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Suizo escala 60 montañas andinas por sus 60 años

Michel Siegenthaler, en la cima del Chopicalqui (Perú) a 6.345 m.s.n.m. Alpirama

Fue un especial regalo de cumpleaños. El suizo Michel Siegenthaler escaló 60 montañas en los Andes sudamericanos, una por cada año de su vida.

Al final de su aventura recuerda tanto la imponente belleza de los nevados como la alarmante desglaciación que los afecta.

“Es preocupante, algo se tiene que hacer”, dice casi con desesperación este guía de montañas valesano, quien en 1982 llegó por primera vez a los Andes, concretamente, a la peruana Cordillera Blanca. Desde entonces ha estado allí como 30 veces.

Su fascinación y preocupación por esas montañas se mezclan. El no necesitó aparatos para medir la desglaciación, ésta se observa a simple vista. “En estos 23 años he visto una diferencia muy clara, muy dura. El glaciar del Chimborazo, en Ecuador, es el que se derrite más rápido”.

¡Tanto en tan poco tiempo! ¿Qué son dos décadas? Uno debe preguntarse por qué ocurre eso, si no somos los hombres los responsables. En todo caso, es una responsabilidad global”, reflexiona.

Siegenthaler, que se define como “un hombre que ama la naturaleza y que quiere protegerla para las futuras generaciones”, se pregunta cómo vivirán millones de sudamericanos cuando el vital recurso se agote. ¿Qué vendrá entonces?

Falta de agua, la más dura de las experiencias

De inmediato piensa en el desierto de Atacama. “Allí viví la más grande y la más dura de todas las experiencias. No hay agua, es la zona más seca del planeta”, dice para luego añadir que “para nosotros es impresionante porque en Suiza hay agua por todas partes”.

En opinión del montañista, la pérdida de zonas glaciales ha vuelto a muchas montañas no sólo menos atractivas, sino más peligrosas. “Hay cada vez más grava, las rocas se aflojan. Así, la montaña Rasac de la cordillera Huayhuash (Perú), casi no tiene zona glacial y escalar por allí es riesgoso”.

No obstante, Siegenthaler describe también el otro lado de la medalla de su expedición, que empezó en setiembre del 2004 y acabó en junio de este año. Fue una aventura que lo llevó por montañas argentinas, chilenas, bolivianas, peruanas y ecuatorianas, todas con altitudes por encima de los 6 mil metros sobre el nivel del mar.

“En los Andes hay más de 120 montañas por encima de esa altitud”, dice el guía de montañas, quien eligió 60 también porque quería visitar todos los países andinos, quería conocer los alrededores de las cordilleras, a los pueblos que las habitan…

Un fanático de Sudamérica

“En los Andes se estableció la civilización inca, que ha dejado una gran herencia cultural. También soy fanático de la música antigua sudamericana, que fue mi aliada para conquistar a Elke, mi esposa. Le mostré mi colección y ella se contagió de mi gusto”, recuerda.

Además hay otras poderosas razones que unen a los Siegenthaler con Sudamérica. De sus tres hijos, uno viajó por Sudamérica durante un año. El otro está casado con una ecuatoriana, tiene tres hijos y todos viven en Suiza.

Natalie, la única hija, se estableció hace 8 años en el Cusco, donde vive con sus tres hijos, Maxim, un adolescente fruto de su primer matrimonio en Suiza, y con Wayra y Sara (nombres quechua que significan viento y maíz, respectivamente), hijas de su segundo matrimonio con un peruano.

Le robaron sus zapatos, pero…

Miles de anécdotas y experiencias vivió el suizo en esos 10 meses. En Arequipa, le robaron sus zapatos de montaña y su casaca del balcón del hotel; en Lima la Policía controlaba constamente sus documentos personales, le decía que había hecho algo no permitido. “Al final, como no estaba dispuesto a dar dinero, me dejaban tranquilo”, comenta.

Pero fueron pequeñeces, no es para dramatizar, pues tuve más experiencias positivas, agrega. “El Perú fue el centro de la Cultura Inca, el Cusco es impresionante, el centro de Arequipa es muy bello, en la Cordillera Blanca hay mil posibilidades para el andinismo, hay muy buena infraestructura. Y en Huaraz tengo amigos desde hace más de 20 años”.

Según Siegenthaler, con razón llaman a esa zona ‘la Suiza peruana’. La diferencia es que mientras lo más bello e impresionante de los Alpes se encuentra entre los 3.000 y los 4.600 metros sobre el nivel del mar, allá lo está entre los 3.000 y los 6.700 metros de altitud.

