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Suiza espolea la “rendición de cuentas” climáticas

Huellas de la deforestación en la Amazonía brasileña. Reuters

Los gobiernos helvético y mexicano convocaron en el estado de Oaxaca a expertos de 40 países para hablar sobre gobernanza climática, o transparencia en el ejercicio de los recursos que se destinen a combatir el calentamiento global.

El encuentro en tierra azteca destacó la importancia de la reforestación en tiempos en los que 65% de los bosques que se destruyen son latinoamericanos.

El cambio climático le cuesta al mundo alrededor del 1,5% del PIB cada año. Y la proporción aumentará al doble antes del 2030, según previsiones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

El incremento incesante de las temperaturas y la emisión de gases de efecto invernadero provocan una reacción en cascada que supone daños irreversibles sobre los ecosistemas, pero también sobre actividades económicas como la agricultura, la ganadería y el turismo.

En materia demográfica, la ONU afirma que el cambio climático detonó ya un éxodo de personas hacia regiones “más habitables” que en 2015 tendrá efectos semejantes –en materia de desplazamientos- a los que provocan los conflictos bélicos.

Un tejido de problemas que llevó a los gobiernos de Suiza y México a convocar conjuntamente a expertos de 40 países a una doble cita simultánea celebrada entre el 1 y el 3 de septiembre en Ginebra y en el sureño estado mexicano de Oaxaca.

La cita azteca llevó por nombre ‘Taller sobre Gobernanza Forestal, Descentralización y REDD+ en Latinoamérica y el Caribe’ y se concentró en la importancia de la reforestación y en la rendición de cuentas.

Suiza pide transparencia

En la cita mexicana, la delegación suiza estuvo encabezada por Christian Kueschli, encargado de la Oficina Federal del Medioambiente, quien afirmó entre homólogos de Europa, Asia, África y Latinoamérica que es necesario aumentar el financiamiento para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y para preservar los bosques.

Pero es igualmente importante, añadió, asegurar una transparente ejecución de los recursos.

Mientras haya corrupción en un país y no se presenten cuentas claras, dijo, los fondos destinados a reducir las emisiones de carbono provocadas por la deforestación y la degradación de bosques (conocido como REDD por sus siglas en inglés) no podrán cumplir con su objetivo.

Deben existir metas y responsabilidades claras, detalló Kueschli.

Sobre este punto, detalló que cada país debe precisar el uso y derechos que tiene con respecto al manejo de sus bosques. “Debe definirse quién puede utilizar qué tipo de recursos, por cuánto tiempo y bajo qué condiciones”, explicó.

Kueschli reconoció, por ejemplo, el derecho natural que tienen los habitantes nativos de una comunidad a hacer uso responsable de los recursos existentes, siempre que se apliquen políticas responsables de reforestación.

¿Quién paga el cambio climático?

Otro de los temas abordados en México fue la existencia de un nuevo fondo climático, una prioridad de cara a la próxima Conferencia de las Partes de la Convención marco de la ONU sobre el Cambio Climático (COP-16) a celebrarse en Cancún, México, en diciembre próximo.

Un encuentro en donde se buscará definir quién debe pagar los al menos 90.000 millones de francos suizos que requiere el mundo año tras año para combatir el cambio climático.

Especialmente luego de que estimaciones del Departamento Federal del Medioambiente (Suiza) y de la Secretaría de Relaciones Exteriores (México) de revelaran que para el 2030, el mundo requerirá al menos 210.000 millones de francos suizos anuales para contrarrestar el calentamiento climático.

Según el debate sostenido en Oaxaca, los gobiernos tendrían que asumir su responsabilidad en este proceso vía aportaciones presupuestarías. Pero serían también las empresas y la población, en general, quienes pongan su grano de arena por la vía de impuestos que respeten la lógica de “paga más quien más contamine”.

Esto podría implicar futuros gravámenes ligados al uso de distintos tipos de transporte terrestre, aéreo o marítimo.

Bosques, los aliados

Más allá de la responsabilidad presupuestaria y de la transparencia en el ejercicio de recursos, deben buscarse alternativas para “aliviar” el cambio climático.

Sobre México, colaborador de Suiza en la organización de la cita oaxaqueña, se expresó que los bosques y la selva representan 64,5 millones de hectáreas (unas 15 veces el territorio helvético íntegro) que atraviesan, junto con el resto de la región latinoamericana, una de las peores crisis forestales.

El 65% de los bosques destruidos durante los últimos cinco años se concentran en América Latina, denunció el Centro de Investigación Forestal Internacional de los Bosques (Cifor).

La conjunción de poderosos intereses económicos, falta de voluntad política por parte de los gobiernos y una precaria cultura de preservación del medioambiente son algunas de las razones que lo explican.

De ahí la importancia de destinar presupuestos públicos para la reforestación y de generar incentivos a la iniciativa privada que se ocupe de este tema.
Para el Departamento Forestal de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la utilización eficaz de recursos forestales puede ayudar al mundo a recuperar en un siglo los niveles de CO2 de la era preindustrial.

Ginebra y Oaxaca trabajaron en la misma dirección.

Pero será la Conferencia de las Partes de la Convención marco de la ONU sobre el Cambio Climático (COP-16) -a celebrarse en Cancún, México, a principios de diciembre- la que evidencie si el discurso político y los hechos son capaces de empatar.

Andrea Ornelas, swissinfo.ch

La deforestación es la destrucción de bosques a gran escala provocada por el ser humano. Dicha acción erosiona los suelos y desestabiliza las capas freáticas, lo que genera inundaciones o sequías, y la desertización de la tierra.

Los árboles son los principales receptáculos para el almacenamiento del carbono. Si se destruyen, el dióxido de carbono en la atmósfera acelera el calentamiento global de la Tierra. Si por el contrario, se multiplican, se acelera el proceso de equilibrio del planeta.

Cada año se desforestan el equivalente a 18 millones de hectáreas de tierra en el mundo, el equivalente a 4 veces el territorio suizo.

La Fundación del Céntimo Climático y la Confederación Helvética se comprometieron a conseguir que Suiza reduzca sus emisiones de gases de efecto invernadero en 2 millones de toneladas entre 2008 y 2012.

La Cumbre de la ONU sobre el Cambio Climático de Bali 2007 (COP-13) fue el punto de partida para ampliar el compromiso internacional contra el calentamiento global.

La Conferencia de Poznan 2008 (COP14) permitió avanzar en Polonia en el citado objetivo.

Sin embargo, el encuentro de Copenhague 2009 (COP-15) puso sobre la mesa los intereses de 192 países y evidenció la falta de consensos pese a la urgencia por negociar un acuerdo internacional que de continuidad al Protocolo de Kyoto que vence en 2012.

Tras el fracaso de Copenhague, la última oportunidad es la COP 16 de Cancún, México, que habrá de celebrarse entre el 29 de noviembre y el 12 de diciembre.

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