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Donación de órganos: ¿primero los jóvenes?

Los suizos están en la escala inferior cuando se trata de donación de órganos Keystone

Los jóvenes, con muchos años de vida por delante, deberían recibir un órgano donado antes que aquellos enfermos, graves y mayores, sostiene Franz Immer.

Sin embargo, muchos están en desacuerdo con el director de Swisstransplant. Sus críticos hacen reflexiones éticas, a otros les preocupa la discriminación.

El documento de trabajo, presentado a expertos en salud y a políticos, ha causado revuelo. Immer señala en él que en Suiza, como en todo el mundo, la demanda de órganos sigue siendo superior a la oferta, y que por ello no sería la mejor solución trasplantar un corazón nuevo a un enfermo grave y mayor.

“De acuerdo a la ley, la primera prioridad de asignación es la urgencia, la segunda los beneficios médicos y la tercera, el tiempo que un paciente ha esperado al órgano”, señala Immer a swissinfo.ch, quien define al beneficio médico como “el logro de la solución óptima para el paciente”.

El año pasado murieron 67 pacientes porque no recibieron un órgano nuevo. Ante esta grave carencia a la vista, según Swisstransplant, la sociedad no puede permitirse una adjudicación de órganos sin establecer prioridades.

“En este procedimiento, el tiempo de vida que se gana con el trasplante y la calidad de vida, tendrían que tomarse en cuenta”, enfatiza Immer. Por ejemplo, los pacientes tienen que esperar entre dos años y medio y tres años por un riñón. Sin embargo, durante este tiempo de espera, los efectos secundarios de la hemodiálisis (lavado de la sangre) en un paciente de 18 años son tan graves que los expertos tendrían que favorecer a los pacientes jóvenes en la adjudicación de órganos.

Immer puntualiza que los jóvenes que reciben nuevos órganos con frecuencia van a llevar una vida más larga y productiva. No obstante, aclara que el no aboga por un límite de edad.

“Tenemos donantes de mayor edad cuyos órganos serían adecuados para beneficiarios de edad más avanzada. Exactamente como son aptos los órganos de donantes más jóvenes para pacientes más jóvenes. Pero no pensamos de ninguna manera hacer ciertas clasificaciones sociales. Solamente estamos considerando el beneficio médico”.

¿Es que cada vida humana no es igualmente valiosa? “Absolutamente”.

Una pendiente resbaladiza

Según, Immer, la mayoría de médicos que trasplanta órganos está de acuerdo con los cambios propuestos por la fundación nacional Swisstransplant. Por otro lado, no todos los políticos están tan seguros de ello.

¿Dónde terminará todo esto?, se pregunta Viola Amherd, consejera nacional del Partido Demócrata Cristiano. ¿Aquellas personas que pagan impuestos más altos tendrían un trato preferencial frente a aquellas que reciben beneficios sociales? ¿Un cirujano podría favorecer a un obrero de fábrica?

Otras personas plantean preocupaciones similares: Por ejemplo los presidiarios ¿deberán estar al final de la lista de espera? ¿Una madre joven de tres niños deberá tener prioridad frente a una mujer sin hijos? ¿Y alcohólicos y fumadores necesitan realmente un nuevo hígado o un nuevo pulmón?

La consejera nacional socialdemócrata Bea Heim considera que el valor de una vida no se puede calcular con ecuaciones.

Amherd opina que únicamente el estado de salud de un paciente es el criterio objetivo para la adjudicación de órganos. “Todo lo demás llevaría a un debate infructuoso y delicado sobre la cuestión de qué vida tendría más valor”.

Sin temor a la discriminación

Felix Gutzwiller, médico y miembro del Senado (Consejo de los Estados) por el Partido Radical, ha propuesto en una moción modificar el sistema de donación de órganos en Suiza. Por cierto, el dice que reconoce estas preocupaciones, pero no las comparte.

“La ley es muy clara, igualmente la Constitución. La asignación de órganos debe basarse en el principio del acceso igualitario, es decir, en un criterio de justicia“, indica a swissinfo.ch

“Partiendo de este punto, realmente no creo que haya algún riesgo de que criterios socio-económicos influyan en el proceso de toma de decisión para la asignación de órganos”.

¿O sea que personas de edad avanzada o sin hijos no deben temer ser discriminados en la adjudicación? “De ninguna manera. En casos muy excepcionales, donde por ejemplo están tres personas en la lista de espera, todas han aguardado largamente y las tres son compatibles con el órgano disponible, probablemente la más joven tendría prioridad”, señala Gutzwiller.

Pero este ejemplo es realmente una construcción teórica, agrega, porque casi siempre existe, o un desajuste de compatibilidad o una enfermedad que progresa muy rápido y demanda una intervención. “Ciertamente en Suiza no hay riesgo de que la adjudicación sea racionada de acuerdo a dichos criterios”.

Cambio, no en la adjudicación sino en el consentimiento

Si en Suiza hubiesen más donantes de órganos se tendría que tomar decisiones menos difíciles. Según Immer, el país figura en los ûltimos lugares en lo que se refiere al número de donantes, en comparación con otros países europeos.

En 2008, en Suiza hubo solamente 11,8 donantes por cada millón de personas. En comparación, Austria tuvo 20,3 por cada millón, Francia 25,1 y España más de 30.

Para elevar esta baja cuota suiza, Gutzwiller llama a un ‘cambio de paradigma’ en el consentimiento de donación de órganos: actualmente se puede trasplantar los órganos de una persona solamente si ésta ha dado su consentimiento para ello.

“Sin embargo, la solución no debe basarse en un consentimiento explícito, sino más bien en el consentimiento presunto. Eso significa que si usted o sus padres no dicen ‘no’, usted es en principio un candidato para un trasplante de órganos”.

En su moción parlamentaria, Gutzwiller ha propuesto ésta y otras medidas. Por ejemplo, en la licencia de conducir debería figurar si la persona es donante de órganos. De esta manera se aumentaría la disponibilidad de órganos.

Thomas Stephens, swissinfo.ch
(Traducido del inglés, Rosa Amelia Fierro)

En 2008 murieron 62 personas mientras esperaban el trasplante de un órgano
19 órganos se importaron de otros países.

Ese mismo año, 942 personas esperaban por un órgano, 19% más que en 2007.

En 2008, 128 personas recibieron órganos de donantes vivos, 14% más que el año precedente.

En 2008 se extrajeron órganos de 90 cadáveres (11.1% más que en 2007).

Desde julio 2007 Suiza tiene un nuevo sistema que regula los trasplantes.

Un órgano debe ser extraído solamente si persona, antes de su muerte, ha dado su consentimiento.

En este caso, su deseo es decisivo, y no el de sus familiares.

Sin consentimiento previo, quienes deciden son los familiares más cercanos.

Si no hay familiares, el órgano no puede ser extraído.

En 2008, menos del 10% de todos los órganos procedían de personas muertas que habían llenado una tarjeta de donación.

Para los donantes no hay límite de edad: en 2008 fue trasplantado un órgano de una persona de 85 años.

Raramente los niños son donantes; en 2008 fue implantado un órgano a un niño de un año.

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