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Nuevas armas contra el turismo sexual

Una playa de Mombasa: según una investigación de UNICEF, el 70% de los delitos sexuales contra menores en Kenya son perpetrados por extranjeros. AFP

Acción conjunta contra los abusos a menores cometidos en destinos turísticos: la Federación Suiza de Agencias de Viaje ha suscrito un código de conducta especial y la Policía Federal ha publicado en la Red un formulario para declarar casos sospechosos.

El sector del turismo puede y debe contribuir a la lucha contra el turismo sexual, sostiene desde hace años la asociación internacional ECPAT.

De hecho, cada año cerca de dos millones de menores —particularmente en zonas geográficas económicamente desfavorecidas— están obligados a mantener relaciones sexuales con adultos provenientes del extranjero, relaciones que se establecen casi exclusivamente en las habitaciones de hoteles complacientes.

En Suiza, los esfuerzos de la Asociación Suiza para la Protección de la Infancia se han manifestado recientemente en dos resultados concretos: a finales de octubre, la Federación Suiza de Agencias de Viaje adoptó el Código de conducta contra el turismo sexual; además —y esto supone un caso único a escala internacional—, a principios de septiembre, la Policía Federal puso a disposición del público un formulario electrónico con el que puede denunciar casos sospechosos de turismo pedófilo.

Instrumento valioso

El Código se dirige a las empresas activas en el sector del turismo —hasta ahora se han adherido cerca de 6.000 operadores—, las cuales se comprometen a formar los propios colaboradores y socios locales, introduciendo disposiciones precisas en los contratos y reaccionando sobre todo en casos de violación.

“Si, por ejemplo, un operador turístico suizo constata que uno de los propios hoteles afiliados en el extranjero deja que los clientes se lleven menores a sus habitaciones, entonces se anula de forma inmediata el contrato. Es lo que sucedió con Kuoni, que hace dos años eliminó de su lista un hotel situado en Europa del Este”, afirma Karolina Frischkopf, responsable de ECPAT Suiza (que está integrada en la Asociación Suiza para la Protección de la Infancia).

Además, gracias al formulario presente desde principios de septiembre en el sitio web de la Policía Federal, los turistas y el personal pueden ahora denunciar comportamientos sospechosos, con lo cual pueden aportar indicaciones y fotografías sobre el lugar del abuso y las personas involucradas. Para impedir tales abusos, no se pueden interponer denuncias anónimas.

“El formulario de denuncia, elaborado en colaboración con la Policía Federal, es fundamental, dado que nos permite completar la labor de prevención estipulada por el Código de conducta”, señala Karolina Frischkopf.

“Antes era necesario dirigirse a la Policía local o a la dirección del hotel, con resultados no siempre muy eficaces, mientras ahora las informaciones llegan a los servicios competentes de forma oportuna”, destaca la responsable de ECPAT.

Evaluación y acción

“Cuando recibimos una denuncia, realizamos una primera evaluación y si acaso un complemento de investigación, para definir si existen indicios concretos. Si lo consideramos necesario, se informa del caso a las autoridades cantonales de persecución penal”, explica Danièle Bersier, portavoz de la Oficina Federal de Policía.

Además, añade, “gracias a la colaboración judicial internacional es posible obtener informaciones y pedir persecuciones también en el extranjero”.

Si la denuncia concierne a una persona extranjera, los datos son suministrados al país competente: “En el futuro sería útil disponer de una central única a escala internacional, sobre el modelo de la que fue instituida por la Policía Federal”, observa Karolina Frischkopf.

No habrá impunidad

“Los viajeros que mantienen relaciones con menores no son necesariamente sólo los maníacos pedófilos que todos conocemos de la crónica negra, en los cuales las amenazas y los controles sociales surten poco efecto. Los turistas del sexo suelen ser personas que cuando se encuentran en el extranjero, en países pobres, se aprovechan ocasionalmente del propio poder económico, del anonimato y de un sistema de represión menos presente para vivir nuevas experiencias. Algunos piensan incluso que les hacen un favor, pagando estas prestaciones”, puntualiza Frischkopf.

Precisamente por eso, “es necesario que las personas estén sensibilizadas y no se sientan amparadas por la ley: en Brasil, por ejemplo, en los hoteles de la cadena Accor [que ha ratificado el Código de conducta], hay carteles que indican claramente cuantos años de prisión comporta una condena por actos sexuales con menores. Es una medida de prevención económica que es muy eficaz”.

Boicoteo irrealista

Una guía turística que reside en Bangkok desde hace años y que trabaja para una empresa turística suiza, citada por el diario zuriqués Tages-Anzeiger, expresó sus dudas acerca de la eficacia de estas medidas, afirmando que sólo un boicoteo de las destinaciones afectadas o presiones políticas pueden ser útiles.

“Una respuesta de este tipo no es realista. Vivimos en un mundo globalizado, es inimaginable que una destinación pueda ser boicoteada de un día para el otro. Además, sería inútil: el que quiere ir a un país determinado, lo consigue. No hay que olvidar que el turismo es una fuente de ingreso importante para muchas personas. La cuestión es otra: se necesita evitar cualquier forma de tolerancia o indiferencia respecto al turismo sexual”, concluye Karolina Frischkopf.

swissinfo, Andrea Clementi
(Traducción del italiano: Antonio Suárez Varela)

Según estimaciones de UNICEF, cada año hay cerca de 2 millones de niños que son víctimas del abuso sexual de adultos, sobre todo en Asia, Suramérica, África y Europa Oriental.
Entre los países más afectados figuran Tailandia (con cerca de 800.000 víctimas menores), Brasil (500.000) y la India (400.000). El 90% de las infracciones son llevadas a cabo en hoteles. La abrumadora mayoría de los clientes proviene del extranjero.
En el 2006, 842 millones de personas han efectuado viajes turísticos; a escala internacional, el sector turístico da trabajo a cerca de 100 millones de personas.
Los negocios relacionados con la pedofilia —prostitución y pornografía infantil— se estima en 20.000 millones de dólares anuales (cerca de 23.000 millones de francos).

En Suiza, la represión de tales crímenes está regulada por el artículo 187 del Código Penal que sanciona los actos sexuales con menores. Según la gravedad del acto cometido, también se pueden considerar otros artículos legales (como el artículo 189 del Código Penal sobre la “coacción sexual” o el artículo 190 sobre la “violencia carnal”).

El Código Penal Suizo (artículo 5) contempla también la persecución de delitos cometidos a menores por ciudadanos helvéticos en el exterior.

En los últimos años, las autoridades suizas han intensificado su labor en la lucha contra el turismo sexual. La Oficina Federal de Policía dispone de una comisaría competente en casos de pedofilia y pornografía infantil que colabora con numerosos socios en Suiza y en el extranjero.

La Policía Federal ya ha recibido algunas denuncias a través del nuevo formulario, respecto a los cuales no puede, sin embargo, pormenorizar detalles.

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