Celebrando la genialidad de Darwin
¿Por qué las mujeres no crían osos? ¿Por qué los hombres no tienen cola como los pavos reales? Una exposición sobre la evolución en el Museo de Historia Natural de Berna explica todo esto.
‘Érase una vez un pinzón. A 150 años de la teoría de la evolución’, está abierta hasta el 31 de octubre.
Éste es uno de los actos que se celebran este año en Suiza para conmemorar el 200 aniversario del nacimiento del genial naturalista británico.
“Darwin fue un genio en muchas áreas, pero lo que hizo supuso realmente una mirada profunda de las cosas. Comenzó a observar la naturaleza y a escribir sobre lo que ocurría entorno a su persona, entonces juntó todos los conocimientos que había hasta la fecha en una teoría”, comenta a swissinfo Mandana Roozpeikar, la comisaria de la muestra.
“Así que en realidad él no desarrolló nada nuevo, sólo recopiló lo que había a modo de un bonito rompecabezas e hizo un nuevo retrato”.
Señalando que todas las especies evolucionaron a lo largo del tiempo a partir de sus antepasados comunes, y que los humanos no eran más que simios desnudos, la teoría de Darwin provocaba dos consecuencias principales: Acabó con la necesidad de un creador sobrenatural y bajó a los humanos de su pedestal.
“Lo que dijo Darwin hace 150 años cambió el mundo”, explica Roozpeikar.
“Previamente todo el mundo asumía: ‘Existe un Dios que creó todo y de forma constante y las especies no cambiaron’. Pero apareció alguien que empezó a arrojar dudas en todo lo que se había aceptado desde hacía 2.000 años.”
De hecho, el título de la muestra es un juego de palabras: la palabra pinzón en alemán -‘Fink’- es, además, un viejo término suizo que significa sinvergüenza.
“Sólo ahora con el conocimiento de la evolución se pueden empezar a entender los mecanismos de la biología”, según la comisaria.
Lo que resuena en la visión del eminente paleontólogo estadounidense GG Simpson, quien dijo que no tenían valor los intentos antes de 1859 para explicar porqué la gente existía.
Desafío
En opinión de la curadora, el desafío más grande a la hora de organizar la exposición fue “descomponer el libro ‘El origen de las especies’.
“En realidad no es una obra complicada, pero sí es muy densa para llevarla a un nivel donde se pueda seguir comprendiendo la teoría, pero sin caer en el aburrimiento, a causa de la gran cantidad de información. Esta fue la parte más complicada”, comenta Mandana Roozpeikar.
Para este objetivo, la muestra se centra en tres mecanismos centrales de la evolución: mutación, variación y selección.
Sobre la mutación, los visitantes aprenden, entre otras cosas, acerca del color de los ojos. El extraordinario error de copia genética, producido hace unos 6.000 años, que dio como resultado el origen de los ojos azules.
La espectacular variedad de características observables que originaron estas mutaciones aleatorias puede ser contemplada en el ámbito de las águilas disecadas que se exponen, desde las de colores claros, más propias del norte de Europa, hasta aquellas con grandes cantidades de pigmento (melanina).
Por otro lado, la selección -tanto artificial como natural- no es aleatoria en lo absoluto. Los criadores de animales seleccionan cuidadosamente ejemplares con las características que ellos quieren; en la naturaleza es la “supervivencia del más fuerte”, para usar la frase acuñada por el filósofo inglés Herbert Spencer.
Los visitantes pueden comparar los notables y diversos esqueletos de un perro lobo irlandés y de un chihuahua, dos de las 400 razas caninas que evolucionaron desde un antepasado común hace unos 14.000 años.
“La pregunta del mono”
Pero al igual que ocurrió con la afirmación sobre la forma redonda de la Tierra, la teoría de la evolución está lejos de ser aceptada de forma general.
En 2006 un informe internacional del ‘Journal of Science’ encontró que uno de cada tres suizos pensaban que era “definitivamente falso” que los humanos procedieran desde especias tempranas de animales. En Europa, sólo los austriacos estuvieron más abiertos a la idea. Y un sondeo (no representativo) de swissinfo ha establecido una cifra similar.
Las razones de este rechazo ante la sólida evidencia incluyen un problema general de enormes cifras: Los millones de años necesarios para la evolución son difíciles de comprender para mucha gente.
En opinión de Roozpeikar se trata de “la pregunta del mono”.
“Creo que mucha gente teme pensar que los monos y los humanos comparten los mismos parientes”, anota.
Debate
Los temas religiosos y el “sentido de la vida” se tratan en un vídeo en el que científicos y teólogos mantienen una debate de 25 minutos.
Este parte de la muestra es algo decepcionante para la gente que no considera que la religión debe contar con un espacio en el contexto científico. Pero, en general, la exposición hace un buen trabajo a través de una clara explicación de lo fundamental.
Y si bien queda claro que Darwin fue el responsable de la teoría científica más importante de todos los tiempos, Mandana Roozpeikar le añade a esta constatación un toque muy suizo: neutral y optimista.
“Indudablemente Darwin tiene ese honor en biología, pero existen otras grandes figuras en otras disciplinas, como Copérnico, por ejemplo. Y quizá haya más gente brillante que todavía esté por llegar”.
swissinfo, Thomas Stephens
(Traducción: Iván Turmo)
Nació el 12 de febrero de 1809 en Inglaterra en una familia de médicos.
Murió el 19 de abril de 1882, a la edad de 73 años.
Fue enterrado en la Abadía de Westminster, al lado de Isaac Newton.
Tras estudiar Medicina y Teología, se inclinó por el estudio de las Ciencias Naturales.
Entre 1831 y 1836 viaja a bordo del ‘Beagle’ con una expedición encargada de realizar la cartografía de Sudamérica.
En 1869 publica ‘El origen de las especies’. Darwin defiende la idea de que la unidad y la diversidad de los seres vivos se explica por la evolución y que el motor de la evolución adaptativa es la selección natural.
En 1871, en ‘La descendencia del hombre y la selección con relación al sexo’ señala que el ser humano es también resultado del proceso de la evolución.
Con ‘El origen de las especies’, Darwin fue criticado por las iglesias anglicana y católica.
En 1996, Juan Pablo II declaró que “nuevos conocimientos conducen a reconocer que la teoría de la evolución es más que una hipótesis”.
La iglesia anglicana se disculpó por su “celo antievolucionista” en septiembre de 2008.
La Academia Suiza de Ciencias Naturales creó una plataforma Internet para anunciar todos los actos relativos al Año de Darwin.
Los museos de historia natural realizan exposiciones sobre el evolucionismo.
Las universidades y escuelas de estudios superiores organizan conferencias sobre los aspectos científicos de las teorías de Darwin y de su influencia en otros ámbitos.
Algunas asociaciones de defensa del medio ambiente y jardines botánicos también proponen talleres y experiencias en el terreno.
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