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Los hospitales viven el ‘efecto Angelina Jolie’

Angelina Jolie, actriz de Hollywood y directora de cine comprometida con causas humanitarias, alerta sobre la relevancia de detectar la predisposición genética al cáncer. Keystone

Los hospitales suizos observan un aumento de las mujeres que se someten a pruebas para saber si poseen una mutación genética que las predispone a contraer cáncer de seno o de ovarios. Este fenómeno se conoce como el ‘efecto Angelina Jolie’.

A diferencia de Estados Unidos, sin embargo, las suizas son menos proclives a seguir los pasos de la actriz y someterse a una cirugía preventiva cuando se confirma que tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer.

En 2013, Jolie decidió hacer públicaEnlace externo la doble mastectomía a la que se sometió tras descubrir que era portadora de una mutación en el gen BRCA1, lo que implica un riesgo mucho mayor de desarrollar un cáncer de mama o de ovarios. En marzo de 2015 volvió a sorprender al mundo al revelar que, por la misma causa, había decidido que le extirparan los ovarios y las trompas de falopio.Enlace externo Cabe recordar que la madre de la actriz murió de cáncer de ovarios a los 56 años.

La difusión que recibió la mastectomía de Jolie incita a cada vez más mujeres alrededor del mundoEnlace externo a realizarse una prueba para identificar si son portadoras de una mutación en los genes BRCA.

“Desde que Angelina Jolie hizo público su caso en 2013 hemos registrado entre un 30 y un 40% más solicitudes para este tipo de diagnósticos de reconocimiento”, señala a swissinfo.ch la doctora Patrizia Sager, jefa del área de mamografía del Hospital Universitario de Berna (Inselspital).

Otros nosocomios en Suiza, en los GrisonesEnlace externo o LucernaEnlace externo, por ejemplo, confirman que han vivido el ‘efecto Angelina Jolie’.

La doctora Patrizia Sager frente a una ecografía del seno. Inselspital Bern, Breast Centre

Sager celebra que exista una mayor preocupación por el tema, pero deja claro un punto fundamental: “Solo entre el 5 y el 8% de las pacientes con cáncer de seno tienen esta mutación genética”.

Y aunque muchas mujeres cuya madre o abuela ha padecido cáncer de mama temen tener un trastorno en los genes BRCA, “es poco común que así sea”, agrega.

Pruebas genéticas

Más del 50% de las consultas genéticas terminan con una prueba sanguínea relacionada con los genes BRCA.  El laboratorio del Hospital Cantonal de AarauEnlace externo es el que más exámenes de este tipo realiza en la Suiza de habla alemana.

La prueba consiste en extraer el ADN de la sangre para aislar los genes BRCA1 y BRCA2, que serán amplificados con objeto de determinar si hay o no mutación genética.

El jefe de este laboratorio, el genetista clínico Benno Röthlisberger, asegura que la práctica de estos análisis se ha duplicado en los últimos dos años. “Estamos recibiendo unas 500 solicitudes al año”, explica a swissinfo.ch.

El estudio genético integral para conocer si existe esta mutación cuesta alrededor de 4 000 francos suizos (4 162 dólares). Si se confirma una mutación, los análisis adicionales que deben realizarse cuestan unos 400 francos.  El seguro médico cubre ambas pruebas cuando el historial médico de la paciente evidencia que es conveniente se someta a estos estudios.

Si la mutación del BRCA existe, una mujer tiene un 80% más riesgo de desarrollar cáncer de mama a lo largo de su vida, explica Röthlisberger. Si la prueba del BRCA1 da positivo, el riesgo de desarrollar un cáncer de ovarios es un 50%, y si se confirma el BRCA2, el riesgo es un 30% superior, agrega.

Dos caminos

Una mujer portadora de alteraciones en el gen BRCA tiene dos posibilidades: la observación constante, a través de una resonancia magnética mamaria anual y la realización de ultrasonidos semestrales. O la extirpación de los senos o los ovarios, lo que supone la eliminación de tejido totalmente sano para evitar un cáncer. Esta opción es solo para mujeres mayores de 35 años que han decidido no tener más familia.

En términos generales, la medicina suiza es menos agresiva que la estadounidense, donde muchos galenos prefieren la mastectomía preventiva que el control constante, destaca Sager.

