Emotivo homenaje a víctimas de la Cruz Roja
El presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Jakob Kellenberger, condenó este miércoles el asesinato de seis colaboradores de esa institución perpetrado la semana pasada en la República Democrática del Congo.
“En estos días no es la esperanza la que me da la fuerza, sino un sentimiento de intensa rebelión contra todos aquellos que quieren destruirlo todo y no respetan las reglas más elementales del comportamiento humano”, subrayó el dirigente durante una ceremonia en homenaje a las víctimas, en Ginebra.
Ante los familiares y compañeros de los colaboradores asesinados Kellenberger destacó que lo más urgente en el mundo de hoy “no es el mejoramiento del género humano, sino la defensa inflexible de un mínimo de humanidad”.
Cuatro trabajadores congoleses (Aduwe Boboli, Jean Molokabonge, Véronique Saro y Unen Ufoirworth) y dos delegados extranjeros (la enfermera suiza Rita Fox, y el colombiano Julio Delgado), fueron ultimados la semana pasada durante una emboscada en las cercanías de Bunia, en el noroeste del Congo.
Se desconocen aún los autores y el motivo de esta masacre, la peor que recuerda el CICR desde 1996, año en que la organización perdió a 3 delegados en Burundi y seis en Chechenia.
“Nadie sabe aún nada” sobre las circunstancias del asesinato indicó el portavoz del CICR en Ginebra, Juan Martínez.
El ejercito ugandense, acusado de haber participado en la masacre según fuentes congolesas, ha negado toda responsabilidad en este acto que pone de nuevo de relieve la falta de respeto a las actividades humanitarias del CICR.
Los cuerpos de los 6 colaboradores del CICR fueron encontrados a 30 kilómetros de Bunia, cerca de la frontera con Uganda.
Los miembros del equipo del CICR viajaban en dos vehículos señalados con la cruz roja y efectuaban una misión de asistencia en la región.
El CICR suspendió hasta nuevo aviso sus actividades en la región donde ocurrió la masacre, en la provincia de Ituri.
Actualmente, una comisión de la zona africana del Comité evalúa la situación en la zona. Por otra parte el lunes reinician las actividades humanitarias en la región este del Congo.
El CICR condenó el ataque pero advirtió que no abandonaría sus tareas en ese país. Por solidaridad, otras organizaciones humanitarias presentes en la región decidieron suspender sus operaciones, una forma de expresar su malestar y unirse al duelo del CICR.
Las principales actividades que el CICR lleva a cabo en el Congo son asistencia alimenticia y material a decenas de miles de personas desplazadas, asistencia médica a centros de salud que cuidan a los heridos de guerra y desplazados, así como visitas regulares a las personas detenidas con relación al conflicto y diálogo con las autoridades con el fin de mejorar sus condiciones de detención.
“Siento una gran indignación por ese crimen”, destacó el presidente del CICR. “Es para mi cruel saber los límites del valor protector del emblema (de la Cruz Roja) sobre todo cuando se trata de los denominados nuevos conflictos”, añadió.
Kellenberger reconoció que aumentan los riegos para los voluntarios de la Cruz Roja y enfatizó que “el CICR asumirá sus responsabilidades en el futuro como en el pasado”.
Los compañeros de las víctimas también hicieron uso de la palabra. “Querida Rita, gracias. Gracias por tu generosidad (…) esos pequeños episodios que vivimos contigo están grabados en el corazón”, señaló conmovida Hanna Mollan, delegada de comunicación.
A su vez, Juan Martínez recordó los versos de Machado:”Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar/pasar haciendo caminos/caminos sobre la mar” que, enfatizó, “tú leías Julio con los ojos del corazón”.
Yacine Sar, asistenta de producción concluyó así su alocución “En los cuentos de mi país se dice (…) que quien quiere miel ha de arrostrar el peligro de las abejas. Rezo para que donde estéis la miel mane a raudales”.
Patricia Islas Züttel
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