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Vacunación: ¿el fin de las agujas y el dolor?

Una vacunación con pinchazo puede causar un dolor pasajero. Keystone

Las tradicionales vacunas administradas por pinchazo podrían pronto ceder su lugar a los vacunas con aerosoles, según un grupo de científicos suizos y europeos.

Los aerosoles serían útiles para programas de inmunización en países en vías de desarrollo, donde falta personal médico cualificado y las condiciones higiénicas no son demasiado buenas.

La tecnología de aerosoles es uno de los métodos más recientes probados a gran escala en campañas de vacunación.

“Cuando se realiza una inyección, hay riesgos sanitarios”, comenta Jean-Pierre Kraehenbuhl, miembro del Instituto Suizo de Investigación Experimental del Cáncer, en Lausana, y uno de los autores del estudio europeo publicado esta semana en la revista americana ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’.

“Esto puede constituir un problema real en los países en vías de desarrollo”, prosigue el investigador. “Con los aerosoles no hay tantas preocupaciones”.

Para mucha gente, la principal inquietud es saber hasta qué punto el pinchazo es doloroso. “Inyectar grandes dosis de vacuna es doloroso, pero con la nueva técnica, el factor ‘dolor’ se elimina”, añade Jean-Pierre Kraehenbuhl.

Pruebas en monos

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha probado la vacunación con aerosoles contra la rubéola. Ha recurrido a pequeños aparatos desechables para falicitar su distribución.

Hasta el momento, el sistema no ha sido probado con las enfermedades que penetran al cuerpo por las mucosas, como el virus del sida (VIH). Aunque las vacunas contra esta dolencia se encuentran en estado experimental, los investigadores deben verificar si la técnica mediante aerosoles es segura.

Las pruebas a las que sometieron a los monos han enmascarado una vacuna experimental contra el VIH o el virus del papiloma humano (HPV). La vacuna se metió dentro de un vector, en este caso en un virus de la familia de la viruela.

Los investigadores han descubierto que la respuesta era la misma que si hubieran recibido una inyección de vacuna. Además, los efectos secundarios fueron mínimos: un enfriamiento como el peor caso.

Las vacunas alcanzaron las mucosas de los pulmones y de las vías respiratorias. Y en los cerebros y ojos de los animales no mostraron síntomas de haber sufrido ningún daño.

En efecto, “el problema con las vacunaciones a través de aerosol es determinar qué hay dentro de las células que están conectadas indirectamente con el cerebro”, indica Kraehenbuhl. “En lo que hemos descubierto, la liberación de las vacunas por el conducto nasal no ha presentado ningún efecto tóxico”.

Riesgo constante

Los resultados muestran que, en teoría, los riesgos ligados a la vacunación con aerosol no son más elevados que los derivados de los producidos por inyección. La seguridad de las vacunaciones intramusculares contra el VIH o el HPV (Virus del Papiloma Humano) ha sido probada con éxito en seres humanos.

Sin embargo, el estudio muestra que a pesar de los resultados, no es totalmente seguro que en futuras pruebas sobre humanos se utilicen las vías nasales. Algunas vacunas pasarían directamente por la boca, evitando la cavidad nasal y los riesgos potenciales relacionados con este conducto.

¿Será, por tanto, totalmente seguro? Jean-Pierre Kraehenbuhl no está plenamente convencido. “Existen riesgos todos los días. Se debe calcular la relación entre los riesgos y los beneficios. Si se vacunan 100.000 personas, se puede producir algún accidente, pero no por ello hay que impedir utilizar la vacuna. Debemos de realizar más estudios de seguridad con seres humanos”.

Los científicos han recibido una autorización de Swissmedic, la autoridad de vigilancia de medicamentos, para proceder a realizar ensayos con personas. El trabajo debe descubrir si una vacuna administrada por esta vía es suficientemente absorbida por un individuo.

Si los resultados son concluyentes, los investigadores pedirán una autorización para proceder a elaborar pruebas clínicas.

swissinfo, Scott Capper
(Traducción, Iván Turmo)

La vacunación es el proceso por medio del cual una persona se hace inmune o resistente a una enfermedad específica.

Algunos microorganismos llamados patógenos se han adaptado muy particularmente para eludir el sistema inmune del hombre y causar una enfermedad. Este hecho se pone de manifiesto cuando el organismo humano no ha contactado previamente con el patógeno.

El papel de la vacunación consiste en poner al sistema inmune a trabajar, sin causar los efectos que sobre la salud causa el patógeno.

La exposición natural a una enfermedad ocurre cuando un individuo entra en contacto con el agente infeccioso y padece la enfermedad.

Este contacto, por ejemplo a la varicela, proporciona inmunidad o resistencia, de tal manera que tras otro contacto con dicha enfermedad ya no la padece.

La exposición artificial a una enfermedad quiere decir que la persona ha recibido el agente infeccioso, modificado para que no provoque la enfermedad, con el propósito de que quede inmune o resistente a dicha enfermedad.

Este agente puede recibirlo por boca o mediante pinchazos, aunque en un futuro podría recibirlo por otra vía (por ejemplo, ‘spray’ nasal o en aerosoles).

En el nuevo trabajo han participado 20 científicos, procedentes de 12 centros de investigación de seis países europeos.

Ha sido coordenado por el Instituto Suizo de Investigación del Cáncer de Lausana.

Las pruebas biológicas se han efectuado en Madrid.

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