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Nuevo paso para comprender la evolución del VIH

Vista general de un VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana) el modelo en el Museo Phyletisches de Jena, Alemania. Keystone

Científicos del Instituto de Microbiología del Hospital Universitario de Lausana (CHUV) detectaron seis genes clave que deben servir para comprender la evolución del VIH en los pacientes y conocer por qué algunos seropositivos desarrollan el sida con mayor prontitud que otros.

El trabajo, hecho público en la revista especializada Journal of Clinical Investigation se realizó mediante el análisis completo del genoma de 66 infectados por el VIH en Suiza y España, que en menos de tres años ya presentaban los síntomas por los se empieza a tratar la enfermedad.

“El estudio se basa en una triangulación de la comparación genómica de dos tipos de primates y otros de seres humanos (pacientes con progresión rápida y los que no desarrollan la enfermedad tan deprisa), para identificar los genes y determinar sus posibles consecuencias. Estar infectado o ser seropositivo y estar enfermo de sida no es lo mismo”, explica Amalio Telenti, director del Instituto de Microbiología de Lausana, a swissinfo.ch.

“La gente debe entender que los primates infectados con virus similares al del VIH, por lo general, no desarrollan ninguna enfermedad. Así surge el modelo de cómo la naturaleza determina los que están solo infectados y los que llegan a sufrir la enfermedad”.

De igual manera, tanto en las personas como en los primates, existen portadores de una mayor proporción de virus que no llegan a sufrir daños ni mayores problemas.

Mecanismo de éxito

“Lo que se trataba de encontrar era en qué manera el mecanismo del éxito en los primates podía funcionar en los seres humanos portadores del virus del sida que lo toleran sin problemas, mediante la identificación de los genes, para modificarlos y corregirlos”, aclara Telenti.

Se encontraron dos modelos: en el primero, ya conocido, estaba integrado por los portadores del VIH que no desarrollan la enfermedad porque son capaces de controlar el virus, los “lentos progresores” -entre el 1% y el 5% de los seropositivos. El segundo de ellos, mucho más raro, era el de los individuos con una elevada cantidad de virus que tampoco sufrían la enfermedad.

Para ello se comparó la genética de los monos africanos -llamados comúnmente mangabey- con la de los humanos que no desarrollan la enfermedad y con los que presentaban características similares a los mangabey (más cantidad de virus).

“De aquí salió el resultado de seis genes que diferencian a cada modelo. Ahora, se están estudiando dichos genes para tratar de conseguir controlar la enfermedad en el futuro. La infección está allí, de lo que se trata es conocer es cómo se pueden controlan las consecuencias”.

Evolución opuesta

Sin embargo, los casos de humanos que pueden vivir sin enfermedad a pesar de tener gran cantidad de virus son extraños, aunque esta realidad abre una nueva pista para la investigación. También hay humanos a los que les va peor, ya que se infectan y se enferman más rápidamente. Un asunto que tampoco se ha estudiado todavía con detalle y puede abrir nuevos caminos, relata Telenti.

“Ambos casos suponen una evolución opuesta: hay personas que mueren de sida en dos años, mientras que a otras no les pasa nada”.

Esto pone de manifestó la diversidad, cómo cada ser humano reacciona según la infección, como sucede con otras enfermedades, por ejemplo la gripe o la E.coli. Esta bacteria, apunta Telenti, ha causado muertes en Alemania pero también ha habido 2.970 infectados en ese país que no les ha resultado letal. “Estas diferencias pueden hacer progresar el tratamiento del sida, al observar cómo la naturaleza resuelve problemas y determina los puntos fuertes y los puntos débiles”.

La tendencia más reciente de la sanidad pública es que se atienda a todos los portadores de este virus por igual, tanto si tienen mucha cantidad de virus o no. “Se ha producido un gran debate sobre si se debe tratar a todo el mundo por igual. Desde el año pasado se hace un tratamiento casi universal. Lo que está comprobado es que cuanta más gente se trata, más baja la incidencia de la epidemia”, asegura Telenti.

Para la investigación se utilizó la base de datos del Estudio de la Cohorte Suiza del VIH (Swiss HIV Cohort Study), que incluye a más de 15.000 personas infectadas de más de 16 años en el país alpino. En gran medida, la financiación del trabajo corrió a cargo del Fondo Nacional Suizo para la Investigación Científica (FNS).

En personas infectadas, el deterioro del sistema inmunitario es rápido y las infecciones aparecen en meses.

En otras sucede lo inverso: se han dado casos de personas que llevan años (más de 15) infectadas que no han padecido ningún problema sanitario.

En la mayoría, el deterioro se hace visible alrededor de los cinco años después de resultar infectados.

-El VIH fue descubierto por los grupos de investigadores de Robert Gallo y Luc Montagnier hace 30 años.

-Actualmente se conocen dos tipos del virus; el VIH-1 y VIH-2.

El segundo es endémico en el oeste de África y llega a la India.

-El VIH-1 se extiende por el resto del planeta y es el responsable de la mayor proporción de infectados, además es el más virulento de los dos.

-El tratamiento con fármacos debe empezar antes de que aparezcan los síntomas del mal o antes de una infección oportunista.

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