Colores extranjeros
Una indumentaria tradicional en un país extranjero es mucho más que un simple atavío. Para el usuario es una oportunidad de sentirse más cerca de su país de origen. Sin embargo, a los ojos del observador es un elemento que atestigua la gran diversidad existente en Suiza y, en particular, en el Tesino.
Alrededor del 28% de la población que vive en el cantón del Tesino, al sur de los Alpes, es extranjera. A partir de ese dato estadístico, la fotógrafa Flavia Leuenberger CeppiEnlace externo quiso documentar una realidad que, pese a estar agrupada bajo la misma etiqueta – “extranjeros” – contiene una enorme diversidad.
Con la nueva serie de retratos Colori stranieri (Colores extranjeros), Flavia Leuenberger Ceppi fue en busca no solamente de las nacionalidades más importantes numéricamente (italianos, portugueses, alemanes y serbios), sino también y sobre todo de las minorías. Se trata de poblaciones de países como Nepal, Irak y Mongolia que, quizás con mayor dificultad, se han integrado en el territorio del Tesino.
Una nueva vida en un nuevo país
“Adaptarse a un nuevo mundo no es fácil. Algunas personas sintieron la necesidad de regresar a vivir por un tiempo en su propio país, otras lograron vencer esa lejanía a través de una variedad de actividades: uniéndose a las comunidades extranjeras en el Tesino, cocinando su propia comida tradicional para otros, ofreciendo ayuda humanitaria, proponiendo clases de baile o vistiendo la ropa de su folklore tradicional”, explica la fotógrafa.
Lo que tienen en común, añade, es la formulación de un particular “aquí…” que aparece como la expresión típica de aquellos que se han embarcado en un nuevo camino lejos de su tierra natal.
Una vestimenta para acercar culturas
Las prendas de vestir representadas en las fotografías pueden convertirse, a los ojos de un suizo, en un elemento útil para comprender mejor la diversidad cultural presente en el Tesino. “El hecho de retratar a la gente alrededor de su casa ayuda a acercar al espectador a identidades personales y culturales que normalmente se perciben como distantes”, subraya Flavia Leuenberger Ceppi.
Para los protagonistas de las imágenes, sin embargo, llevar el vestido de su país es “una orgullosa oportunidad de sentirse más cerca de la propia tierra, algo que va más allá del simple gesto de cubrirse”.
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