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Piden a Berna sumarse a ‘Todos contra la Pobreza’

En África, 28% de la población sobrevive en condiciones de miseria extrema. Keystone

Durante la sesión parlamentaria sobre el presupuesto para la cooperación al desarrollo, ONG suizas entregarán la petición 'Todos contra la Pobreza', que exige un mayor compromiso helvético.

Para 2009-2012 el Gobierno solicita al Legislativo un crédito de 4.5 billones para la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), y 800 millones de francos para la Secretaría de Estado de Economía (SECO).

El presupuesto actual para la cooperación representa un 0.4% del Producto Nacional Bruto. Como signataria de la Declaración del Milenio -cuyos Objetivos buscan reducir la pobreza en el mundo a la mitad para el 2015- , Suiza se encuentra bajo presión para aumentar ese porcentaje.

La sociedad civil helvética presentará el próximo lunes (26.05), durante la sesión parlamentaria que decidirá sobre los créditos futuros para la cooperación al desarrollo, su Petición ‘Todos contra la Pobreza’.

El texto exige a las autoridades nacionales -para cumplir con los compromisos internacionales adquiridos-, un aumento significativo en su participación hasta el 2015.

Según las Organizaciones no Gubernamentales (ONG) helvéticas, el presupuesto para la cooperación debería corresponder en esa fecha al 0.7% del Producto Nacional Bruto.

ONG pasan a la ofensiva

Para fundamentar su reivindicación, la Alianza Sur, plataforma que reúne a seis de las más grandes organizaciones que trabajan en este sector, acaba de presentar un libro sobre el tema:’¿A quién beneficia la ayuda al desarrollo?…Controversias y nuevas pistas’, escrito por Peter Niggli, director de esa entidad.

El texto, de 200 páginas, analiza 40 años de logros y fracasos de la cooperación con el Sur y recuerda la responsabilidad creciente del Norte en un planeta donde más de 3 mil millones de personas, es decir, casi la mitad de la población, vive con menos de dos dólares por día, en una situación de pobreza extrema.

“En nuestro país, más que de una real crisis de la cooperación se trata de una polémica abierta”, explica en entrevista con swissinfo Beat Dietschy, secretario general de ‘Pan para el Prójimo’ y presidente de ‘Alianza Sur’.

Al recordar que “desde hace años, las ONG suizas hemos criticado algunos aspectos de la cooperación oficial al desarrollo, aunque reconociendo también sus logros”.

Definir con claridad a beneficiarios

Para Dietschy, un punto clave de este debate entre sociedad civil y autoridades, “consiste en definir con exactitud quiénes serán los beneficiarios principales de dicha cooperación”.

“Para nosotros -precisa el teólogo suizo-, es esencial que se apoyen, fundamentalmente, aquellos proyectos que buscan el despegue de los sectores más pobres del Sur”.

Respondiendo a la cuestión de la eficacia de la cooperación, uno de los temas más controversiales en las esferas oficiales, Dietschy no niega su importancia, “pero, precisando de antemano quiénes serán nuestras principales contrapartes en este ejercicio de cooperación”.

Y para el presidente de Alianza Sur, la respuesta es obvia: “no sólo queremos debatir métodos de medición y cifras, sino la coherencia de la cooperación. Y en ese sentido, es esencial priorizar en el Sur a las organizaciones sociales, a los movimientos más aptos para organizar sus respectivas sociedades para encontrar un camino efectivo para superar la pobreza”.

Otra necesidad, adicionalmente, es la de precisar las áreas temáticas prioritarias que se deben apoyar en el Sur, advierte.

Una visión africana

“Si bien no me corresponde dar consejos a los actores suizos, pienso que la cooperación helvética, tanto estatal como de las ONG, debería tener muy en cuenta el tema de la capacitación”, subraya N’dioro Ndiaye a swissinfo.

Ndiaye, dirigente de organizaciones de mujeres en Senegal, fue ministra de Desarrollo Social en ese país y es ahora directora adjunta de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

“La capacitación de nuestra gente es esencial para reducir los fracasos de la cooperación con nuestros países”, explica Ndiaye, quien participó en la reciente presentación del libro de Peter Niggli.

Y si de cooperación fallida se habla, las responsabilidades están en los dos campos, enfatiza la directora adjunta de la OIM. “Por una parte, de los receptores de la cooperación, porque en muchos casos en nuestros países no se sabe bien cómo gestionar los flujos externos. Y de los donantes, que muchas veces tienden a perpetuarse en la cooperación, e incluso, a reemplazar en sus responsabilidades a las propias organizaciones locales africanas”.

De ahí la importancia “de este debate tan actual en Suiza sobre la cooperación, su eficacia, su gestión, los beneficiarios”, enfatiza N’dioro Ndiaye.

“Una reflexión valiente”, al decir de Ndiaye, que involucra a entidades oficiales y a las ONG. “Y que es muy importante realizarla a fondo para hacer frente, con mayor coherencia, a los grandes temas que aquejan a la humanidad”, entre ellos la miseria extrema de una gran parte de la población planetaria, concluye.

swissinfo, Sergio Ferrari

Los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio -que abarcan desde la reducción a la mitad de la pobreza extrema, hasta el cese de la propagación del VIH/SIDA y la enseñanza primaria universal para el año 2015-, fueron convenidos por todas las naciones y todas las instituciones de desarrollo del mundo.

Los objetivos anticipan esfuerzos sin precedentes para ayudar a los más pobres. Sin embargo, entre los compromisos asumidos por la comunidad internacional y los presupuestos implementados hasta ahora, existe una gran distancia.

Hasta el presente son escasas las naciones del Norte que han aumentado efectivamente sus presupuestos para asegurar la participación prometida. En 2005 los países de la Unión Europea se comprometieron a aumentar al 0.56% de su PNB la ayuda al desarrollo para el 2010 y el 0.7% para el 2015.

Por el momento, el aumento anual decidido por Suiza, no le permitiría alcanzar el ritmo declarado por sus vecinos.

En su libro “¿A quién beneficia la ayuda al desarrollo?…Controversias y nuevas pistas”, Peter Niggli, presenta como “lento y laborioso” el progreso en la lucha contra el hambre en el mundo.

La radiografía de la realidad mundial es contundente. Según los datos presentados por Niggli, 860 millones de personas padecen hambre; es decir, sobreviven en condiciones de miseria extrema.

Representan una octava parte de la población mundial. Y se encuentran sobre todo en el África negra (213 millones, 28% de la población), en India (210 millones, 19%) y en China (154 millones, 12%).

Por encima de este sector, 2.5 mil millones de personas; es decir, casi la mitad de los habitantes de los países ‘en desarrollo’, viven en la pobreza, con ingresos que van entre 1 y 2 dólares diarios.

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