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“En el 68, temíamos que hicieran explotar al planeta”

Eliane Perrin ahora imparte clases en Ginebra. swissinfo.ch

Eliane Perrin acababa de terminar sus estudios cuando ocurrió la revuelta "espontánea y alegre". Como muchos otros, esta suiza rompió entonces con el Partido Comunista, que no compartía el lema de esa generación en el que se indicaba que tras la asonada, tocaría el turno a un festejo placentero.

Entrevista con esta sexagenaria convertida en profesora de Sociología.

Muchos de estos disidentes partidistas contribuyeron a la creación de nuevos grupos de extrema izquierda, de los que ahora sólo subsisten los ‘trotskistas’ de la Liga Marxista Revolucionaria.

Pero Eliane Perrin finalmente dio la espalda a los dos partidos y a sus sindicatos.

swissinfo: Ni en el 68 ni en otro momento Ginebra conoció eventos tan espectaculares en Europa como los ocurridos en París, pero al final ganó el ‘espíritu de mayo’. ¿Resultó usted sorprendida?

Eliane Perrin: Sí y no. Fue una explosión mundial que los dirigentes no vieron llegar. Ni nosotros tampoco, aún cuando flotaba en el aire desde los inicios de la década, aún cuando no se sabía cuando estallaría.

En Ginebra, como en otros sitios, ya se luchaba por la democratización de los estudios, puesto que los hijos de la clase obrera en Suiza apenas ocupaban el 10% de las plazas en las universidades.

En el 68 hubo una especie de fusión de varios aspectos y de ese modo, ese rompecabezas se revolvió al salir a manifestarse a la calle. Pero, atención, no se trataba de una revolución: no queríamos tomar el poder político, sino cambiar la vida cotidiana, la cultura.

swissinfo: En Ginebra, la organización de una Jornada del Ejército el 14 de mayo de 1968 fue el motivo de que un día después se organizara la gran manifestación y la huelga general en París…

E. P.: Sí, ¡Una idea genial del ejército, pero que en Ginebra no corrió ese mismo riesgo, después del tiroteo contra los huelguistas de 1932! No se puede imaginar hasta qué punto, en esa época, el ejército confinaba a toda la sociedad suiza. Los jóvenes no encontraban trabajo sin haber hecho al menos el servicio militar. Los objetores de conciencia debían declararse dementes o afrontar procesos militares e incluso ingresas en prisión.

Aunado a esto, la Segunda Guerra Mundial no estaba lejos de haber ocurrido. Había aún dictadores fascistas en España y Portugal… Sin hablar de las guerras en Argelia y Vietnam. Eramos pacifistas y hostiles a toda autoridad, simbolizada por el ejército.

swissinfo: El contexto internacional se mantenía tenso, con la escalada nuclear y la guerra fría…

E. P.: Sí, realmente creímos que Estados Unidos o Rusia, o ambos, harían explotar el planeta. Hiroshima y Nagasaki aún eran heridas frescas y aún entonces explotaban sus bombas al aire; las revistas estaban llenas de fotos de esos “hongos” nucleares.

Cuando decíamos que queríamos “todo de inmediato”, era porque pensábamos que la vida podría detenerse un día después; no porque éramos los niños mimados de la prosperidad, como algunos insinuaban. Al contrario: la sociedad era tan sofocante que rechazábamos aparatos como las lavavajillas y la televisión, puesto que para nosotros esa no era la vida.

swissinfo: ¿Participó usted en el movimiento feminista?

E. P.: El movimiento existe desde el siglo XIX pero era muy moral, aún se opone al cine pornográfico, por ejemplo, y yo desconfiaba de él. Pero nuestra generación conoció un cambio importante: se nos empujo a hacer “un poco de estudios”, en caso de fracasar en el matrimonio… Entonces pudimos estudiar y, gracias a la píldora anticonceptiva y al aborto, no tuvimos más miedo ni de la sexualidad ni de los hombres. Las relaciones entre padres e hijos cambiaron completamente.

