Nebulosa en torno al canabis

El cultivo de cáñamo es una tabla de salvación para algunos agricultores en dificultades Keystone Archive

A pesar de las críticas internacionales, Suiza va hacia la liberalización del canabis, pero la marihuana sigue prohibida. Es un matiz difícil de manejar.

Se calcula que unas 500.000 personas consumen canabis en Suiza. Paralelamente, la población se muestra cada vez más tolerante ante este fenómeno. El gobierno ha decidido, en consecuencia, adaptarse a la realidad despenalizando el canabis (cáñamo o hachís).

La nueva ley prevé la autorización del consumo, distribución, y cultivo del canabis para uso privado, aunque con varias restricciones. El Consejo de los Estados (senadores) ya ha dado luz verde al proyecto del gobierno, pero aún falta conocer el pronunciamiento del Consejo Nacional (diputados).

El canabís sigue prohibido

Mientras se aguarda la nueva legislación está vigente la ley de 1951. Por lo tanto, aún está prohibido vender canabis y, en los hechos, continúa la represión. Hace apenas 10 días, la policía zuriquesa incautó un alijo de 30 kilos de marihuana y arrestó a seis personas.

“En los últimos meses, la represión ha sido incluso reforzada, según señala Andrea Demarmels, jurista y miembro de la Coordinación suiza del cáñamo. Tal vez porque las policías cantonales han decidio actuar con mayor severidad antes de la introducción de la nueva ley”.

“Las intervenciones no son más numerosas”, asegura por su parte Christian Buschan de la Oficina Federal de Policía.

Se trata, dice, de “una impresión relacionada con la confusión actual. En el plan político se habla de liberalización, pero no se puede olvidar que, en la realidad, la marihuana permanece prohibida”.

Diferencias regionales

La Oficina Federal de la Policía recuerda igualmente que la competencia corresponde al ámbito cantonal. De manera que se constatan grandes diferencias en la interpretación de la ley, con variaciones de una región a otra del país.

Las estadísticas demuestran especialmente que la Suiza de habla francesa es particularmente represiva.

En cambio Basilea-Ciudad es un cantón más liberal. Las autoridades se han anticipado incluso a la entrada en vigor de la nueva ley al fijar normas para los propietarios de tiendas de cáñamo.

Si las respetan, esos comerciantes serán tolerados. Concretamente, podrán vender canabis, pero no a menores de edad.

El Dorado tesinés

En el Tesino se multiplican las tiendas de ese género. Ofrecen almohadillas de cáñamo, champús, cerveza, chupetes, etc. , es decir que el cáñamo se ha convertido en una “atracción turística”. La clientela está compuesta en gran parte de italianos, ya que su país es más restrictivo en este campo.

Además, la Guardia de finanzas italiana ha decidido intensificar sus controles. Pero los ‘traficantes’ descubren nuevas técnicas para llevar canabis al otro lado de la frontera.

Páginas italianas en Internet proponen, por ejemplo, itinerarios para eludir los controles.

La ONU condena

El Órgano mundial de control de estupefacientes de Naciones Unidas (INCB en su sigla inglesa) ha denunciado a menudo la política suiza en materia de drogas. En el último informe del INCB afirma que Suiza está a punto de cometer un “error histórico”.

“La despenalización del canabis va contra la Convención, señala el secretario del INCB, Herbert Schaepe. La política suiza sería aceptable sólo si los países vecinos aplicasen los mismos principios. Si no es el caso, Suiza se convertirá en plataforma giratoria de las drogas suaves”, precisó.

Sin embargo, la tendencia en Europa es a la liberalización. Italia, Luxemburgo, Portugal y España han preferido despenalizar el consumo personal de canabis. Bélgica también lo considera.

Según el informe de la Oficina Federal de la Salud Pública de Suiza (OFSP), la evolución del consumo de canabis es prácticamente idéntica en los países con tendencia represiva como en los de tendencia liberal.

swissinfo