Baselworld intenta volver a sonreir
La mayor cita mundial de la relojería y la joyería, que cierra sus puertas este jueves, vive un momento de moderado optimismo. Los analistas afirman que los negocios vuelven a activarse en esta industria de importancia capital para Suiza.
Un año más, la Messe Platz de Basilea se convierte en el centro mundial del universo del lujo. Ejecutivos elegantes con trajes de corte impecable y azafatas que no desmerecerían en un desfile de modas se cruzan por los pasillos de esta feria, calificada por los conocedores como “la más importante del mundo”.
Tras pagar (una muy poco popular) entrada de 60 francos (40 euros), el visitante llega a un inmenso espacio que recuerda a una ciudad en miniatura donde los ojos se pierden ante el despliegue de marcas de lujo que hacen soñar a los consumidores desde Buenos Aires hasta Tokyo. En el pasillo central, los pesos pesados de la industria imponen su poderío y compiten en imaginación y diseño para atraer a los compradores. Enseñas míticas como Rolex, Patek Philippe, Chopard, Omega o Blancpain abruman al observador con sus creaciones desde la avenida central.
De las 2000 marcas que presentan sus creaciones en Baselworld, 292 son firmas suizas. Empresas helvéticas que han visto una reducción de su volumen de negocio del orden del 22.3 % en el año 2009. La relojería emplea en Suiza a unas 53.000 personas de forma directa, e incontables más se benefician de forma indirecta. A pesar de ello, la presente crisis ha dejado ya un tendal de 5000 desempleados y varios otros miles con trabajo en jornada reducida, o desempleo parcial. Una técnica que evita despedir a personal altamente cualificado.
De hecho, los especialistas no se llaman a engaño. A pesar de que se oye en los pasillos hablar con alivio de una cierta mejora, la prudencia es recomendable. Jacques Duchèene, presidente de los expositores en Baselworld, comentó a la prensa: “Es importante no confiar demasiado en un retorno rápido a la euforia, pues la situación económica mundial sigue siendo muy fragil”. En su opinión “los años exhuberantes” son ya parte de la historia.
Una tendencia que parece confirmarse a cada paso. La “era del exceso”, entendida como la época de excesos de lujo y gasto de dinero a espuertas, habría terminado. Y Baselworld 2010 así lo demuestra, con una edición en la que la palabra clave es prudencia y contención del gasto.
“La mujer vuelve a ilusionarse con las joyas”
Entre las marcas punteras del lujo español, destaca con luz propia la empresa de joyería Carrera y Carrera. En su discreto y elegante stand Carmen Sáenz Varona, vicepresidente de la prestigiosa marca, habla con swissinfo.ch de la situación de la industria. Tras 14 años como ejecutiva en Cartier, Varona es una experta conocedora del universo del lujo y sus secretos.
“Se nota que empezamos a salir de la crisis”, comenta, “y notamos igualmente que empieza a haber una nueva alegría por parte de los distribuidores que no notamos el año pasado, por ejemplo”. Según Carmen Sáenz Varona, lo que los clientes buscan hoy es identidad de marca. “Y en ese sentido nuestra firma va muy bien”, valora.
De hecho, en los pasillos de Baselworld 2010 la referencia a la pasada edición es omnipresente y se repite como un mantra en boca de todos y cada uno de los entrevistados. “Es que, sin duda, el año pasado fue muy duro para todo el mundo”, comenta Varona. Según esta experta, tras la crisis lo que el cliente busca es “ir a valores seguros”. Destaca que, si bien en los últimos años la mujer apostó fuerte por la relojería, de a poco la tendencia se invierte y el colectivo femenino recupera su pasión milenaria por las joyas.
“Notamos con alegría que las mujeres vuelven a tener ilusión por las joyas”, afirma esta ejecutiva de una empresa española que abre mercados en los Estados Unidos, Japón, Rusia o Medio Oriente. “Y es que si bien España no existe en términos de relojería, es sin duda una gran potencia en el campo de la joyería”. Según explica Varona, “El 20 % de la producción queda en el mercado nacional y el 80 % restante viaja fuera de nuestras fronteras”.
