Xocolatlite: hallazgo suizo en las entrañas mexicanas
Seis años y toda una serie de análisis más tarde, el mineral descubierto por Stefan Ansermet cumplió por fin con todos los requisitos exigidos para ingresar a los anales de la ciencia, incluida su publicación en la 'American Mineralogist'.
Compuesto de calcio, magnesio y de teluro, un elemento químico muy raro, el Xocolatlite se encontraba en una mina abandonada del norteño estado mexicano de Sonora.
“Existen sólo 4.400 especies minerales conocidas en el mundo, muy poco con respecto a las especies de insectos o de plantas de las que hay millones. Se descubren unas cuarenta cada año. Entonces, siempre es un acontecimiento encontrar una nueva especie”, comenta Stefan Ansermet.
Fotógrafo, escritor, explorador, este amante suizo de la Naturaleza cultiva desde muy joven una pasión que lo ha llevado al descubrimiento de una decena de minerales, uno de los cuales lleva su nombre, la ‘ansermatita’, incluida en el legado del Museo de Geología de Lausana, institución de la que Stefan forma parte.
El Xocolatlite, otro de sus hallazgos, se encontraba en la mina mexicana de La Bambolla -en Sonora, entidad fronteriza con Arizona (EE UU)-, uno de los sitios más ricos del mundo en el rubro que nos ocupa.
Paraíso mineral
“Ahí se han descubierto 23 especies minerales, lo que es realmente excepcional”, enfatiza nuestro interlocutor.
Y es también en esa mina abandonada, cercana al municipio de Moctezuma, donde abunda uno de los elementos químicos más raros: el telurio. “En pocos lugares del mundo se encuentra el telurio bajo una forma mineralógica; en general está disperso y es difícilmente detectable”.
Hasta ese sitio extraordinario llegó en 2002 Stefan Ansermet, en compañía de otros dos mineralogistas. El grupo se encontraba en Tucson, sede anual de una de las más importantes compra-ventas de minerales del mundo y no resistió la tentación de cruzar la frontera en dirección de La Bambolla.
Los expertos rentaron un jeep y luego de toda una suerte de peripecias y de indicaciones contradictorias, encontraron por fin el paraíso mineral.
Un mineral binacional
Stefan Ansermet sabía que bajo una apariencia infrecuente puede encontrarse un mineral de lo más banal. Sin embargo, sus largos años de experiencia y el hecho de hallarse en ese sitio pródigo en especies nuevas, le hicieron presentir que ese cuarzo medio moreno podía encerrar algo interesante.
Y así era: un sexenio más tarde, el Xocolatlite recibió este año la bendición de la Asociación Mineralógica Internacional y pasó a formar parte del repertorio mundial del renglón, a través del Museo de Geología de Lausana.
Esta institución posee la especialidad de describir especies minerales, desde hace unos ocho años, dos por año. Es la única instancia de su género en Suiza en efectuar una tarea semejante.
Entre tales procesos se encuentra la denominación de los hallazgos.
Para dar nombre a los minerales, explica Ansermet, hay diversos criterios (a nivel general), la adopción de los nombres de la localidad o de los sitios geográficos vecinos… ‘la bambollita’, ‘la sonoraita’, ‘la moctezumita’… De los científicos que trabajaron en el lugar, ‘la ansermatita’ … nombres náhuatls (en el caso de México), ‘el Xocomecatlite’, el ‘quetzalcoalite’…
Descubierta por un especialista suizo en tierra mexicana, la nueva especie lleva en su nombre ese “binacionalismo”: Xocolatitle procede de la palabra náhuatl que designa al chocolate. El chocolate, moreno como una de las fases de la piedra, es de origen mexicano; sin embargo, se ha convertido en uno de los productos más asociados con Suiza.
swissinfo, Marcela Águila Rubín
Fotógrafo de formación, es un apasionado de la Mineralogía.
Desde los 15 años comenzó a colectar minerales que luego cedía a los museos.
La experiencia acumulada le ha permitido laborar para diferentes instituciones científicas, incluido el Museo de Geología de Lausana.
Entre sus hallazgos, la pieza que considera la más bella procede del cantón de los Grisones y fue denominada por una comisión internacional ‘ansermatita’.
Amén de sus labores de buscar, seleccionar, documentar y publicar sus hallazgos, Stefan Ansermet, “se divierte” con la escritura de “libros-objeto” cuya función es ” zygomatica, absurdomática y crítica”: sus xyloglosarios.
Sus xiloglosarios (artístico y económico, Ediciones Castagniééé) permiten “encontrar temas de disertación, redactar sus placas de exposición y síntesis de vernisages o, simplemente, de brillar en sociedad”.
Y si todo ello no fuera suficiente, este apasionado de la Naturaleza, creó una fundación dedicada a la búsqueda de oro en el cantón del Valais, donde nació, aunque es originario de Vaud.
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