Criminalidad de extranjeros: “Los instrumentos son suficientes”
La ley actual permite hacer frente a la criminalidad de los extranjeros y será aplicada con rigor, asegura la Oficina Federal de Migración (OFM).
En el transcurso de este año, la OFM quiere mejorar la integración de la población extrajera, sobre todo a través del aprendizaje del idioma.
La preocupación principal de la Oficina Federal de Migración (OFM) es la aplicación “rigurosa” de las nueves Leyes de Asilo y de Extranjería.
La violencia juvenil y la criminalidad de extranjeros son los problemas prioritarios, indicó el director de la OFM, Eduard Gnesa, este jueves (14.02.) durante la conferencia de prensa anual.
A su juicio, Suiza dispone de los instrumentos suficientes para combatir estos delitos. “Actualmente ya es posible revocar la autorización de estancia de un extranjero si atenta contra la seguridad y el orden público”, acentuó Gnesa.
También es posible expulsar a los padres de los jóvenes delincuentes, si descuidan a sus hijos o no respetan las condiciones establecidas por las autoridades escolares o tutelares. “No se requiere una nueva ley”, aseguró el director de la OFM, al hacer alusión a una iniciativa relativa que este viernes presenta el partido Unión Democrática de Centro (derecha nacionalista).
Idioma y trabajo
La OFM espera también fortalecer los esfuerzos para mejorar la integración de los extranjeros. Se trata, sobre todo, de favorecer el conocimiento del idioma local, facilitar el acceso al trabajo y acelerar el reagrupamiento familiar.
“La vida en común con el 21% de la población extranjera funciona muy bien (…), pero queremos arreglar los problemas que pudieran existir en el ámbito de la integración”, mencionó Gnesa.
“No queremos ni una sociedad dual como en Inglaterra ni los problemas de las concentraciones periféricas de las ciudades francesas (…) No queremos tomar medidas contra, sino a favor de los extranjeros”, subrayó.
“La tendencia general es positiva en términos de migración. Recibimos cada vez más inmigrantes europeos y menos solicitantes de asilo [a quienes resulta más difícil el proceso de integración]. La nueva inmigración surgida a través del acuerdo de libre circulación con a Unión Europea no provocará problemas”, dijo, por su parte, el vicedirector de la OFM, Mario Gattiker.
El papel central de los cantones
Las autoridades federales aumentaron de 14 a 16 millones los créditos para respaldar proyectos de integración. Dirige 6.000 francos a las autoridades cantonales concernidas por cada persona que sea aceptada en calidad de refugiado o admitida de forma provisional. Es decir, se dedican alrededor de 36 millones de francos anuales para ese proceso, reveló Mario Gattiker.
La OFM considera que los extranjeros también deben poner de su parte. Su grado de integración a la nueva sociedad de acogida es tomado en consideración para decidir si debe volver a su país, otorgarle una autorización de estancia anticipada o la naturalización.
Entre los objetivos de la OFM figuran también los trabajos que se requieren para aplicar los acuerdos de Schengen y Dublín con la Unión Europea.
Concretamente, se trata de que Suiza se prepare para otorgar la visa Schengen y participar en el Eurodac, el archivo de huellas digitales para identificar a las personas que hayan presentado solicitudes de asilo en otros países del espacio Schengen.
También se buscará reforzar la lucha contra la inmigración ilegal a través de la colaboración internacional. Un primer esfuerzo ya ha sido establecido con las autoridades de la península de los Balcanes.
Casos de rigor
En el plano legislativo, la OFM prepara una revisión de la Ley de Asilo para corregir una decisión de la comisión parlamentaria de recurso permitiendo a los desertores eritreos obtener de oficio el estatus de refugiados. Las personas de ese país ocupan el primer lugar de las solicitudes de asilo en 2007, es decir, 1.700 de un total de 10.000.
La OFM considera que la idea de una modificación urgente ya no sería necesaria, puesto que la situación parece apaciguarse en ese país.
Y sobre la aplicación de la nueva Ley de Asilo, la Oficina Federal de Migración hace un balance positivo del año pasado.
En 2007, el número de personas que presentaron documentos de identidad aumentó 9%. El porcentaje de personas admitidas de forma provisional y poseedoras de un empleo ascendió de 37 a 40%.
Los cantones (sobre todo los francófonos, es decir, de la parte este del país) presentaron 948 casos de rigor, de los cuáles, 95% fueron aceptados por las autoridades federales.
En cuanto a las medidas de coacción, se logró el envío a su país de origen del 77% de las personas detenidas para tal efecto. La duración promedio de las detenciones ha sido en 2007 de doce días, según se desprende de las informaciones presentadas por siete cantones.
El tema de la criminalidad por parte de extranjeros en Suiza, y en particular, perpetrada por jóvenes, es uno de los temas sociales que más destacan en los medios de información helvéticos.
Varios casos han tenido un gran eco mediático en los últimos años. Hace dos semanas murió un joven por el ataque a golpes de tres jóvenes de origen balcánico durante el carnaval de Locarno.
El partido de derecha, la Unión Democrática de Centro (UDC) lanzó una iniciativa popular para la expulsión de los extranjeros criminales.
En el texto de esa iniciativa se solicita que se inscriba en la Constitución de Suiza el principio de que aquel extranjero que viole gravemente la ley o que abuse de las prestaciones sociales será expulsado de Suiza y no se le permitirá entrar de nuevo a este país.
En 2007, la población extranjera aumentó 3,1% (1.570.965 personas).
En el caso de los ciudadanos provenientes de la Unión Europea (UE), el incremento fue de 5,3% (960.000 personas).
En el caso de los países adheridos a la UE en 2004, la progresión fue de 14,1% (23.800 personas).
La llegada de personas originarias de países que no pertenecen a la UE descendió a –0,1% (610.000).
Los alemanes siguen generando el mayor flujo inmigratorio en Suiza: En 2007 llegaron 29.000 personas procedentes de la vecina Alemania.
No obstante, la comunidad italiana sigue siendo la más numerosa de las nacionalidades extranjeras en Suiza con alrededor de 289.600 personas.
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