Un tesoro parisino en el Jura bernés
Un magnífico papel pintado de 15 metros de largo, que ahora se expone en el Museo Nacional Suizo, se encontraba originalmente en una discreta granja del Jura bernés. Es posible que el propietario se sirviera del contrabando para obtener esta exclusiva decoración mural.
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Imagínese los pastos del Jura, las montañas rocosas, los abetos y el silbido del viento… Al borde de la carretera que lleva de Saint-Imier a La Chaux-de-Fonds, en un lugar llamado La Cibourg, se halla una granja que responde al nombre de ‘La Bise noire’. Está orientada al sur para aprovechar la luz del sol. Es fácilmente identificable por su fachada blanca, sus muros cortavientos en forma de pilastra y su alero formado por tablones de madera en forma de curvada y contracurvada. Más que una granja, parece una mansión campesina. No sabemos si los lugareños tenían conocimiento del tesoro que se escondía detrás de los gruesos muros de esta propiedad pero lo que, en cualquier caso, sí sabemos es que, debido a su grandiosidad, la llamaban el ‘Château’ (‘Castillo’).
En esta propiedad se encontraba una suntuosa decoración, digna de los más grandes palacios. 15 metros lineales de papel pintado de uno de los mejores fabricantes parisinos de finales del siglo XVIII, que despliega en tres paredes escenas tomadas de las Metamorfosis de Ovidio: Ifigenia guiada hasta el altar, Dafne transformada en laurel, Eurídice mordida por una serpiente y Orfeo encantando a los animales. El éxito de la decoración se explica por su equilibrada composición, que alterna arcadas y pilastras, por un lado, y por el llamativo contraste que forman el camafeo gris de los paneles figurativos y la brillante policromía de las flores, por otro. Es absolutamente sorprendente. En el caso de las flores, ¡hay dieciséis colores diferentes! ¿Cómo ha acabado un mural tan lujoso en el Jura?
Para resolver este enigma debemos remontarnos a Charles-François Robert, propietario que heredó ‘La Bise noire’. En 1795 se casó con Eléonore Humbert-Droz. Probablemente fue con motivo de su boda cuando ordenó instalar esta obra pintada en papel en su casa. ¿Pero quién era este hombre? Charles-François Robert nació el 22 de julio de 1769 en Renan. Su padre, Samuel Robert, era comerciante de vinos en la Comunidad de Montaña de Neuchâtel y parroquiano de Saint-Imier, Le Locle y La Chaux-de-Fonds, además de ciudadano de Valangin. Charles-François Robert continuó la profesión de su padre.
¿Podría un comerciante de vinos del Jura bernés permitirse un mural parisino? De hecho, ¿cuánto podría costar tal decoración? El precio se indica en el reverso de un bisel con una inscripción manuscrita en tinta: 15 libras. Esta suma correspondía a 5-7 días de trabajo para componer la pasta para el papel pintado en la prestigiosa fábrica Réveillon de París. Por extrapolación y comparación con otros ejemplos de papel pintado cuyos precios se conocen, podemos cifrar el coste total, incluyendo la compra y la instalación, en unas 2 000 libras. Esta cantidad equivale al salario medio anual de cinco años de un trabajador de la Fabrique-Neuve, en Neuchâtel. Se trata, pues, de un producto de gran lujo, comparable en precio, por ejemplo, a las decoraciones que el fabricante parisino Arthur & Robert colocó en el Palacio de ‘Tuileries’ para la familia real a principios de la década de 1790. Los recursos financieros de Charles-François Robert parecen haber superado con creces los de un simple comerciante de vinos. Pero, ¿era realmente eso, un simple comerciante de vinos?
En el siglo XVIII las fronteras del Principado de NeuchâtelEnlace externo, sobre todo con Francia y el Obispado de Basilea, eran escenario de diversos comercios clandestinos: cereales, tejidos, sal, tabaco, relojes, alcohol, etc. Se trataba un problema que preocupaba a las autoridades, como lo demuestran diversas resoluciones del Consejo de Estado, entre las que se encuentra, por ejemplo, un informe sobre un defraudador que hacía contrabando de mercancías desde La Chaux-de-Fonds a Besançon. Además, las montañas de Neuchâtel y el Val-de-Travers eran aficionadas a los vinos franceses. Los tintos del Franco Condado eran muy populares porque eran más baratos que los vinos producidos por los de Neuchâtel “d’en bas” (de abajo), habitantes del Litoral. Para proteger los intereses de estos últimos, el Consejo de Estado adoptó una política muy proteccionista y cerró las fronteras a los vinos extranjeros en la medida de lo posible. Este recurrente tema de discordia sólo sirvió para aumentar las tensiones entre las autoridades y la población de las montañas.
En este contexto, parece posible que Charles-François Robert pudiera participar en el contrabando de vinos, licores u otras mercancías, sobre todo porque este tráfico tenía lugar delante de sus propias narices. La granja de ‘La Bise noire’ estaba situada en el camino entre Saint-Imier y La Chaux-de-Fonds, que cruzaba la frontera entre el Obispado de Basilea y el Principado de Neuchâtel. Esta carretera era un punto de paso para los contrabandistas. Queda por saber, no obstante, dónde se adquirió el papel pintado. Charles-François Robert conocía bien Besançon, ya que se alojó allí por negocios, como demuestra un salvoconducto conservado en un archivo privado. Besançon, a unos 100 km de La Cibourg, mantenía desde hacía tiempo relaciones comerciales con Neuchâtel, especialmente en el ámbito de la relojería. Aquí es donde Robert podría haber obtenido la decoración de las Metamorfosis, ya que varios comerciantes de papel pintado estaban bien establecidos en esta ciudad del Franco Condado. La decisión de colocar un lujoso y costoso papel pintado en su salón respondía probablemente a una estrategia de representación: Charles-François Robert quería exhibir su fortuna ante un público selecto (familia, amigos, clientes), pero sin exponerla a la vista de todo el mundo. ¿Quién iba a imaginar, tras los gruesos muros de su caserío, la existencia de semejante decoración?
Traducido del francés por Carla Wolff
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