Nueva asociación para prevenir el suicidio

El suicidio sigue siendo un tabú, como lo es hoy la muerte en general. swssinfo am

Se llama Ipsilon, se fundó en Berna y reagrupa a varias organizaciones. Su objetivo es coordinar a escala nacional las medidas de prevención que existen en los diferentes cantones.

Suiza es hoy uno de los países con el índice más alto de suicidios en el mundo.

“Hemos elegido el nombre Ipsilon (i griega: y) porque este símbolo hace pensar en dos brazos que se alzan al cielo, en dos fuerzas que se unen o dos calles que se cruzan”, explica Barbara Weil, responsable de la nueva asociación.

En la primera fase, Ipsilon buscará, sobre todo, facilitar el contacto entre las personas que trabajan sobre la problemática del suicidio en Suiza.

Y es que en Suiza no existe un centro que se ocupe de coordinar la labor de los especialistas y organizaciones involucradas en la prevención del suicidio.

“En cada uno de los 26 cantones hay proyectos de sensibilización o de prevención. Pero en Ginebra no se sabe lo que se hace en el cantón Tesino. Y en el Tesino no se conocen las experiencias de Zúrich. Quizás por ello hemos acumulado un retraso de 15 años respecto a otros países”, subraya Barbara Weil.

Respaldada especialmente por la Federación Suiza de Médicos (FMH), Ipsilon reúne a una veintena de organizaciones de los ámbitos psiquiátrico, sanitario, religioso y social.

Cuatro suicidios al día

Pese a un ligero descenso en los últimos veinte años, el suicidio sigue siendo la primera causa de mortalidad en Suiza.

Cerca de 1.400 personas se quitan la vida cada año en el pequeño país alpino. Pero son solamente cifras ‘oficiales’, ya que en la práctica hay muchos más casos que no salen a la luz pública.

Parece que el malestar de vivir es un fenómeno muy extendido en Suiza, país con uno de los índices de suicidios más altos del mundo, según las estadísticas.

Quienes optan por quitarse la vida dejan tras de sí profundas cicatrices humanas, familiares y sociales. Por cada suicidio consumado hay, además, en promedio seis personas emocionalmente desestabilizadas.

El alcohol, las depresiones, la incapacidad laboral: son cargas pesadas que muchos soportan a veces durante años. En Estados Unidos, donde se tiende a contabilizar todo, se calcula que cada suicidio cuesta unos 390.000 dólares a la sociedad.

Conocimientos insuficientes

“Hay mil razones que pueden conducir al suicidio, pero a menudo se trata de un encadenamiento de múltiples causas”, explica la responsable de Ipsilon. “Pero un problema básico es probablemente nuestra sociedad, que podríamos definir como demasiado fría”.

Como ejemplo cabe citar las presiones excesivas sobre los adolescentes en el ámbito escolar, el creciente estrés en el mundo laboral, el desempleo, el aislamiento de los ancianos, el aumento de los divorcios, la desintegración familiar: toda una serie de posibles factores que provocan confusión o trastornos mentales, pero que requieren ser analizados en detalle.

Es la tarea que se propone asumir Ipsilon, en colaboración con sus socios, con el fin de favorecer una amplia investigación sobre los motivos que pueden conducir a una persona a quitarse la vida.

“Hoy existen poquísimos estudios en Suiza que permiten comprenden los mecanismos psicológicos que originan un suicidio y mejorar la prevención”, destaca Barbara Weil.

Factores climáticos o casuales

Curiosamente, los suicidios son mucho más frecuentes en primavera que en los meses de otoño, estación de mal tiempo, de jornadas más cortas, propensa a la melancolía y a la depresión.

¿En qué medida el clima influye en la mente? ¿Por qué los suicidios son más frecuentes a ciertas horas del día? ¿Cuáles son los métodos más frecuentes para quitarse la vida?

Son preguntas cruciales a las que se espera obtener una respuesta en los próximos años. Ipsilon quiere recopilar todos los datos estadísticos que puedan servir a una intervención más eficaz.

“En algunos países se ha observado, por ejemplo, un descenso de los casos de suicidio, tras prohibir la tenencia de armas. En Inglaterra, en cambio, se ha registrado una disminución momentánea del fenómeno, gracias a la utilización de gas doméstico no tóxico”, agrega Barbara Weil.

Consulta médica

Sin duda los médicos tienen un papel importante en la prevención. El 80% de las personas, que han sucumbido a la desesperación, han acudido a un médico en los meses precedentes al suicidio.

“Los médicos pueden asumir el papel de psicólogos o asistentes sociales, pero no pueden dirigir a estas personas hacia las organizaciones de asistencia o asesoramiento”, señala la responsable de Ipsilon.

Asimismo la asociación quiere respaldar las actividades de prevención y sensibilización también en otros sectores: desde la escuela hasta el trabajo, pasando por la familia y las residencias de ancianos.

Romper un tabú

Para Barbara Weil es importante romper el silencio, hablar más a menudo de los problemas personales, comprender que también las crisis forman parte de la vida y aprender a vivir con las dificultades e incertidumbres de la vida.

El suicidio es más frecuente en los hombres, que tienen más dificultades para admitir sus propias debilidades e incapacidades para resolver crisis profesionales o familiares.

“Todavía hoy el suicidio sigue siendo un tabú, como lo es la muerte en general. Es una especie de fracaso personal que hay que callar”, concluye Barbara Weil.

swissinfo, Armando Mombelli
(Traducción: Belén Couceiro)