El tango jazz seduce Berna
El legendario Paquito D’Rivera se presenta desde este martes en la capital suiza. El saxofonista cubano y su grupo de primeros espadas de la música latina invitaron en exclusiva a swissinfo.ch a los ensayos previos a la presentación de su proyecto de Tango Jazz en el Festival de Jazz de Berna.
El hotel Innere Enge goza de una vista panorámica privilegiada sobre Berna y sus sótanos albergan el Marian’s Jazzroom, una auténtica institución para los amantes del jazz. Este club recibe hasta el sábado la visita de Paquito D’Rivera y su septeto de Tango Jazz.
Este clarinetista y saxofonista cubano es una auténtica leyenda que ha tocado con los mejores, pero recibe a swissinfo.ch con la sencillez propia de los grandes.
“Vuelvo a Suiza cada año”
Paquito D’Rivera, quien fuera honrado por el presidente de los Estados Unidos con la Medalla Nacional de las Artes en 2005, no es un recién llegado a las tierras helvéticas. De hecho, este es un país que le encanta, y al que vuelve cada año.
“Mi primera visita se remonta a 1978, cuando fui invitado por Claude Nobs para tocar en el Montreux Jazz Festival”, rememora.
Respecto a Montreux, D’Rivera cuenta una anécdota hilarante. “En esa época yo venía de Cuba y no había visto gran cosa del mundo capitalista. Tocaba con Dizzy Gillespie y me quise comprar un reloj, pues pensaba que yo ganaba mucho dinero. En el hotel Palace pedí el catálogo de Patek Philippe, y cuando vi los precios… comprendí que no ganaba tan bien.”
Siguiendo con su típica gracia habanera, el artista confiesa entre risas: “Mire usted, hasta hace poco no me he enterado de que esta hermosa ciudad de Berna es la capital de Suiza. Yo siempre he pensado que era Ginebra.”
El cubano que lo ha hecho todo en la música latina se lanza justamente aquí en Berna a una nueva aventura: explorar el tango. Y es que su pasión por la música argentina viene de largo.
“Descubrí el tango en las películas argentinas que tanto me gustaban en la niñez. Yo crecí fascinado por la cultura argentina y el sonido del bandoneón”, comenta entusiasta. Pero la historia de su proyecto actual nace de un encargo del Lincoln Center. “El repertorio que tocamos aquí nace de ese proyecto, que consiste en unir la música tradicional argentina con el espíritu del jazz”, aclara.
Buenos Aires – Barcelona – Nueva York
Y al hablar de Argentina, se suma a la charla Emilio Solla, el pianista del proyecto que no escatima elogios hacia la figura del gran cubano.
“Paquito es alguien que abre puertas y es muy generoso”, afirma, “pues es alguien que deja mucho espacio a sus músicos y nos valora en nuestro trabajo”.
El argentino llegó al proyecto de Paquito D’Rivera de la mano de Pablo Aslán, el contrabajista y director musical del programa que puede oírse estos días en Berna. Solla realizó sus estudios en Buenos Aires antes de lanzar su carrera solista en Barcelona e instalarse en Nueva York en 2006.
“Es allí donde nos presentó Aslán y pude darle un CD con mi trabajo a Paquito, quien me convocó al poco tiempo para sumarme a la aventura”. Un encuentro que, al parecer, solo se puede dar en Nueva York.
“Es que me siento muy a gusto en Europa y me gustaría trabajar más aquí, pero en Nueva York es donde ocurre todo. Estar allí es esencial para un músico… o para cualquiera que quiera realizar su trabajo al máximo nivel.
Las posibilidades que allí se abren no existen en ningún otro sitio”, comenta este pianista que ha visitado Suiza en varias ocasiones y ha tocado ya en Basilea, Zúrich y Ginebra.
Solla es uno de los mayores exponentes actuales de este género de fusión conocido como ‘tango jazz’, que se zambulle en la música negra americana para unirla con elementos propios del tango o las músicas folclóricas latinoamericanas. Un estilo en el que brilla el mencionado Pablo Aslán o el pianista argentino residente en Madrid Federico Lechner.
‘Tanguajira’
Tras la charla, los músicos se reúnen con el resto de la banda, integrada por el cubano Manuel Machado a la trompeta, los argentinos Daniel y Michael Zysman al violín y bandoneón, y el estadounidense David Silliman a la batería.
Juntos comienzan a poner a punto la refinada maquinaria sonora que seducirá al público de Berna esta semana. Por el repertorio de impresionante virtuosismo pasan tangos tradicionales o sones y ‘tumbaos’ típicamente cubanos.
A ello se suman obras del argentino Astor Piazzolla o composiciones del propio Emilio Solla como ‘Buenos Aires Blues’ y extraños híbridos que hermanan estos dos universos musicales americanos. ¿Qué mejor ejemplo que una pieza del director musical Pablo Aslán titulada “Tanguajira” casando al porteño tango con la muy cubana guajira?
“Me gusta tanto la música argentina que hasta he tocado con Charly García (nda: estrella del rock argentino). Pero es el tango lo que realmente me apasiona”, comenta Paquito D’Rivera a modo de conclusión. “Es un universo que siento muy cercano a mi corazón y que espero saber compartir estos días con el público suizo”.
Nace en La Habana, Cuba, en 1948.
Es un virtuoso del saxofón y el clarinete, reconocido mundialmente.
Tras una carrera meteórica como niño prodigio de la música, funda junto a Bebo Valdés y Arturo Sandoval el mítico grupo Irakere que sería referencia mundial del jazz latino.
Paquito D’Rivera huye de la dictadura castrista en 1980, instalándose en los Estados Unidos. En 1990 su compañero en Irakere, el trompetista Arturo Sandoval, huye también de Cuba.
En su nueva etapa trabaja con músicos como Dizzy Gillespie y se hace un nombre entre lo mejor del jazz americano.
En 2005 ganó la Medalla Nacional de las Artes de manos del presidente de los Estados Unidos por su contribución a la música.
Se le considera como uno de los padres fundadores del ‘latin jazz’.
El pianista y compositor Emilio Solla nace en Mendoza, Argentina, en 1962.
Se graduó en estudios de piano clásico en el Conservatorio de Buenos Aires en 1986.
Posteriormente, siguió estudios de arreglos, dirección y armonía. Ha sido arreglador y director musical de artistas reconocidos en la escena sudamericana, tales como Miguel Cantilo y Cecilia Rosetto.
En 1983 comenzó a componer y presentar sus propios trabajos. Primero desde Barcelona, donde se instaló en 1996 y luego en Nueva York, donde reside desde 2006. En la ciudad de los rascacielos se integra como pianista de Paquito D’Rivera.
Su música fue alabada por el fallecido Astor Piazzolla como “una de las más interesantes del panorama actual de Buenos Aires”.
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