Pero esta revolución de costumbres también afectó más aspectos de lo establecido, como la censura, las escuelas mixtas o la prohibición del uso del pantalón para las mujeres. Los homosexuales eran considerados como enfermos psiquiátricos.

E la insoportable xenofobia de las iniciativas de la derecha, el asesinato de Martin Luther King en Estados Unidos… en breve, el racismo estaba en todas partes.

swissinfo: Pero también apareció el movimiento ‘hippy’, el amor libre, la música, la fiesta…

E. P.: Sí, una hibridez y un desbarajuste de mucho humor. También estaba “la música de los negros”, ¡Como decía mi padre! El jazz, el rock, el pop, “nuestra” música, las fiestas y una vida sexual desenfrenada.

Pero también había un lado más duro. Pensábamos que estábamos todos de acuerdo, pero no fue el caso; nos dimos cuenta pronto. Hubo los amigos que desaparecieron, que se suicidaron, que terminaron en el manicomio, que se sumaron al militarismo armado de las Brigadas Rojas…

swissinfo: Y, hoy día, recordar todo esto qué le provoca: ¿lágrimas o sonrisas?

E. P.: Ambas cosas. No es realmente una verdadera nostalgia, puesto que el altermundialismo, el rechazo nuclear, el consumismo, la ecología, las feministas (espero que existan aún puesto que ahora el aborto está en cuestión en todas partes), todo eso se desprende de esos años.

Perdimos nuestras ilusiones, la utopía y los ideólogos murieron antes de la caída del Muro de Berlín. Pero muchos tuvieron el coraje de continuar la vida, puesto que el gran cambio se produjo en las conciencias.

Entrevista swissinfo: Isabelle Eichenberger
(Traducido del francés por Patricia Islas Züttel)

Nació en 1944 en Neuchâtel. En 1956 se mudó a La Chaux-de-Fonds, donde descubrió el mundo obrero y el comunismo.

1963-1968: estudios de Sociología en la Universidad de Ginebra.

1964: Dimisión de la Iglesia protestante e ingreso al Partido del Trabajo (PT, comunista) de Ginebra.

1967: Exclusión del PT. Militó hasta que la presión de los policías la hicieron partir “para hacerse olvidar” a Francia en 1972.

1980: Regresó a Ginebra con un doctorado por la Universidad de Nice. Actualmente enseña e investiga sociología en esa ciudad suiza.

Verano de 1967: manifestaciones contra la guerra de Vietnam en Estados Unidos.

Otoño de 1967 en Italia: ocupación de las universidades católicas de Milán y Turín.

Marzo de 1968 en Locarno: ocupación estudiantil de la Escuela Normal, en protesta de los programas de enseñanza.

11 de abril de 1968 en Alemania: atentado contra Rudi Dutschke, jefe de los estudiantes socialistas.

13 de mayo de 1968: sindicatos y partidos de izquierda se unen a los estudiantes en una manifestación que congregó a un millón y medio de personas contra el general De Gaulle.

14 de mayo de 1968: manifestación contra la Jornada del Ejército.

22 de junio: miles de manifestantes protestan contra la guerra en Vietnam.

Del 28 al 30 de junio en Zúrich: Tres mil personas se manifiestan contra la evacuación del centro autónomo en un establecimiento comercial. Los enfrentamientos con la policía arrojaron 60 heridos.

30 de junio en Delémont (Suiza): ocupación de la prefectura por 150 separatistas del Jura.

21 de agosto en Praga (ex Checoslovaquia): sofocación de la ‘Primavera de Praga’ por los soviéticos.

Febrero del 69en Ginebra: ocupación de la rectoría de la Universidad.

Junio del 69 en Basilea: las manifestaciones por la gratuidad de los transportes públicos se extienden a otras reivindicaciones.

Mayo del 71 en Lausana: el Comité Acción Cine reclama por los precios de las entradas y amplía sus reivindicaciones.

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