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Desde Suiza, ‘grand jeté’ para promesas del ballet

Lou Spichtig, alumna de la Academia de Danza de Zúrich, participa en el Prix de Lausanne. Pat Bromilow-Downing

El concurso internacional de ballet, Prix de Lausanne, puede ser  punto de partida de grandes carreras pese a que se produce en un país sin una fuerte tradición en el ramo. La Academia de Danza de Zúrich, una de las dos escuelas con financiamiento estatal, intenta revertir la situación.

Lou Spichtig y Laura Fernández-Gromova se preparan para la que podría ser su gran oportunidad. Ambas de 17 años, se encuentran entre los 70 candidatos -seleccionados entre 300- que participarán en el Prix de LausanneEnlace externo, que inicia el 1º de febrero y dura una semana. El concurso, considerado como un trampolín para los jóvenes bailarines, premia a los ganadores con becas para las mejores escuelas y compañías de ballet.

Estamos en un gran estudio de la Academia de Danza de ZúrichEnlace externo. Laura se prueba su traje para la variación clásica. Es un tutú bordado en negro y oro, pero el corsé todavía no le sienta bien. Su maestra, Tina Goldin, dice que debe ser ajustado. “Es importante que se sienta a gusto para que no se distraiga”, comenta.

Goldin la asesora en cómo prepararse para el concurso. “De las ocho variaciones clásicas para elegir, tratamos de seleccionar una que se adapte mejor al carácter de la chica”, explica a swissinfo.ch. Las jóvenes tienen que interpretar también una variación contemporánea.

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El largo camino a Lausana

Este contenido fue publicado en Lou Spichtig y Laura Fernández-Gromova sueñan con devenir bailarinas de alto nivel. Su participación en el Prix de Lausanne es un paso que las acerca a la realización de su objetivo. (Carlo Pisani, swissinfo.ch) Ambas son estudiantes de la Academia de Danza de Zúrich, una de las dos instituciones profesionales financiadas por el Estado, focalizada…

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La escuela, dice su director, Oliver Matz, prepara a los jóvenes para la competencia, ante todo, para animar a los talentos en ciernes. Los maestros también acompañan a los concursantes en lo que puede ser una experiencia estresante.

“Es importante que los jóvenes puedan rendir el máximo de sus habilidades en el escenario”, explica.

Prix de Lausanne

El Prix de Lausanne es un concurso internacional para jóvenes bailarines (as) de todas las nacionalidades, de entre 15 y 18 años, que aún no son profesionales. Los candidatos tienen que superar una selección preliminar basada en vídeos y audiciones. Solo el 20% de los aspirantes llega a la final.

Los premios son becas de estudio para continuar la formación en escuelas o compañías. También hay un premio de danza contemporánea y otro atribuible al mejor candidato suizo (de nacionalidad o egresado de una institución helvética).

Entre los ganadores famosos se encuentran dos figuras del Royal Ballet de Londres, la británica Darcey Bussell, exprimera bailarina, y el cubano Carlos Acosta, invitado como primer bailarín.

La Academia de Danza de Zúrich está asociada al Prix de Lausanne. Las compañías suizas asociadas son el Ballet Béjart de Lausana, el Ballet de Zúrich y el Ballet del Gran Teatro de Ginebra.

Las dos muchachas tienen un buen currículum: Lou ganó el Youth America Grand PrixEnlace externo de Nueva York en 2013. Laura llegó a la final en 2014.

La primera conoció el Prix de Lausanne cuando era niña  y comenta que participar en él era “un sueño de infancia que por fin se hace realidad”. Ambas quieren transmitir su pasión por la danza en sus variaciones. “Tengo muchas ganas de demostrar que amo el ballet y que quiero dedicarme a él toda la vida”, señala Laura.

Construir una reputación

La Academia de Danza de Zúrich existe en su forma actual desde hace poco más de diez años. Matz y su compañera, Steffi Scherzer, otrora primeros solistas del Ballet de la Ópera Estatal Alemana de Berlín, se hicieron cargo en 2005 de la entonces escuela suiza del rubro, con base en la experiencia obtenida durante su formación.

La entidad forma parte ahora del Departamento de Artes Escénicas y Cine en la Universidad de las Artes de ZúrichEnlace externo (ZHdK) y desde el año pasado cuenta con más espacio en la nueva sede. La otra institución suiza de danza clásica, la Ballettschule Theater Basel (BTB),Enlace externo se encuentra en Basilea.

“Hemos logrado, en relativamente poco tiempo, construir una escuela con proyección internacional y decir: ‘mira aquí en Suiza, país sin  tradición de danza clásica, hay una escuela en la que niños y jóvenes, nacionales o de fuera, pueden formarse como bailarines profesionales’”, comenta Matz.

