Botín de guerra regresa a San Gall

Más de once años de negociaciones entre Zúrich y San Gall han permitido que vuelva una pieza única en su género: un gran globo terráqueo y celeste del siglo XVI.
Se trata de un préstamo de Zúrich, que hace 300 años, junto con Berna, inflingió una profunda herida en la historia de la Biblioteca Abacial de San Gall.
Una visita a la Biblioteca Abacial de San Gall es un deber y un deleite para todo aquel interesado en los manuscritos antiguos, el arte y las ciencias.
Además de ser un punto básico en Suiza y Europa para el estudio de la Edad Media, la biblioteca y su sala barroca resultan ser el principal atractivo del turismo que visita esta ciudad en el noreste de Suiza.
La Abadía ha dejado de tener vida monástica; no obstante atrae a más de 100.000 personas al año gracias a su designación como patrimonio de la humanidad por la UNESCO desde 1983 y, por supuesto, a su notable belleza y a las obras seculares que allí se albergan.
Por ello, el programa de colecciones temporales temáticas que se presentan en la sala barroca despierta gran interés.
Botín de un conflicto hace 300 años
Es el caso de la actual exposición ‘Del Limmat (en Zúrich) de regreso al Steinach (en San Gall)’ que presenta los bienes culturales de San Gall que fueron robados y jamás devueltos por Zúrich hace 300 años.
La Guerra de Toggenburgo en 1712 fue el último conflicto religioso que se llevó a cabo dentro del territorio helvético provocando graves pérdidas a la Abadía de San Gall.
En ese tiempo aún no existía la sala barroca que hoy puede visitarse, sino una biblioteca renacentista en donde se encontraba uno de los muchos tesoros de los monjes sangaleses: un globo terráqueo y celeste de dos metros de altura, comprado por el abad Bernhard Müller en 1595.
Retorno «aunque sea por tres meses»
La Abadía fue saqueada y ocupada por las tropas triunfantes de Zúrich y Berna. Fue así como se perdieron manuscritos y libros ya impresos, además del bello atlas que 300 años después vuelve desde Zúrich a San Gall para ser admirado durante tres meses por el visitante.
«Es muy especial que el globo vuelva a San Gall desde 1712. Es la primera vez que estará en la sala barroca pues cuando fue hurtado se encontraba en una sala anterior», explica a swissinfo Karl Schmuki, vicedirector y especialista de la Biblioteca Abacial de San Gall.
«Es bello saber que regresa aunque sea sólo por tres meses», indica el también autor de diversas publicaciones en torno a la biblioteca.
¿Qué tiene de especial este atlas? «Es muy especial. Es uno de los tres globos terráqueos que se conservan del siglo XVI en el mundo entero. Uno representa la geografía terrestre, el otro, el cielo, pero el nuestro, el de San Gall, tiene representados tanto al cielo como a la tierra, es decir, están dibujados los continentes y el mar y especies de peces, pero también se aprecia el cielo, los astros del norte y el sur celeste, por eso se trata de una pieza única.»
Se calcula que fue hecho alrededor del 1570 en Ausburgo (Alemania) por mandato de una representante de la familia Fuker de Salzburgo.
San Gall deberá conformarse con una copia
El globo es, por así decirlo, la estrella de la exposición que presenta una selección de los manuscritos también robados por los zuriqueses hace tres siglos.
Schmuki explica que «después de más de once años de negociaciones entre San Gall y Zúrich, se ha llegado al acuerdo de que Zúrich debe hacer y financiar los costos de una copia del globo para poder entregársela a San Gall».
Por lo pronto, el original puede verse hasta el 25 de febrero de 2007 en la impresionante sala barroca de la Biblioteca Abacial de San Gall.
swissinfo, Patricia Islas Züttel
La Guerra de Toggenburgo en 1712 fue el último conflicto religioso que se llevó a cabo dentro del territorio helvético entre la región católica central junto con la Abadía de San Gall en contra de los cantones protestantes de Zúrich y Berna, vencedores del conflicto.
Esta disputa provocó graves pérdidas en la biblioteca abacial de San Gall.
Zúrich y Berna tomaron como botín de guerra la mayoría de los escritos y libros impresos. Gran parte de estas obras fueron devueltas a San Gall, gracias a un tratado de paz firmado en 1718.
Sin embargo, Zúrich no devolvió todo lo que se había apropiado.
Algunas docenas de manuscritos y centenares de libros impresos aún se hallan en la Biblioteca Central de Zúrich
El globo terrestre de San Gall pertenece desde hace casi 300 años a Zúrich, aunque se encuentra depositado en el Museo Nacional de Suiza.
Sólo por tres meses vuelve a su dueño.
Zúrich se ha comprometido a financiar la hechura de un duplicado de este tesoro medieval.
La gran esfera de 233 cm. de alto por 121 cm. de diámetro tiene un aspecto misterioso y elegante mostrando un mundo, tal y como se conocía en 1570 con Europa, África e India con las costas que hasta entonces conocían los marineros, sin las tierras americanas, ni los polos terrestres, desconocidos entonces por la vieja Europa.
Al mismo tiempo, la esfera muestra un mapa celeste. Donde hay espacio aparecen estrellas al lado de grandes dibujos de peces y otros animales.

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