Powell y Lula concentraron la atención de Davos
Colin Powell y el presidente “Lula” de Brasil miraron el mundo con ojos diferentes en el Foro Económico Mundial.
El primero insistió en que la guerra era la inevitable en Irak, el segundo llamó a un pacto mundial por la paz.
No se vieron, sólo se cruzaron, pero los discursos de Colin Powell y del presidente Luiz Inácio da Silva, “Lula” eran los más esperados en la jornada del domingo del Foro Económico Mundial de Davos.
El del Secretario de Estado norteamericano por lo que diría frente a una eventual guerra en Irak, y el del presidente brasileño por representar la voz de los países en desarrollo en esa cumbre.
Powell confirmó la voluntad de la Casa Blanca de desencadenar la guerra en Irak independientemente de la solución a que pueda llegar Naciones Unidas. También criticó veladamente la posición europea de esperar sólo en los resultados a que puedan llegar los inspectores de la ONU para desarmar Irak.
El representante norteamericano agregó que los Estados Unidos se arrogaban el derecho de actuar solos y que el multilateralismo no debía ser un pretexto para no intervenir militarmente en Irak. Los días están contados, dijo, “nos aproximamos al momento de pasar a la etapa siguiente”, la guerra.
Lula ovacionado
A horas de intervalo del discurso de Colin Powell, intervino Lula que recibió de entrada una ovación por parte de los 2000 participantes reunidos en el Centro de Conferencias de Davos. En su discurso de apenas veinte minutos llamó a los dirigentes del mundo occidental a mirar el mundo con otros ojos y trabajar juntos por la paz y por la erradicación del hambre en la tierra.
Dijo ser portavoz de un sentimiento de esperanza de todo el pueblo brasileño, de la esperanza de construir un mundo mejor. También se refirió se a la necesidad de que los países ricos pongan fin al proteccionismo y abogó por un mundo más equitativo, más justo. Insistió en la necesidad de crear un nuevo orden mundial que permita combatir la miseria.
Nada nuevo en el discurso del presidente brasileño, pero su presencia, contestada por algunos sectores políticos en su país, marcó la jornada del Foro Económico Mundial. Lula al final, no ocultó el sentimiento que le significó encontrarse en Davos, cuyas montañas calificó de mágicas. Su visita en las cumbres alpinas culminó con un breve encuentro con el presidente de la Confederación Pascal Couchepin. Juntos tal vez posaron para posteridad.
swissinfo, Alberto Dufey
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