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Posible “borrón y cuenta nueva” a evasores suizos

Muchos se oponen a la propuesta, entre ellos el Ministro de Finanzas, Hans-Rudolf Merz. Keystone

El Consejo Nacional (Cámara de Diputados) aprobó un proyecto de amnistía fiscal que permite a los contribuyentes incumplidos regularizarse sin multas ni recargos.

Pero sólo entrará en vigor si lo avalan el Senado, los cantones y la población.

Suiza avanza la aplicación de la primera amnistía fiscal del siglo XXI luego de que el Consejo Nacional aprobó (08.03) un “borrón y cuenta nueva” para los evasores del fisco.

La propuesta considera el perdón para todo aquel contribuyente incumplido que se presente ante la autoridad tributaria para declarar voluntariamente que evadió o eludió impuestos, esto es, que declaró menos de lo correcto.

El siguiente paso –según la propuesta- sería que el evasor pague una tasa equivalente al 5% del monto no declarado, lo que le dejaría exento de las multas y recargos ligados al incumplimiento previo.

Esto implica que si alguien no declaró ingresos por 10.000 francos suizos, lo notificaría ante la hacienda helvética, pagaría los 500 francos que le corresponden y quedaría al corriente con el gobierno.

Si el Consejo de los Estados se suma a la decisión de la cámara de representantes del pueblo, la amnistía podría entrar en vigor a partir del 2005.

Este controvertido tema sacará chispas durante todo el 2004 entre las autoridades y el Parlamento, ya que las visiones sobre el asunto son totalmente encontradas.

Camino por andar

Entrevistado por swissinfo, Peter Schneeberger, especialista en el tema de la amnistía fiscal dentro del Departamento Federal de Finanzas (DFF) asegura que lo mejor está aún por venir.

“Nadie puede cantar victoria antes de tiempo, el Consejo de los Estados debe revisar la propuesta y sólo en el caso de que la apruebe, nosotros, como autoridad, comenzaríamos a trabajar en un proyecto de ley sobre este tema”.

Schneeberger explicó que es un proceso que tomará meses enteros de trabajo y que resulta de alta complejidad porque implica ajustes a la Carta Magna de Suiza.

“Siempre que se requieren enmiendas a la Constitución es obligatorio hacer una consulta de carácter cantonal y preguntar a la población helvética si está de acuerdo”, dijo.

Por ello, y sólo en caso de que pase todas estas pruebas, difícilmente podría entrar en vigor antes del 2005.

Los opositores

El titular del Departamento Federal de Finanzas (DFF), Hans-Rudolf Merz, rechaza la amnistía fiscal porque la considera sinónimo de fraude.

A su juicio, es un castigo para los contribuyentes honestos y puntuales que los evasores tengan un trato preferencial.

Además, cita el sucesor de Kaspar Villiger desde 1 de enero del 2004, esto deterioraría la imagen de Suiza en el extranjero, porque la medida sería percibida como una señal de debilidad de un poder público incapaz de fiscalizar por las vías tradicionales.

El socialdemócrata Hildegard Fässler se suma a esta posición y afirma que “los evasores han privado al Estado de recursos que le correspondían a Suiza, por lo que no merecen ser perdonados por ese abuso”.

Los férreos defensores

Charles Favre, legislador e integrante de la Comisión Económica del Parlamento, asegura que esta “nueva oportunidad” para los evasores permitiría reincorporar a la economía un total de 30.000 millones de francos suizos que no han sido declarados.

Estos recursos favorecerían la reactivación económica del país y aliviarían la debilidad actual de las finanzas públicas.

Opina que es el momento correcto para instrumentarla y reitera que en países como Alemania, Italia o Bélgica, esquemas semejantes se han aplicado con mayor o menor grado de éxito.

Cabe recordar que la primera amnistía fiscal helvética tuvo lugar en 1969 y la experiencia no se ha repetido desde entonces. En aquel año permitió devolver al flujo económico un total de 11.500 millones de francos suizos.

Después, la idea de una tregua fiscal se mantuvo guardada en el cajón durante 24 años.

A partir de 1992 comenzaron a escucharse voces en este sentido.
Se presentó una iniciativa del cantón del Tesino y después por otra más, elaborada por la exconsejera nacional liberal, Barbara Polla, en busca de esta amnistía general.

Son justamente estas dos propuestas las que fueron votadas esta semana por el Consejo Nacional.

El Consejo Federal también ocupado en el tema, en marzo del 2002 encargó al Departamento Federal de Finanzas (DFF) un proyecto de evaluación sobre la amnistía, pero será el Consejo de los Estados el que decida si los evasores aún tienen alguna oportunidad.

swissinfo, Andrea Ornelas

La amnistía fiscal consiste en hacer “borrón y cuenta nueva” con los evasores.

Si ellos se acercan voluntariamente a la autoridad para declarar lo que han evadido, pagan el 5% del monto no declarado y quedan exentos de cualquier multa o recargo.

El Consejo Nacional aprobó la propuesta de amnistía fiscal general el pasado lunes (08.03), que aún requiere el aval del Consejo de los Estados, los cantones y la población.

Los defensores de la amnistía aseguran que traerá a la economía suiza recursos equivalentes a los 30.000 millones de francos suizos que permitirán reactivar la producción y generar empleos.

Los detractores de este perdón fiscal, entre los que se cuenta el Departamento Federal de Finanzas, argumentan que lleva un castigo implícito para los contribuyentes que si cumplieron con sus obligaciones tributarias.

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