Reafirma Suiza su compromiso con Asia Central
Berna confirmó la continuidad de sus programas de ayuda por cerca de 28 millones de francos anuales.
La cooperación para el desarrollo de Asia Central adquiere en esta nueva etapa de la coyuntura internacional una importancia particular. Los numerosos desafíos en esa región se han incrementado con la crisis actual en el área.
En el marco de un compromiso asumido en 1993 las autoridades suizas ratificaron su solidaridad con las cinco nuevas repúblicas del Asia Central que celebran este año el décimo aniversario de su independencia.
Durante la VI Conferencia anual de la Cooperación Suiza con Europa del Este, realizada este martes, en Berna, el gobierno helvético reiteró la decisión de mantener los apoyos equivalentes a 182 millones de francos para el desarrollo de Uzbekistán, Tayikistán, Turkmenistán, Kirguizistán y Kazajstán.
De ese monto, la distribución anual asciende a 28 millones de francos de los cuales 15.4 millones, destinados a asistencia técnica y ayuda humanitaria, son canalizados a través de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), y el resto, mediante el Secretariado de Estado para la Economía (SECO).
Sin pretender “sobrestimar” el papel de Suiza en la región, el ministro helvético de Exteriores, Joseph Deiss subrayó que su país cuenta con «la masa crítica como para hacer cambiar las cosas en ciertos sectores importantes de Asia Central».
Para el gobierno suizo, esta cooperación con Asia Central es entendida como una relación entre contrapartes «con intereses comunes».
Esas naciones – con excepción de Kazajstán – integran el grupo conducido por Suiza ante el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Europeo por la Reconstrucción y el Desarrollo.
Los sucesos que se están produciendo en Afganistán han puesto de relieve la importancia de Asia Central en el contexto internacional.
El actual escenario afgano es parte del análisis de los principales oradores de esta VI Conferencia.
Tschingis Aïtmatov, destacado literato y embajador de Kirguizistán ante la Unión Europea convocó a una «humanización del desarrollo económico a escala mundial » para evitar que « el pensamiento económico invada a toda la sociedad ».
La ponencia del escritor, acogida con entusiasmo por los trescientos participantes de la Conferencia, constituyó un llamado a fortalecer «el plano espiritual» para hacer viable un verdadero concepto de civilización planetaria.
Sergio Ferrari
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