Profesionalización

Alrededor del 60% de los alumnos son de Suiza, lo que demuestra que hay interés por la danza, subraya el director. “Pero en lo que atañe a la formación profesional, Suiza está todavía un poco en pañales. Sin embargo, hay un gran consenso de que la formación debe ser profesionalizada”.

Además de las academias de Zúrich y Basilea, existe ahora el Centro de Formación Profesional de Artes Aplicadas (AA)Enlace externo en Ginebra. “Todo esto dará lugar a una nueva generación con proyección en el mercado internacional. Estoy seguro de eso”, señala Matz.

Lou y Laura, estudiantes del último año, egresarán con un Certificado Federal de Capacitación Profesional. Alrededor del 90% de los graduados se unen a compañías internacionales de danza. La tasa de éxito es equivalente a la de instituciones más consolidadas, como la ‘English National Ballet School’ en Londres.

Clásica y contemporánea

La formación incluye hasta seis horas de entrenamiento por día. En la clase de Scherzer, chicas de 15 años se ejercitan en la barra. Aunque agraciadas, aún no tienen la destreza de Lou y Laura, lo que evidencia la diferencia que pueden hacer dos años.

Los alumnos comienzan a los 11 años con una formación básica, para pasar a estudios superiores a los 15. En la clase de Matz, los niños -que componen el 44% de los alumnos- se concentran en los saltos. “¡El pie izquierdo!”, señala Matz. “¡Bien!”.

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Un día en la escuela de danza

Este contenido fue publicado en En una década, la Academia de Danza de Zúrich se convirtió en una escuela internacional de ballet clásico. Los alumnos (as), de entre 11 y 19 años, se someten a rutinas extenuantes en su búsqueda de excelencia. (Carlo Pisani, swissinfo.ch)

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El ballet clásico es solamente una parte de la oferta escolar, ya que es importante brindar también una formación contemporánea de alta calidad, observa Matz.

“Ninguna compañía interpreta únicamente ‘El Lago de los Cisnes’, ‘Gisele’ y ‘El Cascanueces’ actualmente. También trabajan con coreógrafos internacionales que crean sus piezas sobre la base de la danza clásica”, dice. “Nuestros jóvenes están capacitados para ello, por lo que pueden hablar los dos lenguajes de la danza”.

Historia de éxito

El australiano Nikolaus TudorinEnlace externo, galardonado del Prix de Lausanne 2012 y exalumno de la Academia,  encarna una de las historias de éxito de la escuela. Ahora forma parte del Ballet de LeipzigEnlace externo. En entrevista con swissinfo.ch, asegura que la decisión de estudiar en Zúrich fue una de las mejores que haya tomado hasta ahora.

“Es muy importante para los jóvenes bailarines elegir la mejor escuela para que puedan crecer y alcanzar sus metas y sueños. Pero también es muy difícil, especialmente si no sabes mucho acerca de la escuela a la que vas. Fue mi caso cuando salí de  Australia a los 16 años para venir a formarme en Suiza”.

Liliana Heldner, de Danse SuisseEnlace externo, la asociación helvética de profesionales del ramo, considera “extrardinario” el alto porcentaje de graduados que obtienen directamente un puesto de trabajo.

La decisión de Suiza de introducir el Certificado Federal de Capacitación en 2009, y que significó el reconocimiento formal de la danza como profesión, se produjo de manera tardía en comparación con otros países. La Academia de Danza de Zúrich fue la primera en introducir un título profesional para la danza clásica, lo que ha contribuido a su éxito y ha animado a muchos padres a apoyar los sueños de su descendencia, afirma Heldner.

“Un diploma es también útil al final de la carrera en el escenario para  aquellos que deciden seguir el camino de la enseñanza, la gestión, la fisioterapia especializada en el área o incluso algo completamente diferente. Con 25 años por delante, un diploma abre la puerta a otro tipo de formación”.

Formación académica

Los cursos de base empiezan a los 11 o 12 años de edad de los alumnos. La Academia de Danza de Zúrich cuenta con un internado para los estudiantes no locales. Los (as) jóvenes reciben también  orientación nutricional y atención médica especializada.

Los estudios avanzados comienzan a partir de los 15 o 16 años y los alumnos se gradúan a los 19. La formación es igual a un aprendizaje y es coronada con Certificado Federal de Capacitación.

La Universidad de las Artes de Zúrich ofrece también un Bachillerato de Artes en Danza Contemporánea.

Una formación equivalente puede efectuarse en la Universidad de Ciencias Aplicadas y Artes de la Suiza Occidental.

Traducido del inglés por Marcela Águila Rubín

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