Ventas minimalistas
Aunque la visión optimista no es compartida por todos. Mónica López, de la Joyería Elsa de Guadalajara, México, comentó a su vez a swissinfo.ch: “La crisis aún se nota mucho, y es interesante notar que el área dedicada a relojes atrae mucho más público que la parte de joyería”. Visión avalada por una veterana empresaria española que prefirió guardar el anonimato: “es cierto que a la joyería parece tomarle más tiempo volver a flote. Si bien algunos joyeros puntuales hacen buenos negocios, el nivel de ventas general se mantiene a niveles minimalistas”.
“La verdad es que el jueves pasado aquí no había nadie”, continúa diciendo en tono confidencial la misteriosa mayorista de joyas andaluza. “Y lo cierto es que, si bien hay signos de repunte, la mayoría de compradores dudamos antes de firmar los cheques pues tenemos miedo de pillarnos los dedos”, comenta con un guiño. A pesar de ello, no duda en confirmar a Baselworld como “la madre de todas las ferias mundiales, sobretodo en lo que respecta a la industria relojera”.
Más positiva es la visión de Mónica Martínez, responsable del diseño de otra de las grandes marcas españolas del lujo: Dámaso Martínez. Sin dudarlo, la joven ejecutiva afirma que “este año está siendo mucho mejor que el anterior”. Martínez destaca “la nueva alegría de los compradores” y el retorno a Basilea de los clientes estadounidenses, “quienes en la edición 2009 brillaron por su ausencia”.
Esta empresa con sede en Bilbao exporta mayormente a otros países de Europa y a los Estados Unidos. ¿Y al mundo árabe, cliente habitual del lujo? “No tanto este año, y es que la grave crisis financiera en Dubai ha afectado a toda la región del Golfo Pérsico y, por añadidura, al conjunto del mundo árabe”. A modo de conclusión, la joyera española comenta que “la feria termina el jueves y aún puede haber sorpresas, pues el mercado se mueve por aluviones. Aunque la tendencia global es positiva”.
Rodrigo Carrizo Couto, swissinfo.ch, Basilea
El salón Baselworld está organizado a partir de siete áreas o ‘halls’: Sueños, Deseos, Inspiraciones, Emociones, Sensaciones, ‘First Avenue’ y Fascinaciones.
Moritz Leuenberger, ministro suizo de Medioambiente y Transporte, fue el responsable de inaugurar la 38ª edición de Baselworld.
Una de las piezas que más expectativas ha despertado es el reloj-teléfono móvil con valor de 280 francos suizos fabricado por el grupo francés Celsius X VI II. Su nombre es Remontage Papillon porque al sonar, sus mecanismos permiten simular el aleteo de una mariposa.
En 2010, Baselworld contará con una superficie de exhibición de 160.000 m2.
Se prevén 1.915 expositores de 45 países.
Se espera una afluencia de 90.000 visitantes especializados, unos 20.000 menos que en 2007, que fue un año récord.
El salón está abierto de 9h00 a 18h00. Salvo el día de la clausura, que los trabajos terminan dos horas antes.
La historia del Baselworld se remonta a 1917, cuando se inició bajo el nombre de ‘Schweizer Mustermesse Basel’ (MUBA), encuentro de especialistas del sector relojero y joyero que evolucionó e integró cada vez a más protagonistas del sector.
El año 1972 marcó una nueva etapa para el MUBA porque incorporó a su exhibición a empresas relojeras venidas de Francia, Italia, Alemania y Reino Unido, lo que le convirtió en una cita europea.
Pero fue en 1995 cuando cambió su nombre para convertirse en el salón Baselworld. Desde entonces y hasta el 2007, el número de expositores y visitantes especializados creció año con año, pero la recesión impuso un repliegue.
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