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Zúrich, centro de Suiza y corazón de Europa

Vista de la ciudad. (Imagen: Cortesía Zürich Tourismus/Manuel Bauer)

Al caminar por el casco antiguo de Zúrich, se emprende un viaje por la historia de la ciudad más grande de Suiza.

Para conocer las anécdotas y el sentir de los zuriqueses, vale la pena participar en un recorrido guiado. La Oficina de Turismo ofrece visitas en español.

Para llegar a Zúrich hay muchos caminos. El aeropuerto internacional de Zúrich-Kloten conecta a esta ciudad con el mundo con cerca de 267 movimientos aéreos y 146 destinos directos a 77 países.

Además posee la mayor estación ferroviaria de Suiza, con conexiones directas hacia sus vecinos, Alemania, Italia, Francia y Austria y, por su puesto, con arterias férreas que llegan a todos los puntos del interior del país, incluidos los destinos turísticos más conocidos del paisaje alpino helvético.

Cada día llegan y salen 1.900 trenes, 844 interurbanos, todos ellos siguiendo un horario en el que la puntualidad sólo puede ser suiza. En total, 350.000 pasajeros circulan diariamente por sus andenes.

Justo en la Estación Central de Trenes de la ciudad, la Hauptbahnhof, se encuentra la Oficina de Turismo, un punto de partida básico para conocer las ofertas y manifestaciones que se llevan a cabo en el momento de su visita.

La mayor estación de trenes de Suiza

La estación, construida en 1871, es una de las más imponentes de todo el país, diseñada por el arquitecto alemán Jacob Friedrich Wanner, en tiempos en los que las locomotoras de vapor llegaban y partían del gran domo que hoy hace las veces de mercado cubierto y punto de encuentro de miles de viajeros.

De allí partió swissinfo hacia la calle principal de la ciudad, en dirección a su casco viejo; no sin antes detenernos para deleitarnos con las tentaciones que ofrece la histórica confitería Sprüngli, con una tradición que se remonta al año 1836 y cuya sucursal dentro de la estación se ubica en la salida a la Bahnhofstrasse.

Peter Ern, guía en español y otros idiomas de la Oficina de Turismo, nos comenta al oído la historia de la especialidad más famosa de la casa.

Se trata de los famosos Luxemburgerli, unos pastelillos rellenos de crema que desde hace 55 años fueron bautizados así, “ante el pudor de nuestras señoras de la alta sociedad del monte de Zúrich, el Zürichberg, cuyo recato les impedía pedirlos en el mostrador bajo su nombre original: los besos”.

Las vendedoras, al ver la tensión en la que se encontraban sus clientas, sugirieron que esas delicias las solicitaran bajo la mención de la “especialidad del señor de Luxemburgo”, aludiendo al aprendiz que trajo esta receta de la confitería Namur, justamente de Luxemburgo, a finales de la década de los años 50.

Amables y decentes

Pero este pudor es sólo una de esas características heredadas de los tiempos en los que Huldrych Zwingli (Ulrico Zuinglio 1484-1531), el severo ejecutor de la Reforma en Zúrich, daba su sermón desde el púlpito de la catedral, la Grossmünster.

Sobre la imagen de los zuriqueses, comenta el guía Peter Ern: “Nosotros, la gente de Zúrich, tenemos la reputación de ser la gente de la gran ciudad, como la de Nueva York o la de Berlín. No tenemos una buena reputación. Pero, en realidad, somos gente muy amable, humilde, decente, y para confirmarles cómo somos, puedo declarar que sólo tenemos cuatro monumentos en la ciudad de Zúrich.”

Uno de ellos es el dedicado Alfred Escher (1819-1882), gran industrial y precursor de la modernidad en Zúrich y en toda Suiza, pues fue el político que impulsó el concepto de crear una red de líneas férreas, en manos de la iniciativa privada.

El monumento en forma de fuente, realizado en bronce y granito por el escultor Richard Kissling, se encuentra desde 1889 entre la salida de la Estación Central y la famosa Calle de la Estación, la Bahnhofstrasse, ideada, justamente, por este político zuriqués.

Se dice que esta calle es la más famosa de Zúrich, “la cara de la ciudad”. Será por su longitud de 1,4 km y la virtud de acoger a elegantes boutiques, joyerías, relojerías, grandes almacenes y hoteles.

Además, abraza a la Paradeplatz con las dos entidades bancarias más poderosas de Suiza, el UBS y el Credit Suisse.

Pestalozzi, zuriqués de fama internacional

“La Bahnhofstrasse es una calle muy joven, tiene entre 110 y 150 años”, indica Ern a paso apresurado, ante la muchedumbre que se concentra en la calle y que refleja la Zúrich de hoy, la Zúrich cosmopolita.

Los cafés se prestan al típico espectáculo de una tarde soleada en la que las mesas colocadas sobre la acera sirven de escaparates para la clientela que quiere ver y ser vista.

En el recorrido, un segundo monumento aparece frente al almacén Globus. Es el dedicado a otro zuriqués de renombre internacional: Johann Heinrich Pestalozzi (1746-1827).

Ern advierte que el pedagogo suizo es una figura mucho más destacada dentro y fuera de Suiza, en comparación con Escher, ya que “él realmente inició una revolución social en nuestro país”.

“Fue él quien luchó para que se abrieran escuelas para los pobres niños, los niños de los trabajadores y los niños de los campesinos. Y hasta hoy podemos decir que en Suiza, nuestras escuelas públicas -que consideramos escuelas buenas-, tienen sus raíces en la enseñanza de Pestalozzi.”

Pero la conciencia social propagada por él, poco se respira en esta calle, llena de elegancia contemporánea.

Aunque, si bien es cierto que Zúrich figura entre las ciudades con el mejor nivel de vida del mundo y es considerada como una plaza financiera por excelencia, hay que reconocer que aquí no hay ni rascacielos ni otras excentricidades arquitectónicas que desentonen con la prudencia innata de los zuriqueses.

La famosa Bahnhofstrasse termina a orillas del Lago de Zúrich, pero para llegar al casco viejo de la ciudad hay que abandonarla a la izquierda, unas cinco cuadras tras la estación central, en la calle Rennweg.

Allí comienza nuestro esperado encuentro con la vieja Zúrich. “En el casco viejo de Zúrich inicia la historia de los celtas, los romanos, los alemanes y los galos”, introduce nuestro guía para conducirnos a una de las partes más bellas de la capital del cantón de Zúrich.

En MÁS SOBRE EL TEMA ‘Descubriendo la parte antigua de Zúrich’

swissinfo, Patricia Islas Züttel

Zúrich, capital del cantón suizo del mismo nombre.
2005: 370.000 habitantes.
Un tercio de sus habitantes son extranjeros.
18.000 provienen de Alemania.
Zúrich destaca por la alta calidad de vida de sus habitantes.
Pero el lado de la pobreza también existe: 15.500 personas reciben de forma directa o indirecta ayuda social.

La Oficina de Turismo de Zúrich (Zürich Tourismus) ofrece todo el año visitas guiadas en español.

Las visitas pueden ser a pie, en autobús turístico o en barco, en las aguas del lago de Zúrich.

A partir de octubre hay visitas en autobús y/o en barco.

Para mayores informaciones, visite su oficina en la Estación Central de Trenes.

Sus horarios:
De noviembre a abril:
Lunes a sábado de 8:30 a 19:00
Domingo de 9:00 a 18.30 horas

De mayo a octubre:
Lunes a sábado de 8:00 a 20.30 horas
Domingo de 8.30 a 18.30 horas

También puede consultar su página Internet que ofrece una información muy completa en inglés y alemán.

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