Deplorables condiciones laborales en la agricultura suiza
Para hacer frente los picos estacionales, algunos agricultores suizos recurren a extranjeros empleados y alojados en condiciones deleznables. Estos trabajadores son a menudo invisibles, aunque algunos de ellos viajan a Suiza para trabajar desde hace muchos años.
Son el eslabón invisible pero esencial de la agricultura suiza: los trabajadores extranjeros que vienen -a menudo desde muy lejos- a trabajar en los campos y huertos durante los picos estacionales. Y la realidad de sus condiciones de trabajo es a veces deplorable.
“Hay patrones que pagan 12 francos la hora, otros 13, 14 o 15”, señaló anónimamente uno de esos trabajadores, que llegó de Guinea-Bissau para trabajar en el Valais. Su testimonio forma parte de la emisión “Las difíciles condiciones de trabajo de los obreros agrícolas extranjeros”, difundida por el programa A bon entendeur de la televisión suiza de expresión francesa RTS).
“Hay muchos patrones que pagan menos de 14 francos la hora”, añadió el entrevistado
>> Reportaje del programa de RTS A bon entendeur (en francés)
“No hay justificación”
Muchos de esos trabajadores dicen que ganan 2 500 francos al mes trabajando unas 50 horas a la semana. A veces tienen que trabajar 14 horas seguidas, y luego pueden encontrarse sin trabajo un día que llueve”, y, por lo tanto, sin sueldo, explica Manuel Leite, antiguo sindicalista que trabaja con esta población especialmente precaria.
“En general, las condiciones trabajo en Suiza son mucho mejores de lo que se escucha aquí”, asegura Jimmy Mariéthoz, director de la organización interprofesional Fruit-Union Suisse.
La Unión Suiza de Agricultores recomienda un salario mensual de 3 320 francos para esta categoría de trabajadores. Jimmy Mariéthoz estima también que “las condiciones de trabajo son relativamente buenas, sobre todo en cuanto a los salarios, en comparación con lo que ganarían por el mismo trabajo en su país”.
Agrega que “no hay justificación para quienes no pueden pagar esos salarios mínimos”.
El salario por hora de los trabajadores agrícolas varía mucho de un cantón a otro. En el Valais, el contrato de trabajo estándar fija el salario por hora de los trabajadores agrícolas no cualificados y sin experiencia en 13,90 francos brutos. Pero si ambas partes están de acuerdo, es legal pagar a estos trabajadores un nivel inferior.
En la Suiza francófona, la tarifa horaria más alta es la de Ginebra, con 17,10 francos por hora. Sin embargo, esta cifra sigue siendo muy inferior al salario mínimo vigente en el cantón en todos los demás sectores, que es de 23,27 francos por hora.
El alojamiento es demasiado caro
Si bien los ingresos de estos trabajadores (as) son muy modestos, el alojamiento suele ser caro. En Gilly, arriba de Rolle (VD), Aurélien Rolaz explica que alquila una de las cuatro camas de una habitación con cocina compartida por 330 francos al mes. “Tengo la impresión de que están bien alojados con nosotros”, dice el viticultor.
De hecho, en muchos casos, las situaciones son menos buenas. “Pago 400 francos por una cama de obra de construcción en una habitación que comparto con otra persona”, dice uno de estos modernos temporeros del Valais.
“El alojamiento también es precario”, comenta su defensor Manuel Leite. “Cada uno paga prácticamente el precio total de la habitación, lo que significa que el propietario cobra 3 o 4 veces más de alquiler de lo que debería”.
Responsabilizan a la gran distribución
Preguntado acerca de los testimonios recogidos en el Valais, el consejero de Estado Christophe Darbellay culpa a la gran distribución. Según él, ejerce demasiada presión sobre los precios de producción. “Está claro que esto solamente puede plantearnos dudas como seres humanos, especialmente como consumidores”, dijo el titular del departamento local de Economía.
“Hay una fuerte exposición a la competencia extranjera a precios bajos, y también está el hecho de que los grandes distribuidores se llevan a sus bolsillos casi dos tercios del margen ganancias de la venta de frutas y hortalizas. Creo que por poner una caja en una estantería está más que bien bien pagado”, afirma.
Adaptado del francés por Marcela Águila Rubín
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