“Si alguien tiene cáncer de mama, pero sin el gen BRCA, en Europa intentaremos no extirpar el seno por completo porque sabemos que de esta forma se obtendrán buenos resultados. En Estados Unidos es más común eliminar todo el tejido para luego realizar un implante o una reconstrucción (mamaria)”, añade la especialista.

Si la paciente tiene alteraciones en el gen BRCA, la extirpación de los senos reduce el riesgo de contraer cáncer de mama a un 10% o menos, es decir, al mismo nivel que el resto de la población. Pero es imposible alcanzar el riesgo cero, advierte la doctora.

Sager explica también que hay más posibilidades de que un médico sugiera la extirpación de ovarios preventiva, porque estos desarrollan un tipo de cáncer mucho más difícil de detectar. Y porque eliminarlos reduce también el riesgo de desarrollar cáncer de seno.

Resonancia magnética de seno. Inselspital Bern

Las pacientes más jóvenes suelen decantarse por un esquema de control constante, pero a sabiendas de que una operación podría ser necesaria en el futuro.

Sager considera que las cirugías jamás son una decisión fácil, porque vulneran directamente la esencia femenina. En el caso de los senos, suponen la extirpación y la necesidad de implantes. Y cuando se trata de los ovarios, son sinónimo de menopausia precoz.

No existen cifras oficiales aún, pero la galena confirma que se han registrado más extirpaciones preventivas desde el 2013, al tiempo que ha aumentado la consciencia y la aceptación de este tipo de cirugías.

Mutaciones genéticas

Los genes BRCA1 y BRCA2 producen proteínas capaces de suprimir tumores o reparar cualquier daño que sufra el ADN, asegurando con ello la estabilidad del material genético de las células.

Sin embargo, si cualquiera de estos genes experimenta una mutación o alteración, el daño al ADN deja de ser reparable. Las células tienen mayores probabilidades de presentar alteraciones genéticas que deriven en un cáncer.

Las mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2 pueden heredarse de la madre, pero también del padre. Y cada uno de los hijos de un padre portador de esta mutación tiene un riesgo del 50% de heredar la misma.

Fuente: Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos

Derribando tabúes

Sandra Schallberger tiene 42 años. A principios de 2015 se sometió a una cirugía tras descubrir que era portadora de una mutación en el gen BRCA1. Su madre falleció de cáncer de ovarios.

Schallberger fue operada en el Inselspital y confiesa que siempre tuvo claro qué haría si su análisis daba positivo. “Por las conversaciones que tuve con mi madre durante su enfermedad, sé que ella se habría quitado los ovarios de haber tenido esa posibilidad”.

La entrevistada narra a swissinfo.ch su historia en su casa, a las afueras de Berna, donde sus dos niños pequeños juegan en el jardín. Dice que si optó por la remoción de ambos senos y sus ovarios fue justamente por sus hijos.

La decisión fue dura y afirma que entiende perfectamente que no todas las mujeres en su situación elijan este mismo camino. Pero a ella, las cirugías le quitaron un peso de encima.

Schallberger se practicó el análisis del BRCA antes de que Angelina Jolie hiciera pública su operación. Aun así, el anuncio de la actriz “ha hecho que sea más fácil para mí hablar con otros sobre mi operación. La gente entiende mejor el porqué de mi decisión”, refiere.

“Cuando alguien no sabe nada sobre el tema, le resulta difícil comprender por qué alguien opta por extirpar una parte de su cuerpo que no está enferma como una medida preventiva. Y Angelina Jolie concienció a la gente de la importancia de dar ese paso”, dice.

Aunque no sabe cuánto durará el ‘efecto Angelina Jolie’, Sager considera que el hecho de que la actriz y otras celebridades hablen sobre el cáncer de mama ha puesto el tema en la palestra de la opinión pública: “Quizás se vuelva más común estar informado, porque la gente siempre desea saber qué riesgo tiene de padecerlo”.

Cáncer de seno y ovarios

En Suiza, 5 500 mujeres enferman de cáncer cada año.

El de mama es el tipo más común en las mujeres: un tercio de los casos diagnosticados. Y en el 80% de los casos afecta a mujeres de más de 50 años. Solo 40 hombres desarrollan esta enfermedad anualmente.

El de ovarios aqueja a 600 mujeres cada año, lo que equivale al 3% de los casos de cáncer registrados en el país. Aunque suele presentarse en mujeres mayores, existe un 14% de los casos que se da en pacientes de menos de 50 años.

Fuente: Liga Suiza contra el Cáncer

Traducción del inglés: Andrea Ornelas

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