Gentes que parecen de dos mundos

En Bolivia, el suizo vivió la inestabilidad política. Las calles estaban bloqueadas, era temporada alta y no hubo turismo por el temor a que estalle la violencia. Cuando por fin pudo movilizarse llegó a una zona que califica de ‘fantástica, una de las octavas maravillas de este mundo’: las salinas de Uyuni, de 100 kilómetros de ancho por 120 de largo.

En Argentina Siegenthaler se sorprendió de que muchos lugareños hagan andinismo. “Tengo la impresión de que en Argentina y Chile cada vez más gente practica este deporte, tal vez por la influencia europea, pues allí se han establecido muchos inmigrantes”.

De Chile cuenta una experiencia positiva con los carabineros, que le dieron amplia información sobre las montañas y hasta lo invitaron a dormir en una casa en Socopampa. Algo que le llamó también la atención fue la gran diferencia entre la gente del campo y la ciudad en Bolivia, Perú y Ecuador, “tanto que parecen de dos mundos”.

El vuelo del cóndor visto de muy cerca

Casi siempre en pueblos alejados, Siegenthaler no tuvo oportunidad de comer quesos ni chocolates, a cambio sí “mucho arroz con pollo”. Y cada vez que tenía sed debía controlar mucho la calidad del agua. Empero, en un pequeño restaurante con piso de tierra en el Cañón del Colca, “comí las mejores tortillas de mi vida sin problema alguno”, apunta.

“Allí fotografiamos espléndidos cóndores”, apunta la hamburguesa Elke Siegenthaler, quien acompañó a su esposo dos veces hasta los campamentos base en Mendoza y en Cusco, hasta 4.200 y 3.800 metros sobre el nivel del mar, respectivamente.

Siegenthaler describe a Ecuador como “un país pequeño que tiene todo lo que puede tener uno grande, es decir, costa, sierra, selva, además con una ingraestructura turística bastante bien organizada”. Y en Quito el suizo tiene un amigo que fue su chofer durante los 10 meses.

Un proyecto suizo en Ecuador

Tras escalar el Chimborazo, la única montaña ecuatoriana que visitó y la última de todo su recorrido, Siegenthaler se reunió con los ministros ecuatorianos de Turismo y Medio ambiente y con el embajador suizo en Ecuador para discutir un proyecto en Riobamba.

“Se trata de mejorar el turismo, el medio ambiente y la infraestructuta de toda esa zona alrededor del Chimborazo. Si el proyecto se realiza, habría apoyo suizo y yo sería padrino del mismo”, dice el montañista sin ocultar su orgullo.

Siegenthaler nunca tuvo un accidente y mucha suerte con el clima, que entre mayo y junio muestra su mejor faceta. “En los alrededores del Aconcagua, en Chile, hay un invierno como aquí, con nieve, tormentas y si uno se encuentra allá en esa estación puede ser peligrosísimo”, advierte el montañista.

Caro pero fantástico

El regalo de cumpleaños que se permitió Siegenthaler le costó ‘un ojo de la cara’, pero dice que si se trata de finanzas, mejor le preguntemos a su esposa. Ella refiere que intentaron encontrar auspiciadores sin mayor éxito. Los únicos que no les dieron la espalda fueron la firma Mamut, el Walliser Kantonal Bank, su comunidad y un grupo de apoyo de 75 personas.

Este apoyo, aunque insuficiente, motivó a los Siegenthaler, quienes tuvieron que desembolsar finalmente de su propio bolsillo. La expedición les costó en total más de 200.000 francos. “Fue un cumpleaños caro, pero fantástico”, dice Siegenthaler y mira agradecido a su esposa, con quien lleva 37 años de casado.

Siegenthaler, de nuevo en Grimisuat, su pueblo enclavado en ‘el corazón del Valais’ y donde empezó su carrera de guía de montañas hace 37 años, dice que con esta aventura quería demostrar que “también con 60 años se pueden hacer muchas cosas bellas”.

swissinfo, Rosa Amelia Fierro

El montañista escaló solo 40 montañas y 20 lo hizo acompañado de Samuel (20) y Etienne(25), dos jóvenes valesanos.
Chile: 10 montañas, la más alta, Tupungato (6,570 m.s.n.m), situada entre Chile y Argentina.
Argentina: 27 montañas; la más alta, Aconcagua (6,962 m.s.n.m)
Bolivia: 7 montañas, la más alta, Sajama (6,542 m.s.n.m)
Perú: 15 montañas, la más alta, Huscarán Sur (6,768 m.s.n.m)
Ecuador: 1 montaña, Chimborazo (6,310 m.s.n.m)

– Los andes sudamericanos son, en promedio, 2.000 metros más altos que los Alpes. Están distribuidos además en una distancia mucho más amplia.
– Siegenthaler ha escrito en francés “Carnet de route”, el diario sobre su expedición de 10 meses.

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