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De Suiza a Chalatenango, camino de la solidaridad

Carole Buccella rehabilita a un pequeño paciente en Chalatenango (El Salvador). swissinfo.ch

La cooperante suiza Carole Buccella trabaja en Chalatenango desde hace tres años. De visita en su país, narra la situación de una de las regiones más afectadas por la guerra de los 80.

Tras ejercer su profesión por más de diez años en Bienne, la fisioterapeuta partió a El Salvador para “compartir con la gente y practicar mi profesión en una realidad diferente”.

¿El camino entre Bienne y Chalatenango? “Un largo proceso de casi un año de búsqueda e información, hasta que recibí la propuesta de GVOM (Grupo Voluntario de más allá del mar)”, ONG que forma parte de la plataforma UNITE y que está presente en Centroamérica, explica Buccella a swissinfo.

El primer punto de referencia profesional de Carole Buccella fue la Asociación de Lisiados de la Guerra de El Salvador (ALGES), la organización más grande que reúne a los discapacitados de guerra y que cuenta hoy con 6.500 afiliados organizados en 12 de los 14 departamentos del país.

Post guerra y lisiados

El conflicto bélico en ese país, que concluyó con la firma de los Acuerdos de Paz de Chapultepec (México) en enero de 1992, dejó miles de víctimas. Entre ellos, 40.000 lisiados, algunos de los cuales se han ido rehabilitando.

“ALGES surge como resultado de la auto-organización de los lisiados. En su primer momento sólo los de la antigua guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), y luego también los de las fuerzas armadas, y hoy, incluso de otros discapacitados”, explica Buccella.

En un segundo momento y hasta el presente, su contraparte local es la organización ‘Los Angelitos’, nacida en 2004 de la propia ALGES, pero que se dedica particularmente a la atención de los niños con discapacidades, su apoyo y seguimiento, así como de su familia.

“La atención intenta ser integral. No sólo el seguimiento sanitario y rehabilitación, sino que también buscamos asegurar la educación y la formación de esos niños, y para ello se forman promotores y multiplicadores”, explica.

Tarea no siempre fácil, ya que “a través de los niños nos confrontamos muchas veces a situaciones complejas de violencia intrafamiliar, de actitudes machistas, y donde incide mucho la superstición y las creencias”, factores todos que pueden llegar a complicar el trabajo concreto.

En la actualidad, sólo en Chalatenango, ‘Los Angelitos’ –autogestionada por padres de los niños discapacitados-, atiende a unas 150 familias, explica Buccella.

Para muchas de ellas, “un niño discapacitado es un ser humano improductivo, y dada la crítica realidad económico-cultural, son seres marginados dentro de su mismo grupo de vida”, subraya la fisioterapeuta suiza. “Discapacidad y pobreza tienen una estrecha relación y constituyen el marco en el cual debo integrar mi aporte profesional y humano cotidianos”, enfatiza.

La lucha contra la discapacidad

“El gran problema de fondo en este trabajo es la percepción, en muchos casos, del niño discapacitado como un ser absolutamente marginal”, insiste por su parte el doctor alemán Michael Kleutgens, quien acompaña a Buccella en su gira helvética de información.

En cuanto a la potencialidad, tanto de ALGES como de ‘Los Angelitos’, “se sitúa en el impacto significativo de la discapacidad que golpea a un 13% de la población nacional”, analiza el médico alemán, quien reside en El Salvador desde hace casi veinte años.

Kleutgens fue uno de los fundadores de la primera organización de lisiados y en la actualidad coordina programas en las dos entidades.

“Nuestro concepto principal es que ambas organizaciones deben ser gestionadas por los propios discapacitados o sus familiares- en el caso de ‘Los Angelitos’- y son instrumentos para lograr sus propias reivindicaciones”, insiste el profesional alemán.

“Consideramos a los afectados como actores de transformaciones. En general, son personas o sectores marginados por la sociedad y eso los convierte en agentes potenciales de cambios estructurales en la realidad salvadoreña”, subraya en diálogo con swissinfo.

Consultado sobre posibles problemas resultantes del trabajo conjunto entre ex militantes de la guerrilla y ex soldados de las fuerzas armadas, Kleutgens lo relativiza. “Unos y otros, en general, han sido desatendidos por el Gobierno”.

Y explica que “ambos enfrentan hoy situaciones económico-sociales difíciles, y por lo tanto, los dos sectores están interesados en presionar a las autoridades para que se cumplan aquellos aspectos de los Acuerdos de Paz, que los amparan y protegen”, puntualiza.

Ostermundigen y Bienne

La realidad de El Salvador, la presentación de los objetivos de ALGES y ‘Los Angelitos’, así como el trabajo concreto de Carole Buccella y la GVOM en ese país centroamericano, motivó este domingo (15.10) dos actividades de información y solidaridad.

Una en Bienne, y la otra, una conferencia-almuerzo, organizada en la Iglesia Reformada de Ostermundigen, populoso barrio de Berna, y en cuya realización participaron una veintena de voluntarios latinoamericanos, suizos y de otras comunidades iberoamericanas.

“Es una iniciativa muy importante para informar a la gente suiza sobre lo que se vive a miles de kilómetros de aquí” enfatiza Berta Marina Cruz Schreiber, trabajadora social suizo-salvadoreña, que vive en ese barrio bernés e impulsa constantes iniciativas a favor de Latinoamérica.

“Por una parte me siento estimulada porque se trata de apoyar a actores dinámicos que trabajan en mi país. Por otra, para tratar de reactivar la solidaridad helvética, que hoy es menos activa que en los años ochenta, pero que siempre tiene interés de expresarse en el apoyo a proyecto concretos”, concluye.

swissinfo, Sergio Ferrari

En El Salvador se contabilizan hoy unas 800.000 personas con discapacidades de todo tipo, es decir 13% de la población total.

Desde su creación, tras los Acuerdos de Paz, la ALGES ha logrado rehabilitar a un millar, de los 40.000 discapacitados. Asimismo ha apoyado la reinserción laboral de cerca de ochocientos.

También ha proporcionado asistencia físico o psicosocial a 5.000 personas.

El Salvador es el país más pequeño de la región centroamericana. Tiene 21.040 kilómetros cuadrados y una población de más de 7.5 millones de habitantes.

En la década de los 80 padeció una virulenta guerra civil. Su saldo, más de 75 mil muertos, decenas de miles de desplazados y no menos de 40 mil lisiados de guerra.

Gracias a la mediación de la comunidad internacional el conflicto bélico concluyó el 16 de enero de 1992 con la firma de los Acuerdos de Paz, suscritos por las partes en México.

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