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“Estamos siempre entre los frentes”

Angelo Gnädiger insiste en que el CICR no se rendirá a la violencia. Keystone

Desde hace 140 años, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) se ocupa de las víctimas de la guerra. Pero últimamente se ha convertido en blanco de ataques, como ocurrió en Bagdad.

swissinfo entrevistó a Angelo Gnädiger, director general del CICR.

Los ataques contra las delegaciones del CICR en diferentes partes del mundo acaparan cada vez más la atención de la prensa. Primero, en Afganistán, y recientemente en Irak, donde el atentado suicida contra la sede principal de la organización humanitaria internacional en Bagdad causó doce muertos a fines de octubre.

Parece que la independencia y neutralidad del CICR no bastan para proteger a la institución contra los ataques.

La organización lleva veinte años presente en Irak. Ha sido testigo de la guerra contra Irán, la primera Guerra del Golfo y la segunda, que terminó con el derrocamiento de Sadam Hussein por las fuerzas estadounidenses y sus aliados.

swissinfo: Después del último atentado de Bagdad, el CICR decidió suspender temporalmente sus actividades en Irak. ¿Es una capitulación frente a la violencia?

Angelo Gnädiger: No. No se puede hablar de capitulación, pero sí de violencia. Y no la padecemos únicamente en Irak. Este verano, por ejemplo, también vivimos momentos muy críticos en Liberia.

Estamos presentes en prácticamente todas las zonas de tensión del mundo, en Colombia, Liberia, en la región de Aceh en Indonesia y también en Irak.

La violencia que se vive en esos lugares es real y nada desestimable. Aún así seguimos muy motivados y activos.

Cuando nos percatamos de que no somos aceptados y nos vemos obligados a cerrar una delegación, lo hacemos. Pero eso no significa que huyamos de nuestras responsabilidades o que olvidemos nuestro mandato.

En esos casos tenemos que encontrar otros medios para cumplir nuestra misión, a pesar de todo.

swissinfo: El CICR ha sido blanco de ataques. ¿Se puede decir que la ‘guerra contra el terrorismo’ lanzada a raíz de los atentados del 11 de septiembre ha dificultado su labor?

Hoy nos vemos cada vez más confrontados a situaciones de guerra asimétricas. Tenemos estados (y sus ejércitos) que luchan contra nebulosas, grupos difusos, tan difíciles de cernir como de contactar.

Tenemos que buscar medios para explicar claramente nuestra misión a esos grupos. Insistir en el hecho de que, por definición, somos una institución neutra e independiente y que trabajamos siempre entre los frentes.

Porque hoy los estados tienden a considerarnos como su aliado o como su enemigo. El nuevo desafío del CICR es hacer entender que no somos ni lo uno ni lo otro.

swissinfo: ¿Se atrevería a decir que los Convenios de Ginebra se respetan cada vez menos?

No. Pues un efecto de los atentados terroristas es que se hable más de esos Convenios.

Hay cada vez más gente que conoce el contenido de esos textos, comenzando por los que están directamente afectados. Y luchan más para hacer respetar sus derechos y los de la población civil.

Claro, las Convenciones de Ginebra se formularon en Occidente, pero los valores que defienden son universales y gozan de un amplio reconocimiento en la comunidad internacional.

El derecho humanitario es como una muralla entre la civilización y la barbarie. Actualmente asistimos a una ‘guerra total’ que pretende derrumbar esa muralla.

swissinfo: Justamente, ¿qué responde usted a quienes exigen que se reformulen los Convenios de Ginebra debido a su origen occidental?

Para mí no hay necesidad de reescribir completamente los textos. Pero sí necesitamos un amplio debate sobre la pertinencia del derecho humanitario.

Y éste no debe implicar únicamente a militares y grupos armados, sino también al mundo político y a la sociedad civil. Necesitamos gente que se comprometa de verdad para facilitar nuestro trabajo.

Tomemos como ejemplo el caso de Irak. Es un país que conocemos relativamente bien. Y pensábamos que los iraquíes también nos conocían a nosotros. Y, sin embargo, tenemos que volver a explicar en qué consiste nuestra labor.

Tenemos que aprender a adaptar nuestras viejas estructuras de inspiración occidental. Porque hoy prácticamente la mitad de nuestras actividades tienen como escenario el mundo musulmán.

Los conflictos actuales tienen un fuerte trasfondo ideológico o religioso. A mi juicio, se trata de conflictos de soberanía. Es una de las consecuencias de la globalización y de los movimientos de resistencia que genera.

Por otra parte, hay cada vez más militares que intentan integrar la dimensión humanitaria a sus acciones. Ocurre en Afganistán, y esto es problemático porque el CICR no puede estar al servicio de un ejército.

Cuidado, no quiero decir que los militares no deban tener en cuenta a la población civil. Los Convenios de Ginebra están ahí para recordar las obligaciones de una fuerza ocupante.

swissinfo: ¿Qué puede hacer el CICR cuando un país como Estados Unidos decreta sus propias reglas humanitarias, como en el caso de los prisioneros de Guantánamo?

En Guantánamo trabajamos como en cualquier otra situación de conflicto. Tenemos acceso a los presos, que pueden contactar a sus familiares por intermedio del CICR.

Pero la cuestión de su estatuto sigue sin resolver. Y para nosotros es crucial que se solucione. Cada uno de los 660 presos tiene derecho a un estatuto legal y esto urge especialmente en el caso de los más jóvenes.

swissinfo: Angelo Gnädiger, usted lleva casi veinte años trabajando para el CICR. Personalmente, ¿qué es lo que le motiva a seguir haciendo frente a esas olas de violencia?

Como mi actividad ya no se desarrolla directamente en el terreno, las cosas a veces son más difíciles. Pero me basta con visitar una de nuestras delegaciones para recuperar una percepción clara.

Por ejemplo, hace poco estuve en Kabul, donde el CICR respalda los tratamientos ortopédicos que reciben los heridos de guerra desde hace casi 20 años. Y nuestra gente realiza un trabajo fantástico en ese país.

Esas experiencias alimentan mi motivación.

Entrevista swissinfo: Rita Emch
(Traducción: Belén Couceiro)

Angelo Gnädiger, jurista, trabaja desde 1984 para el CICR, primero como delegado en Oriente Medio y Africa, y posteriormente en la sede ginebrita.

1992-1994: director de la Sección visitas a prisioneros
1994-1998: delegado general para Europa Occidental, Central y los Balcanes
1998-2002: delegado general para Europa, Oriente Medio y Norte de Africa
Desde julio del 2002: director general

La 28 Conferencia Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, del 2 al 6 de diciembre en Ginebra, se celebra bajo el lema ‘Proteger la dignidad humana’.

Suiza, depositaria de los Convenios de Ginebra, estará representada en la Conferencia por la titular de Asuntos Exteriores, Micheline Calmy-Rey.

Las 191 sociedades nacionales de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, así como el Comité Internacional de la Cruz Roja sentarán en Ginebra las bases que regirán las acciones humanitarias en los próximos cuatro años.

Temas centrales de la Conferencia son: el derecho humanitario internacional, los desaparecidos en conflictos bélicos, las catástrofes así como las enfermedades transmisibles como el sida, la tuberculosis y la malaria.

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