La fuga de capitales debilita la ayuda al desarrollo

Favorecer a los más desprovistos es uno de los objetivos de las ONG helvéticas. Keystone Archive

Debido a la fuga de capitales, los países del Sur dejan de percibir anualmente ingresos fiscales equivalentes al conjunto de la ayuda pública a la cooperación, advierten 5 ONG helvéticas, preocupadas por reducir la polarización económico-social creciente entre Norte y Sur.

Cerca de 50 mil millones de dólares pierden por año el conjunto de las naciones en desarrollo a causa de impuestos no percibidos, dada la fuga de capitales hacia los paraísos fiscales.

Ese monto equivale al conjunto de la ayuda pública al desarrollo invertida en todo el planeta cada doce meses, denunciaron los portavoces de la Comunidad de Trabajo (CT), durante un seminario de reflexión realizado este miércoles (10.10) en Berna. La CT reúne a las cinco ONG más importantes del país: Acción Cuaresmal; Swissaid; Pan para el Prójimo; Helvetas y Caritas.

Participaron, como disertantes especialistas en la materia, entre otros Lucy Komisar, periodista estadounidense de «The Nation» de Nueva York; Nigel Tarling, director de programa del Consejo Internacional de la Acción Social (Londres), así como Bernard Monnot, responsable de la ONG francesa «Finanza, Integración y Transparencia » (FIT).

La FIT es una de las numerosas organizaciones galas que hacen parte del movimiento ciudadano ATTAC, que propone la aplicación de una tasa a los capitales especulativos internacionales, para favorecer a los ciudadanos más desprovistos del planeta.

“En Suiza el fraude se puede castigar, pero la evasión simple no es penada por las leyes. Esto condiciona la cooperación internacional judicial de nuestro país”, explica a swissinfo el economista helvético Bruno Gurtner, responsable de política de cooperación de la Comunidad de Trabajo y uno de los expositores centrales del seminario.

Por esa razón, continuó argumentando, parte de los capitales que se evaden del Sur recalan en Suiza sin ser inquietados. Para asegurar una coherencia con la cooperación al desarrollo “se tienen que cambiar las leyes al respecto”, subrayó Gurtner.

Tarea aparentemente difícil que dependerá de la capacidad de lucha de la sociedad civil, según el economista, quien reconoció que “nuestro país está sujeto a una gran presión del extranjero y del sistema bancario-financiero, que saca provecho de esta situación y que va a oponerse a cualquier reformulación”.

Desde otro ángulo, un tanto más mesurado, el jurista francés Bernad Monnot, en diálogo con swissinfo, reconoció el aporte significativo helvético a la lucha contra el blanqueo de capitales. “Hay que entender que Suiza no hace más que adaptarse lo mejor que puede a la situación internacional actual … y existen, aquí, desde hace mucho, contrapoderes, especialmente a través de la justicia”.

No podemos olvidar, enfatizó Monnot, que “fue aquí, y no es una casualidad, que se lanzó en 1986 el ‘Llamado de Ginebra’ (suscrito por los principales procuradores y fiscales europeos), que facilitó la clarificación de numerosos escándalos judiciales de Europa y otros ligados a la criminalidad financiera en África. Gracias a Suiza se pudo avanzar en este asunto”, explicó el jurista galo.

En opinión de una buena parte de la cincuentena de participantes en el seminario, dos tareas fundamentales imperan a corto plazo. Una primordial, al decir de Peter Niggli, coordinador de la Comunidad de Trabajo: “Continuar con la política de pequeños pasos para que el conjunto de fuerzas presionen a los países del Norte para destrabar la lógica de paraísos fiscales y para que las multinacionales paguen los impuestos que le correspondan”.

La otra, según Charles Ridoré, secretario general de Acción Cuaresma, “es intensificar el trabajo de divulgación, explicación y clarificación cotidiana entre nuestros conciudadanos, sobre todos estos temas que no son simples de comprender en un primer momento, pero que influyen en la gran problemática de desajuste y polarización entre Norte y Sur”.

Sergio Ferrari, Berna