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Suiza-ONU: un matrimonio tardío

Suiza-ONU Keystone

Desde el año 2002 Suiza forma parte de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Sin embargo, en 1986 todavía tres cuartas partes de la población se manifestaba claramente en contra de la adhesión.

La organización, así como muchos de sus organismos afiliados, tiene su sede europea en Ginebra.

El resultado de la votación popular del 3 de marzo de 2002 sobre la adhesión a la ONU no obtuvo una aceptación masiva; sólo el 55% de los suizos dijeron “sí” en esa consulta, dando por concluida la excepción helvética.

Quince años antes, el 6 de marzo de 1986, la situación era completamente diferente, ya que en aquella primera votación sobre la adhesión a la ONU las tres cuartas partes de los ciudadanos y el conjunto de los cantones rechazaron firmemente el proyecto.

Tras el éxito de la votación, el Consejo Federal remitió en julio de 2002 al Secretario General de la ONU, Kofi Annan, la solicitud de adhesión. El 10 de septiembre de ese mismo año la Asamblea General de la ONU acogía por aclamación a su 190º miembro. Desde entonces el Vaticano es el único Estado del mundo que no forma parte de la ONU.

Mucha actividad

Cuando la ONU fue fundada en 1945 el Consejo Federal prefirió permanecer fuera del nuevo organismo para garantizar la neutralidad de su país. Sin embargo, otros Estados neutrales, como Suecia y Austria, no vieron ninguna razón para rechazar la adhesión.

No obstante, su estatuto de no-miembro no ha impedido a la Confederación asumir un papel activo en muchos de los organismos afiliados a la ONU. A pesar de su condición, Suiza ha podido firmar numerosos acuerdos y convenciones, como por ejemplo el Pacto de la ONU por los derechos económicos, sociales y culturales.

Misiones de paz

Desde 1948 Suiza se esforzó por conseguir el estatuto de observador en el seno de los principales organismos de la ONU. El desempeño helvético en el marco de las diversas actividades de esta organización internacional ha sido siempre muy variado, como por ejemplo el control militar del alto el fuego firmado entre las dos Coreas en 1953.

En calidad de observadores militares, o boinas amarillas, los ciudadanos suizos han intervenido en zonas de conflicto como Egipto, Congo o Namibia. El compromiso del ejército suizo a favor de la paz en Kosovo estaba respaldado por una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU y pudo por ello comenzar tres años antes de la adhesión suiza.

Miembro ya de pleno derecho, Suiza ha mantenido sus compromisos anteriores y ha desarrollado nuevos capítulos de actividad. La defensa del derecho internacional se ha convertido, por ejemplo, en una de sus prioridades.

La creación de un nuevo Consejo de Derechos Humanos, con sede en Ginebra, ha servido también para reforzar la posición de la ciudad de Calvino, que ha confirmado así ser el segundo centro de la ONU a nivel mundial, directamente detrás de Nueva York, donde se alberga la sede principal.

Comienzos difíciles

Hay que recordar, no obstante, hasta qué punto fue laborioso el inicio del debate sobre la adhesión a la ONU hace cuarenta años. A finales de los años 60 ese debate mostraba cierto dinamismo.

En 1969 el Consejo Federal presentó un primer informe sobre la adhesión en el cual se constataba que las desventajas del aislamiento serían cada vez mayores, pero aún se consideraba prematuro el ingreso. Dos años después, el Consejo Federal mantenía su opinión en un segundo informe.

El cambio sobrevino en 1977. En esa fecha el gobierno afirmaba que la adhesión sería “deseable”. Cuatro años después el Ejecutivo presentaba al Parlamento una propuesta favorable a la adhesión, que tanto el pueblo como los cantones rechazaron con nitidez en 1986.

El argumento principal esgrimido por los adversarios a la adhesión estaba vinculado al temor de perder la tradicional neutralidad helvética. Además se temía también la posibilidad de que cascos azules suizos se vieran implicados en conflictos bélicos.

Más vale tarde que nunca

La contundencia de la negativa paralizó el debate durante varios años. Sólo a mediados de la década de los 90 algunos políticos volvieron a poner el tema sobre la mesa. Al principio, el Consejo Federal hizo muestra de una gran prudencia. Se estaban entonces negociando los primeros acuerdos bilaterales con la Unión Europea y el ejecutivo temía verse involucrado en la defensa de dos delicados temas de política extranjera.

Sin embargo, en 1998 el Consejo Federal publicó su cuarto informe sobre la ONU. En él se presentaba la adhesión como un “objetivo estratégico”, que debería ser alcanzado en un plazo políticamente aceptable.

Hubo que esperar sin embargo a que una iniciativa popular forzara el ritmo y obligara a una votación popular. El gobierno y las dos cámaras aprovecharon entonces la ocasión y recomendaron claramente la aceptación. Esta vez con éxito.

swissinfo

Suiza se convirtió en 2002 en el 190º estado miembro de la Organización de Naciones Unidas.

El ingreso de Suiza en la ONU fue aprobado por votación popular.

Los adversarios de la adhesión veían un peligro para la tradicional política suiza de neutralidad.

Mucho antes de ingresar en la ONU Suiza era ya miembro de numerosos organismos afiliados a la ONU.

La sede europea de la ONU se encuentra en Ginebra.

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