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Suiza contempla sanciones contra Chad

El PC-9 fue utilizado en Chad no sólo en vuelos de entrenamiento. Keystone

Chad ha utilizado un avión de entrenamiento militar PC-9 de fabricación suiza en acciones de lucha armada, según ha confirmado oficialmente el gobierno suizo.

Con ello, ese país ha infringido un acuerdo, por lo que el Consejo Federal suizo contempla sanciones políticas y económicas.

En 2006, Suiza vendió a Chad un avión de entrenamiento del tipo PC-9. El gobierno de ese país aseguró en su declaración final que lo utilizaría sólo para fines de entrenamiento.

Ahora, los Ministerios suizos de Economía y de Asuntos Exteriores han sido comisionados para proponer posibles sanciones económicas y políticas contra Chad.

Además, el Ministerio de Economía debe evaluar una adaptación de los criterios de autorización para la exportación de aviones de entrenamiento militar.

Los aparatos de la firma Pilatus, con sede en Stans, no están considerados bajo la Ley sobre Material de Guerra, sino bajo la Ley de Control de Mercancías, que regula la exportación de bienes tanto para uso civil como militar (uso dual).

Iniciativa rechazada

La ‘Iniciativa popular para la prohibición de la exportación de materiales de guerra’, lanzada por el Grupo para una Suiza sin Armas (GSsA), intenta cambiar esta situación. El Consejo Federal (gobierno), sin embargo, la rechaza.

La iniciativa de la GSsA pretende también prohibir tecnologías que sirven para el desarrollo, fabricación o uso de material de guerra, como máquinas empleadas solamente en la fabricación de armas, simuladores militares y los aviones de entrenamiento militar Pilatus.

La GSsA acusa al gobierno de falsedad: por un lado rechaza la iniciativa, por otro muestra comprensión cuando afirma que “el apoyo a la seguridad y a la paz en el mundo, y la defensa de los derechos humanos, son objetivos centrales de la política exterior suiza”.

¿Una ley sobre material de guerra o control de mercancías?

Hasta hace poco, el gobierno suizo hacía esfuerzos por ofrecer una sola explicación sobre el problema en Chad. Sin embargo, las diferencias entre los Ministerios de Economía y de Relaciones Exteriores eran evidentes.

La exportación de aviones Pilatus no está considerada en la Ley sobre Material de Guerra. De otra manera no habría ocurrido una exportación al Chad.

En 1996, contradiciendo la solicitud del gobierno, el Parlamento suizo incluyó la exportación de aviones Pilatus en la Ley de Control de Mercancías, llena de vacíos legales.

Por ello, la venta a Chad del PC-9, acordada en 2006, tenía el visto bueno legal. La Secretaría de Estado de la Economía (Seco) autorizó el envío del Pilatus a esta zona en conflicto con la condición de que Chad no lo equipara con armas.

¿De quién es la responsabilidad?

Los críticos de estos aviones de entrenamiento afirman que si hubiesen estado bajo una ley más estricta, su exportación a estados de África Central habría sido prohibida.

Josef Lang, diputado de los Verdes, desaprueba la posición de la Seco: “Se tendría que haber previsto que no se puede contar con este régimen militar que ha violado otros acuerdos internacionales, por ejemplo los de la ONU”.

Por el contrario, el ex diputado de la Unión Democrática del Centro (derecha nacionalista), Ulrich Schlüer, opina que “se negocia con estados que han logrado su independencia y son soberanos”.

Intereses de seguridad

Según Schlüer, los intereses de la seguridad suiza están por encima de todo, como lo confirma a swissinfo: “Pilatus también provee a Suiza de aviones de entrenamiento. Pero como el mercado interno es muy pequeño, esta firma también debe tener la posibilidad de exportar para poder existir en Suiza”.

Para Josef Lang, este argumento carece de fundamento: “Quien piensa en la economía nacional a largo plazo, sabe que en países con escasa superficie el mercado interno es demasiado pequeño para la producción de material bélico. Por esta razón, la industria de armamento no tiene futuro ni a mediano ni a largo plazo”.

Cambios en la Ley

Lang quiere presentar, en la sesión de primavera del Parlamento, una moción para que los PC-9 estén subordinados a la Ley sobre Material de Guerra.

Políticos conservadores también se han pronunciado a favor de una modificación de los fundamentos legales. “Pero se discute sólo un cambio de la Ley de Mercancías”, aclara Bruno Gurtner, de Alliance Sud, plataforma que agrupa a varias ONG.

Según el dominical ‘Sonntag’, el Ministerio de Asuntos Exteriores quiere incluir a los PC-9 en la Ley sobre Material de Guerra y habría advertido, inútilmente, en el verano 2006, sobre la exportación del PC-9 a Chad.

Para el Ministerio de Economía, al cual está subordinada la SECO, no hubo ni hay una razón para cambiar algo en las leyes.

Prohibición a los países que reciben ayuda suiza

El pasado jueves (21.01.), la ministra de Economía, Doris Leuthard, dio a conocer un plan, según el cual no debe permitirse la venta de aviones Pilatus a los países que reciben ayuda al desarrollo de Suiza. Con ello se evitaría que estos aviones puedan ser equipados con armas, puntualiza Leuthard.

De acuerdo a este plan, la exportación de aviones quedaría bajo la Ley de Control de Mercancías. La titular de Economía teme que si se somete a la Ley sobre Material de Guerra, la empresa Pilatus traslade su producción al extranjero, lo que significaría la pérdida de entre 400 y 500 (de 1.100) empleos.

swissinfo, Corinne Buchser y Etienne Strebel
(Traducido del alemán: Rosa Amelia Fierro)

En Chad impera la pobreza y los conflictos. Ese país es prioritario para la cooperación suiza al desarrollo.

La Agencia Suiza para la Cooperación y el Desarrollo (COSUDE) destina 15 millones de francos suizos al año a Chad.

De esta suma, 4 millones son destinados a los refugiados del sudanés Darfur.
Un programa de la televisión suiza mostró cómo los aviones de entrenamiento, Pilatus PC-9, de fabricación helvética y equipados con bombas, operaban en Chad.

2007: Suiza autorizó la exportación de material bélico por un valor de 1.787 millones de francos suizos, casi el doble que en 2006.

Debido a la mejor situación de la economía mundial, las exportaciones aumentaron 16,8%, alcanzando su nivel más alto en 19 años.

La SECO registró el año pasado 2.462 solicitudes de exportación.

Fueron autorizadas 2.457 solicitudes, cuyo valor, dentro del plazo anual, aumentó alrededor del 90%.

Cinco solicitudes, por un valor total de 0,6 millones de francos y que afectaron a cinco países diferentes, fueron rechazadas.

Entre estos países estaban dos de Europa de Este y tres de África.

En 2007 se hizo el gran negocio con el envío de material bélico a Irlanda, Dinamarca y Brasil, por un valor de 76 millones de francos.

A eso se sumó un envío parcial a Pakistán, por unos 38 millones. El envío más controvertido ocurrió en noviembre pasado, después de que fuera suspendida la imposición del estado de excepción en ese país. Con ello se aplazaron posteriores envíos.

Entre los principales países importadores en 2007 figuran Alemania con un envío por 62 millones, seguido por Irlanda (51 millones), Estados Unidos y Dinamarca (42 millones cada uno) y Gran Bretaña (40 millones).

El hecho de que aviones Pilatus, previstos para uso civil, también sean empleados para objetivos militares, no es nuevo. Desde los años 70 hubo incidentes similares en Birmania, Guatemala, México e Irak.

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