus. El único legionario en sus filas será el defensor Davizas, tras la ausencia obligada del atacante del Ajax de Amsterdam, Machlas.
En resumen, este miércoles veremos el grado de preparación, el nivel de entendimiento y la coherencia del esquema trazado por Trossero. El tiempo apremia, pero no debemos esperar milagros ni juzgar con dureza si las cosas no salen como se espera.
En las eliminatorias para el Mundial 2002, Rusia, Yugoslavia y Eslovenia serán rivales de alto riesgo para Suiza. Los dos últimos demostraron su calidad futbolística en el reciente Campeonato Europeo. No obstante, el balompié suizo tiene argumentos suficientes para disputar con posibilidades el derecho de volver a un Mundial por méritos propios. Estamos seguros que lo intentará.
Juan Espinoza
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