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Empresa: Swisscom, un imperio

La telefonía móvil es ahora el principal mercado de Swisscom junto al desarrollo del Internet. RTS

Con más de 150 años de historia, esta empresa helvética ha provisto a los suizos de servicios que van desde el telegrama hasta la televisión vía Natel

Su última etapa ha sido cuesta arriba. Luego del “boom” artificial de las telecomunicaciones en el mundo de finales de los 90, se ha visto obligada a recortar más de 2.000 empleos

El 15 de julio de 1852, Johannes Wild acudió a su primer día de trabajo como Director del servicio telegráfico público que enlazaría a San Gall y a la industrializada ciudad de Zúrich.

Ese día se cortó simbólicamente la cinta de las telecomunicaciones suizas. Pero tendrían que transcurrir más de 150 años antes de que el imperio Swisscom registrara ingresos por 14.600 millones de francos suizos anuales y empleara a más de 17.200 personas.

Teléfono, radio y TV

En 1876, Graham Bell revolucionó al mundo entero con la invención del teléfono, tecnología a la que Suiza se integró con gran rapidez.

Apenas cuatro años más tarde, ya existía un directorio telefónico con 141 suscriptores y una década después, todos los cantones tenían acceso a líneas telefónicas.

En 1917, la primera central semiautomática de teléfonos entró en servicio, y para la década de los 30, el teléfono era parte de la vida cotidiana de los suizos con casi un millón de suscriptores y casetas telefónicas en todas las calles principales.

Lausana y el NATEL

Lausana fue, en 1964, la anfitriona de una exposición internacional en la que se compartieron los principales inventos del mundo. Uno de ellos, la tecnología que permitiría realizar llamadas internacionales sin operadora.

En los años 70 la empresa helvética Correos, Teléfonos y Telecomunicaciones (PTT), precursora de Swisscom, anunció la creación del los ‘Nacionales Autotelefonnetz’, conocido familiarmente como “Natel”.

Este teléfono que podía desplazarse de forma casi mágica a donde su usuario lo deseara, permitió matar dos pájaros de un tiro: modernizar la telefonía y dar un espaldarazo a una economía suiza que se hallaba debilitada.

A partir de entonces vino la creación del fax (1980); la puesta en marcha del servicio “Swissnet 1” (1989), que permitió transmitir por primera vez información digital en Suiza; y la expansión de PTT a través de una asociación con Holanda y Suecia para formar parte de la empresa llamada Unisource (1993).

La nueva Swisscom

Pese a esta larga trayectoria, como la conocemos hoy, Swisscom nació el 1 de octubre de 1997. Dejó atrás la denominación de PTT, pero sobre todo, cambia de estrategia. La empresa se privatiza en sus 3 sectores, su servicio postal y financiero y las telecomunicaciones básicas y móviles.

Debía modernizarse porque el 1 de enero de 1998 se abría el mercado de las telecomunicaciones (en Suiza y en Europa) y sólo habría futuro para los más fuertes.

En esta nueva era, Swisscom comenzó a cotizar en la bolsa de valores, inició operaciones como sociedad anónima y se reposicionó a través de la venta de la parte que tenía en Unisource (que a esas alturas ya tenía presencia en India, Hungría y Malasia).

Asimismo, fue especializando la oferta de servicios, en ramas como la telefonía fija, móvil, abastecimiento de Internet y otros servicios de mayor calidad y sofisticación tecnológica.

Vacas flacas

Swisscom vivió los estragos de una bonanza ficticia del sector de las telecomunicaciones.

En la década de los 90, se sobreestimó el futuro de la telefonía móvil y muchas empresas se sobre endeudaron, lo mismo en Europa que en Estados Unidos. A finales de la década descubrieron que el mercado de no crecería al ritmo previsto y que habían creado escenarios detrás de los cuales no existía el paraíso.

Swisscom aplicó una estricta política de reducción de costos, cuyo año más intenso fue el 2003, en la que redujo la jornada laboral (hasta en 20% del tiempo ordinario) para una parte de sus trabajadores y recortó a muchos otros.

El año pasado compactó en 6,3% su planta laboral (suprimió 1.200 empleos) y durante el 2004 eliminará otros 800 puestos fijos.

La decisión desanimó a los trabajadores y llamó la atención de instancias como la Union Network Internacional (UNI), que representa a más de 15 millones de trabajadores en 150 países, quien en voz de su secretario general, Philip Jennings, pidió a Swisscom en enero del 2004 que “parara su política de recortes para reinvertir en la gente y no en los cables”.

De cara al futuro

Apretar el cinturón de sus empleados, permitió a Swisscom –cuyo socio mayoritario es el gobierno suizo, con 62,7% de las acciones-, sobrevivir, y mantenerse dentro de la telefonía móvil.

Sus servicios son más caros que la media europea y aún no logra el perfil financiero al que aspira, pero en 2003 reportó ingresos totales por 14.600 millones de francos suizos, lo que reconfortó a Jens Adler, presidente ejecutivo de la empresa.

Por otra parte, Swisscom logró el respaldo del Parlamento en el tema de la “última milla”, que obliga a los clientes que han elegido un proveedor alternativo de servicios telefónicos, a seguirle pagando un cargo mensual, mientras se liquidan por separados los cargos de sus proveedores de llamadas.

Sobre la mesa está pendiente justamente el tema del fin del monopolio de la telefonía fija que hoy tiene Swisscom (que debió concluir el 1 de enero del 2004, pero se sometió a revisión del Parlamento).

Sin embargo, y por lo pronto, la mirada de Adler está puesta en la siguiente estrategia: “Invertiremos masivamente en dos tecnologías que podrían ser muy rentables para nosotros: la televisión a través de las líneas telefónicas y el Internet de alta velocidad en los teléfonos móviles”.

swissinfo, Andrea Ornelas

El origen de Swisscom se remonta a la primera oficina de servicio telegráfico público que abrió sus puertas el 15 de julio de 1852 a cargo de Johannes Wild.

El teléfono llegó a Suiza en 1878 y un par de años después ya había 141 suscriptores para este nuevo servicio

En 1975, Servicios Postales y de Telecomunicaciones (PTT), la precursora de Swisscom, introdujo en el mercado el Natel.

Como la conocemos hoy, Swisscom nace hasta el 1 de octubre de 1997, cuatro meses antes de la apertura del mercado suizo y europeo de las telecomunicaciones.

El inicio del siglo XXI ha sido de vacas flacas. Para sobrevivir en el mercado ha tenido que recortar más de 2.000 empleos y reducir sus gastos de forma drástica.

La nueva apuesta de Jens Adler, el presidente de Swisscom, para el 2004: la televisión vía teléfono móvil.

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