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Divergencias de peso en política exterior

Micheline Calmy-Rey ha tratado de romper el aislamiento de Suiza en la escena internacional. Keystone

Muchos desafíos aguardan a la o al futuro responsable del Ministerio Suizo de Asuntos Exteriores en 2012. Una tarea delicada, ya que muchas diferencias oponen a los partidos con representación en el Gobierno sobre los objetivos de la política exterior.

“La interdependencia entre Estados es cada vez mayor. Muchas decisiones son adoptadas durante reuniones internacionales, como la del G-20. También estamos sujetos a riesgos globales, como el terrorismo, los flujos migratorios o los cambios climáticos. Muchos parámetros condicionan cada vez más nuestra política. Las fronteras que separan la política interna de la política exterior son cada vez más borrosas”, declaró la ministra de Exteriores, Micheline Calmy-Rey al anunciar su dimisión a principios de septiembre.

Ante la rapidez de los cambios internacionales, los principales partidos políticos no logran ponerse de acuerdo sobre las principales cuestiones relativas a las relaciones de la Confederación con el exterior.  

Solo en lo que concierne a los vínculos con la Unión Europea (UE), el pueblo suizo a menudo ha sido llamado a las urnas en los últimos 20 años. No menos de ocho escrutinios federales han tenido lugar desde 1992.  Más que a lo largo de todo el siglo pasado.

Neutralidad activa

Por otra parte, un consenso político y una visión claramente definida en cuanto al posicionamiento de Suiza en el mundo desde finales de la Guerra Fría – es decir, desde que el estado de neutralidad perdió su importancia – es insuficiente.  El principio de neutralidad no basta por sí mismo para legitimar el rol tradicional de mediación de la diplomacia helvética.

En los últimos años, Micheline Calmy-Rey ha contribuido a fortalecer la presencia de Suiza en el ámbito internacional a través de su política de “neutralidad activa”.  En particular, lanzó numerosas iniciativas para permitir a Suiza encontrar un papel de mediadora en los conflictos regionales y ser reconocida por su trabajo en el campo de los derechos humanos.

“Estoy convencida de que si queremos replegarnos sobre nosotros mismos y construir muros alrededor de nosotros, no vamos a servir a los intereses de Suiza. Para preservar el bienestar, la seguridad y la soberanía nacional, debemos, por el contrario, cultivar más nuestra red de relaciones y reforzar nuestra influencia en la escena internacional”, explicó.

Explosiones de la derecha

Las iniciativas de Micheline Calmy-Rey han atraído muchas críticas en Suiza, especialmente en las filas de la derecha conservadora, hostil a cualquier política de neutralidad activa.

“La neutralidad significa abstenerse de cualquier injerencia, permanecer en silencio y distante. Solamente de esta manera podemos defender los intereses de Suiza y de las partes en conflicto que buscan un mediador para conducir un diálogo en calma y con discreción”, afirmó Ulrich Schlüer, diputado de la Unión Democrática del Centro (UDC/derecha conservadora).

“Las apariciones de Micheline Calmy-Rey en la escena internacional le permitieron perfilarse de manera espectacular ante los medios de comunicación y satisfacer así su orgullo personal. Sin embargo, no sirvieron para nada, comenzando por la línea de demarcación de las dos Coreas.

Solamente perjudicaron a Suiza, como cuando se exhibió en Teherán, la cabeza cubierta con un velo, causando irritación a estadounidenses e israelíes”, continuó el diputado.

Por lo tanto, Ulrich Schlüer quiere un cambio de línea de parte del futuro responsable de la diplomacia: “Necesitamos un ministro de Relaciones Exteriores capaz de restablecer los antiguos valores de la neutralidad, basados en la prudencia y la reserva”.

Dinamismo y competencias

Por el contrario, la política exterior de la ministra socialista cuenta con la aprobación de la izquierda. “En un mundo cada vez más globalizado, Suiza tiene que evolucionar con dinamismo y demostrar habilidades específicas en sus campos predilectos, a saber: el derecho humanitario, la extensión del derecho internacional público y la mediación. Intervenir en estas áreas a veces puede suponer cierto riesgo, pero solo de esa manera podemos existir a nivel diplomático en el mundo”, estimó por su parte Carlo Sommaruga, diputado del Partido Socialista.

