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¿Puede el COVAX impulsar la vacunación en los países más pobres?

Mujer recibe una vacuna en Argelia
En la carrera por las vacunas los países en desarrollo salen perdiendo. En África, por ejemplo, solo un pequeño puñado de países se ha asegurado el suministro de vacunas. La mayoría de ellos dependen del COVAX y de la Unión Africana. Copyright 2021 The Associated Press. All Rights Reserved

El Fondo de Acceso Global para Vacunas COVID-19 de la OMS, el COVAX, espera poder comenzar a asignar vacunas a los países con ingresos bajos y medios en el primer trimestre de 2021. Pero mientras las naciones ricas suscriben acuerdos bilaterales y se pelean entre ellas por los suministros, ¿podrá realmente el COVAX garantizar una distribución “justa y equitativa” a todos los países?     

Este pasado 3 de febrero el COVAX ha anunciado que a finales de mes espera poder comenzar a distribuir una reserva limitada de la vacuna BioNTech de Pfizer (que ya ha recibido la aprobación de la OMS para su uso en emergencias). También espera disponer de cantidades mayores de la vacuna de AstraZeneca (cuya aprobación está pendiente) y empezar a repartirlas en el segundo trimestre del año. El consorcio de vacunas ha publicado su primera “estimación de distribución provisionalEnlace externo” para el primer semestre, que da detalles de lo que los distintos países miembros pueden esperar en términos de entregas.

“El COVAX es la única iniciativa mundial que está trabajando con gobiernos y fabricantes para garantizar que las vacunas COVID-19 estén disponibles en todo el mundo para las economías de todo tipo”, según la Alianza Global para la Vacunación e Inmunización (GAVI) que preside la iniciativa junto con la Coalición para la Promoción de Innovaciones en pro de la Preparación ante Epidemias (CEPI)Enlace externo y la Organización Mundial de la Salud (OMS),Enlace externo que coopera con los fabricantes de vacunas de los países desarrollados y en desarrollo, Unicef, el Banco Mundial, organizaciones de la sociedad civil y otros. 

Se han adherido ya como miembros autofinanciados más de 90 países de renta alta. Suiza incluida. A ellos se suman 92 economías de ingresos bajos y medios que podrán recibir ayudas para comprar vacunas. El objetivo es que para finales de 2021 hayan adquirido 2 000 millones de dosis de vacunas de diversos fabricantes.

Si funciona, solo cubrirá al 20% de la población, mayoritariamente el personal sanitario y las personas más vulnerables a la enfermedad. Lo cual explica, sin duda, el deseo de los países más ricos de firmar acuerdos adicionales.

Según el COVAX, “se trata de un paso importante para proporcionar a los gobiernos y a los responsables de salud pública la información necesaria para poner en marcha medidas prácticas para el suministro temprano de dosis y un exitoso despliegue nacional de vacunas”. Al mismo tiempo, ha advertido que esta “distribución orientativa” no es “vinculante y puede estar sujeta a cambios”.

La Alianza Global para la Vacunación e Inmunización (GAVI), que dirige la adquisición y el suministro del COVAX, a través de un comunicado de prensaEnlace externo, también ha afirmado que para finales de año están “decididos a suministrar al menos 2 000 millones de dosis” de una variedad de vacunas COVID-19, incluyendo como mínimo 1 300 millones de dosis a 92 países de bajos ingresos. Esto permitiría cumplir su objetivo de cubrir al 20% de la población de cada país, es decir, a los trabajadores sanitarios y a las personas más vulnerables. 

El COVAX lo presiden conjuntamente la Organización Mundial de la Salud (OMS), con sede en Ginebra, la alianza GAVI y la Coalición para la Promoción de Innovaciones en pro de la Preparación ante Epidemias (CEPI).

Preparando el despliegue

El director general de GAVI, Seth Berkley, el pasado 26 de enero, declaró ante los periodistas acreditados en la sede de la ONU en Ginebra que el COVAX trabaja con sus socios (incluido Unicef) para garantizar el “mayor y más rápido despliegue de la historia”. La directora de Inmunización, Vacunas y Productos Biológicos de la OMS, Kate O’Brien, por su parte, reconoció que los preparativos para el despliegue están muy avanzados. En la rueda de prensa conjunta dijo que “ya hemos realizado formación a través de medios virtuales” y ejercicios de simulación. El objetivo es garantizar que los países estén preparados para empezar a vacunar a sus grupos prioritarios.   

Preguntado sobre países concretos y si podrán elegir la vacuna, Berkley señaló que esto dependerá de la entrega de suministros y de si han solicitado una vacuna específica. “Nos esforzaremos por darles la posibilidad de decidir”, dijo. Al tiempo que afirmó que la vacuna de AstraZeneca es más fácil de transportar y almacenar, mientras que la de Pfizer requiere temperaturas muy frías. Berkley también expresó su confianza en que el COVAX disponga de más vacunas, gracias a su apoyo a la I+D, sobre todo.

El director general de GAVI alabó los esfuerzos de los países donantes, diciendo que de los 8 000 millones necesarios para adquirir y suministrar vacunas la iniciativa ya ha recaudado 6 000 millones de dólares (5 400 millones de francos). Asimismo, se congratuló de las declaraciones del nuevo presidente de EE. UU., Joe Biden, en las que afirma que su país se unirá al COVAX.

¿“Fracaso moral”?

Esto ocurre cuando los países ricos (tanto si están en el COVAX como si no), para asegurarse las vacunas para sus propias poblaciones, ya han negociado acuerdos bilaterales con las empresas y están inmersos en una batalla por los suministros, mientras las empresas se enfrentan a problemas de producción. Los países más pobres, en gran medida, se han quedado al margen.   

El director general de la OMS, el etíope Tedros Ghebreyesus, con frecuencia ha alertado contra el “nacionalismo de las vacunas” y recientemente ha intensificado sus advertencias, recordando que “el mundo está al borde de un fracaso moral catastrófico, y que el precio de este fracaso se pagará con vidas humanas y medios de subsistencia en los países más pobres del mundo”.

Preguntado al respecto, Berkley respondió que, hasta ahora, “las vacunaciones se han iniciado casi exclusivamente en los países ricos y la preocupación es que, si [estos países] siguen comprando dosis, puede ser un problema de cara a tener más dosis disponibles para el resto del mundo”. Berkley subrayó que si la existencia de “grandes reservorios circulantes” del virus pone en riesgo a todas las personas del mundo, sobre todo porque están surgiendo nuevas cepas. “No estaremos a salvo hasta que todo el mundo esté a salvo”, dijo a los periodistas de la ONU.

Traducción del inglés: Lupe Calvo

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