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Hacia la liberación del “último kilómetro”

Los consumidores deberían beneficiar del aumento de la competencia. Keystone Archive

El monopolio de Swisscom se acaba. La cámara baja del Parlamento optó por una liberalización 'dirigida' por el muy controvertido "último kilómetro”, de las líneas telefónicas.

Una solución ampliamente contestada por Swisscom, así como por la izquierda, que lamenta el debilitamiento de los servicios públicos de Suiza.

El monopolio de Swisscom sobre el último kilómetro de conexión telefónica (” last mile “) ha sido seriamente quebrantado. El Consejo Nacional (cámara baja) aprobó este jueves (07.10) una liberalización dirigida, presentada por la derecha como un compromiso, pero muy contestado por la izquierda.


Atrás quedaron, las propuestas del Consejo Federal (Gobierno) y de la comisión preparatoria, que pleiteaban por una apertura generalizada a la competencia pero poniendo salvaguardias: por 99 votos contra 77, los diputados se inclinaron por el modelo presentado a último minuto por los representantes de los tres grandes partidos oficiales.

Presentada como un compromiso que corresponde a la práctica corriente en el resto de Europa, este modelo se concentra sobre el último kilómetro del cable de cobre que úne la central al abonado y actualmente detenido por Swisscom. Este último debería abrírlo a sus competidores para que dispongan de la totalidad del espectro de frecuencias disponibles.

El caso de la alta velocidad

Una cláusula fue introducida en lo relacionado con las líneas a alta velocidad, como el ADSL, utilizado particularmente para Internet. Swisscom debería garantizar el acceso sólo durante dos años, una vez esta prestación esté disponible desde el punto de vista técnico y comercial.

Esta posibilidad se aplicaría durante seis años a partir de la entrada en vigor de la revisión de la ley las telecomunicaciones.

Según sus promotores, la solución retenida para la alta velocidad toma en consideración los temores de las regiones periféricas en cuanto a sus infraestructuras.

Ya no será necesario entonces, como lo preveía la comisión que estaba dispuesta a extender la liberalización a todas las tecnologías (telefonía móvil, fibra óptica) de exigir a los competidores que se lanzaban a la brecha del ADSL que procederian a realizar inversiones.

A cada uno su factura

El modelo escogido implica otras aperturas a la competencia. Swisscom no podrá más, para financiar la “last mile”, hacer pagarles unos 25 francos mensuales a todos los clientes, incluyendo a los que tienen un abono de otro operador. Cada empresa facturaría su prestación.

Swisscom debería también permitirles a sus competidores instalar sus propias líneas en sus canalizaciones de cable, para que estos conductos dispongan de una capacidad suficiente. El acceso a las líneas alquiladas por empresas serían también liberalizados.

Reacciones negativas

Defendiendo el statu quo, la izquierda protestó contra la opción aprobada por la cámara baja. “Una opción tomada muy de prisa, sacada ‘como un conejo de un sombrero’ y nunca discutida en comisión. La liberalización debilitará los servicios públicos, amenazará millares de empleos, les permitirá a los accionistas enriquecerse y a ciertas empresas extrañas dominar el mercado de alta velocidad,” denunció el diputado socialista de Friburgo, Christian Levrat.

El consejero federal (ministro) Moritz Leuenberger lamentó a su vez que la proposición inicial del Gobierno no hubiera sido seguida. Preveía un procedimiento más flexible dejando la Comisión federal de la comunicación resolver caso por caso con arreglo a la evolución de la técnica, recordó.

Para Swisscom, la decisión es también de amargura. Demasiada reglamentación falsea la competencia, señala en un comunicado. Consideró por otro lado inútil ” y ” nefasto ” esta intervención estatal suplementaria.

La competencia se frota las manos

Por su parte, Sunrise saluda la decisión del Consejo nacional, la decisión que considera un éxito importante en el marco de una apertura rápida y completa de “última milla”.

Esta decisión es una condición de base para la existencia de una competencia eficaz, comentó el viernes Sunrise, filial del danés TDC, en un comunicado.

Sunrise también se regocija por tener directamente acceso a sus propios clientes, sin que Swisscom no pueda más exigir los 25 francos pagados mensualmente por todos los clientes, incluido los que tienen un abono en la competencia.

El operador Tele2 Suisse, la filial del grupo sueco entrado sobre el mercado suizo en 1998, considera a su vez que las inversiones en las telecomunicaciones serán estimuladas.

“La liberalización del ‘último kilómetro’ y del acceso a las líneas a alta velocidad van a reforzar el mercado suizo de las telecomunicaciones, y a permitir una competencia más leal “, dijo el director de Tele2 Suisse Roman Schwarz, en un comunicado.

swissinfo y agencias

Los partidos de izquierda lamentan el debilitamiento del servicio público. Swisscom la pérdida de empleos.

El monopolio de Swisscom sobre el último kilómetro de la red telefónica era un tema controvertido desde la liberalización del mercado de las telecomunicaciones a finales de los años 1990.
Este 7 de octubre, el Consejo nacional optó por un “compromiso”: la liberalización del último kilómetro debería limitarse en el tiempo.

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