Suiza pide mesura a Israel
A semejanza de la Unión Europea, Suiza reprocha a Israel la destrucción de instalaciones, sobre todo cofinanciadas, en territorios palestinos.
Las esperanzas de pacificación abiertas para Medio Oriente con los Acuerdos de Oslo, en 1993, parecen desvanecerse en los últimos tiempos. Israelíes y palestinos vuelven a librar, con los medios a su alcance, choques sangrientos que siguen elevando el número de víctimas en ambos bandos.
Se degrada la situación. En ese cuadro de pugna desigual, la Confederación Helvética, como otros países, reprocha la política de ‘escarmiento’ aplicada por el gobierno de Sharon en los territorios de la Autoridad Palestina.
Las potentes palas mecánicas (bulldozers) o los proyectiles disparados desde los helicópteros artillados causan daños materiales enormes. En ese afán controvertible, los militares israelíes asolaron hace algunos días la infraestructura de un proyecto respaldado por Suiza y la Unión Europea.
Aquella oficina, próxima a la de Yasser Arafat en Ramallah, Cisjordania, había sido concebida para facilitar la rehabilitación de ex prisioneros palestinos. La Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación, COSUDE, había destinado 10 millones de francos a cursos de formación incluidos en el propósito.
Escuelas renovadas, carreteras en la Franja de Gaza y sistemas de canalización y de distribución de agua potable han sido destruidas. Eran proyectos que recibieron unos 12 millones de francos, a través del Banco Mundial.
No hay respuestas concluyentes
Después del ataque a la Oficina Palestina de Estadística, cofinanciada por Berna, el Ministerio de Relaciones Exteriores exigió a Israel las explicaciones del caso, pero no ha recibido «respuestas concluyentes, sino generalidades, invocando razones de seguridad».
Un equipo de expertos suizos viajaría a evaluar la magnitud de los daños materiales en las obras que cuentan con apoyo helvético en los territorios palestinos ocupados.
Cabe recordar que Suiza ya ha contribuido con unos 100 millones de francos a obras emprendidas desde 1993, año en el que israelíes y palestinos comenzaron a balbucear la palabra diálogo para la búsqueda de una solución política.
Actitud firme de la UE
En una carta enviada a fines de enero, la Unión Europea pidió al ministro de Relaciones Exteriores hebreo, Shimón Peres, que Israel ponga fin a las destrucciones de edificios y viviendas. En la misma oportunidad señaló que se «reservaba el derecho de tomar las medidas adecuadas a la situación».
La destrucción del aeropuerto de Gaza y los estudios de la Radio «La Voz de Palestina» equivalen a la pérdida de unos 25 millones de francos, provenientes de la Unión de los Quince.
Suiza no excluye una actitud similar a la de la UE, si el gobierno de Sharon prosigue con su política de demostración de fuerza en los territorios palestinos.
Berna insiste en un cese inmediato del fuego
En la reciente visita del ministro de la Administración local de la Autoridad de Palestina, Saeb Barak, a Berna (4.02), el secretario de Estado de Relaciones Exteriores de Suiza, Franz von Däniken, instó a Israel a que ponga en práctica los términos del plan Tenet y dicte, sin condiciones, un cese del fuego duradero. Pidió asimismo a los palestinos que suspendan los actos de violencia ciega.
A tiempo de «condenar» el terrorismo y todas las formas de violencia indiscriminada, Berna reafirmó la necesidad de que la Autoridad Palestina siga siendo considerada como interlocutor de Israel y de la comunidad internacional.
Por ahora, da la impresión de que las reflexiones bien intencionadas no llegaron a su destinatario, o éste no las quiere oír.
Juan Espinoza y agencias
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