La suya es una opinión que comparten muchos de los representantes de los partidos de centro, no sin ciertas reservas sobre el trabajo realizado al interior  del Ministerio. “La neutralidad no debe ciertamente ser confundida con pasividad. También en el futuro, Suiza tendrá que seguir una política exterior activa para defender los derechos humanos y promover la paz”, señaló Christa Markwalder, del Partido Liberal Radical (PLR).

“Desde esa perspectiva, Micheline Calmy-Rey ha tenido sin duda el gran mérito de haber dado mayor visibilidad a la política exterior de Suiza. Pero muchas de sus iniciativas no tuvieron el éxito esperado y lo más importante, la ministra no siempre tuvo el comportamiento adecuado frente a la Unión Europea, y en una fase muy difícil para las negociaciones”, reprochó la legisladora.  

El reconocimiento y el progreso

Al tiempo que continúa dividiendo a los partido, la política de neutralidad activa de Micheline Calmy-Rey ha generado reacciones muy favorables de parte de organizaciones de derechos humanos y promoción de la paz.

“El compromiso de la diplomacia suiza en muchos procesos de paz – como en el Oriente Medio, África y el Cáucaso – no siempre puede desembocar en resultados a corto plazo, pero permite establecer lazos con socios regionales o con las grandes potencias y otorga a Suiza un cierto reconocimiento, una importancia particular en el mediano y largo plazos”, señaló Laurent Goetschel, director de la Fundación Suiza para la Paz, Swisspeace.

Un balance positivo que hizo también Manon Schick, directora de la sección suiza de Amnistía Internacional. “La política exterior suiza ha puesto de relieve los progresos realizados en los últimos años, especialmente para mejorar los instrumentos de aplicación de los derechos humanos en el marco de las Naciones Unidas. Suiza luchó también por la creación del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, donde a menudo desempeña un papel de liderazgo, sobre todo en defensa de los derechos de los homosexuales o en contra de la pena de muerte”.  

21 de mayo 2000: el primer paquete de acuerdos bilaterales entre Suiza y la UE es aprobado por 67,2% de los votantes.

04 de marzo 2001: 76,8% de los suizos rechazan la iniciativa popular ‘Sí a Europa’.

03 de marzo 2002: la iniciativa popular ‘por la adhesión de Suiza a la ONU’ es aprobada por 54,6% de los votantes.

05 de junio 2005: el pueblo suizo dice sí, con 54,6% de los votos, a la propuesta de adhesión de Suiza a los acuerdos de Schengen y Dublín.

25 de septiembre 2005: 56% de los votos van a favor de la ampliación de los acuerdos sobre la libre circulación de personas a los diez nuevos Estados miembros de la UE.

26 de noviembre 2006: una contribución de 1000 millones de francos destinada a promover el desarrollo y la cohesión democrática de los Estados de Europa del Este es aceptada con 53,4% de los sufragios.

08 de febrero 2009: 59,6% de los ciudadanos aprueba la extensión de los acuerdos de libre circulación a Bulgaria y Rumanía.

17 de mayo 2009: la introducción de pasaportes biométricos, en conformidad con los estándares establecidos por los acuerdos de Schengen, es aprobado con el 50,1% de los votos a favor.

Micheline Calmy-Rey ingresó al Gobierno en 2003. Desde entonces ha permanecido a la cabeza del Ministerio de Exteriores.  

El pasado 7 de septiembre, anunció su retiro para finales de este año.

Su sucesor será electo por la Asamblea Federal el 14 de diciembre próximo como parte del procedimiento para la reelección de todos los miembros del Gobierno.

1945: Micheline Calmy-Rey nace el 8 de julio en Sion, cantón suizo del Valais. Permanece en la capital valesana hasta la edad de 19 años.

 

1968: Obtiene la licenciatura en Ciencias Políticas por la Universidad de Ginebra

1974: Ingresa al Partido Socialista ginebrino y trabaja hasta 1997 como administradora y directora de una empresa familiar de distribución de libros.

1981-1997: miembro del parlamento cantonal de Ginebra.

 1986-1990  y 1993-2002:

presidenta del Partido Socialista en Ginebra.

1997-2002: miembro del gobierno cantonal ginebrino (responsable de Finanzas).

 2003-2011: miembro del Gobierno Federal, a cargo de la cartera de  Asuntos Exteriores.

2007 y 2011: asume la presidencia anual y rotativa de Suiza.

Traducción, Marcela Águila Rubín

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