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La informática auxilia a la hora del terremoto

El pesado balance del terremoto en Irán, 2003, soprendió incluso a los investigadores. Keystone

Prácticamente imposible de prever con precisión, el terremoto puede ser afrontado con eficacia a los pocos minutos de la primera sacudida.

El programa informático “Quakeloss” está en condiciones de estimar rápida y exactamente la cuantía del daño, lo que permite organizar los socorros apropiados.

El 24 de febrero de 2004, a las 2,27, un violento sismo golpea el norte de Marruecos destruyendo seis pueblos sobre la costa mediterránea, frente al estrecho de Gibraltar.

Cinco horas después, un comunicado hablaba de una veintena de muertos y las autoridades locales rechazaron la oferta de ayuda del extranjero. No debieron haberlo hecho: las víctimas fueron, en realidad, casi mil.

A unos cientos de kilómetros de distancia, ni siquiera una hora después de la primera sacudida, algunos habían dado ya una idea de la amplitud del daño.

Actuar lo más rápidamente posible

En el Wapmerr (“World agency of planetary monitoring and earthquake risk reduction”) de Ginebra, un programa informático es usado para estimar el número de muertos y heridos de un terremoto, así como los daños infringidos a la infraestructura.

Se trata de un instrumento, el del Centro de vigilancia del terremoto a nivel planetario, que resultó ser de capital importancia.

“Después de un sismo, hay muchas personas heridas que quedan prisioneras debajo de los escombros. Si se llega a tiempo, pensamos que pueden ser salvadas”, explica a swissinfo Max Wyss, director del Wapmerr.

“La velocidad con la que se organizan los socorros es, en consecuencia, fundamental”, agrega Wyss.

Ganasr tiempo preciso

Gracias a los datos proporcionados por el programa “Quakeloss”, los socorristas pueden organizar las ayudas de modo rápido y adecuado.

Hay que resolver lo más pronto posible el dilema más urgente: es necesario saber si las autoridades locales están en medida de afrontar la situación o si es indispensable la ayuda del extranjero.

En este caso, el primer vuelo con socorristas del Cuerpo suizo de ayuda humanitaria (CSA) está listo para despegar del aeropuerto de Zúrich/Kloten hacia el lugar de la catástrofe, poco tiempo después de la alarma.

“En 12 horas estamos listos para salir”, indica Jean Philippe Jutzi, portavoz del CSA.

El marco de la situación en pocos instantes

“Quince minutos después del primer sismo sabemos que ha habido un terremoto en alguna parte del mundo”, explica Wyss.

Las primeras informaciones sobre el sismo son proporcionadas por el computador de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, el cual comunica datos relativos a la ubicación del epicentro, su profundidad y magnitud.

Para tener un marco detallado de la situación, el Wapmerr de Ginebra debe esperar datos más completos que provienen de otro centro homólogo ubicado en los Estados Unidos.

“Una vez recibidos los parámetros precisos, sólo hacen falta 5 minutos para elaborar las estimaciones del daño”, dice Wyss.

El director del Wapmerr contacta después, sin perder tiempo precioso, al CSYH.

“El modelo informático es seguramente un instrumento extremadamente útil, si consideramos también otras fuentes antes de intervenir”, afirma Jutzi.

Fiable en la mayor parte de los casos

El programa informático está dotado de un banco de datos que contiene el perfil de la población y la fragilidad del edificio entre unos dos millones de construcciones. Un trabajo de archivo que ha necesitado casi una decena de años.

“Observando la sombra de construcción sobre la foto satelital, podemos establecer la altura del edificio”, explica Wyss.

Con estos datos, el investigador del Wapmerr establece el número de pisos de la habitación y se puede estimar cuántas personas viven allí.

En estos momentos, a causa de las carencias de fondos, sólo una decena de localidades han sido analizadas de este modo. La mayor parte de las averiguaciones son recabadas de los informes presentados por los arquitectos que viajan al terreno.

Combinando esta información con la resistencia del edificio que ha sufrido la sacudida telúrica (según el material de construcción utilizado y el tipo de terreno), Quakeloss proporciona una indicación del número de víctimas y de heridos.

“El sistema es fiable al 80%”, dice Wyss.

En la mayor parte de los casos, la estimación elaborada por el programa se acerca a la realidad.

La informática falló sólo en una ocasión: en el terremoto de Bam, en Irán, en diciembre de 2003.

Quakeloss había predicho un millar de víctimas, mientras que la realidad se mostró mucho más dramática, con más de 26.000 muertos.

El error se debió al hecho de que el terremoto presentaba una modalidad muy particular, como explica Wyss. “Inicialmente creíamos que el epicentro estaba localizado en una zona alejada, mientras que en realidad estaba ubicado debajo de la ciudad, a solamente unos kilómetros de profundidad. Un hecho completamente insólito”.

swissinfo, Luigi Jorio
(Traducción: Luís Vázquez)

340.000 personas murieron a causa de un terremoto en 1976.

5.000 víctimas de los países de la Unión Europea han perecido en los últimos 15 años.

Una tercera parte de la población mundial vive en zonas consideradas “de riesgo”.

El sistema “Quakeloss, que estima el número de muertos y los heridos de un terremoto, fue creado por miembros del Centro de investigación en situaciones sumo riesgo, de Moscú.

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