Exposiciones suiza y española celebran a Giacometti
El gran artista, pintor y escultor Alberto Giacometti, nacido en el cantón de los Grisones hace casi 100 años (Stampa 1901-Coira 1966) recibe un homenaje anticipado en Suiza y España a través de dos retrospectivas del arte universal del célebre suizo.
“Diàlogos con el Arte” se llama la exposición inaugurada el 16 de septiembre en el Museo de Arte de Mendrisio (ciudad del Tesino) y que permanecerá abierta hasta el 12 de noviembre del 2000.
Así mismo, el 7 de diciembre, el Museo Julio González del Instituto Valenciano de Arte Moderno inaugurará esta exposición en la ciudad andaluza. Se podrá visitar hasta el 25 de febrero del 2001.
Los expertos suizos Simone Soldini y Casimiro di Crescenzo expondrán en España gran parte de los cuadros, dibujos y bosquejos que testimonian el interés que tuvo el maestro Giacometti por el arte universal. Se excluirán quizás, por su fragilidad, sólo los yesos.
En Tesino el maestro Giacometti ha estado considerado desde siempre un artista de casa, aunque haya nacido en los Grisones. De hecho, una de las galerías más importantes dedicadas al artista es la Pieter Coray, de Lugano, en donde se pueden encontrar telas y dibujos raros del artista.
El hilo conductor de esta muestra del arte giacomettiano es la copia. Desde pequeño, el artista sintió la necesidad de imitar no solo aquello que veía en la realidad o los paisajes de la naturaleza.
Comenzó copiando también las obras maestras del arte antiguo, garabateando en los libros de la biblioteca de su padre, quien tuvo la paciencia de aceptar que Alberto se ejercitara dibujando con el lápiz en los bordes de las páginas.
Se daba cuenta – él mismo, pintor – que a su hijo se le ocurría, para su aprendizaje, comenzar copiando aquello que habían realizado los grandes artistas del pasado: los griegos, los egipcios (especialmente), los sumerios… y hasta los aztecas.
Sin olvidar la imitación del mejor arte italiano: Cimabué, Giotto, Miguel Angel y los modernos: Matisse, Van Gogh y Cézanne (quien tuvo una influencia enorme sobre el artista suizo).
El ejercicio de la imitación acompañó a Giacometti hasta pasados los 50 años, de manera que llegó a copiar a sus contemporáneos Picasso y Braque, entre otros. Era una necesidad tener esta actividad paralela a la creación de sus obras de arte. El mismo decía que para comprender lo que veía, tenía que copiarlo.
Los historiadores Simone Soldini (director del Museo de Mendrisio) y Casimiro di Crescenzo, han realizado el hallazgo de reunir más de 100 dibujos provenientes de importantes museos europeos (el Guggenheim de Venecia, el Bucher de París, la Fundación Beyeler, en Riehen) y conjugarlos con sus modelos originales, obras maestras de todos los tiempos, cuyas fotografías aparecen junto a las obras del artista grisonés.
Como la exposición también tiene la intención de llegar a todos los públicos (no sólo a los especialistas), se han incluido famosas esculturas, por ejemplo los bronces “La mujer sin cabeza” y “Elie Lotar III”, o cuadros conocidos como “El retrato de Annette” y “Campesina de Bregaglia”.
Según Casimiro di Crescenzo esta labor incansable de copista le ha hecho un gran favor a los historiadores y a los críticos, porque “las copias restituyen el itinerario del trabajo del artista, revelando sus intereses, sus obsesiones, sus predilecciones y curiosidades”.
La exposición de Mendrisio va más allá de lo ordinario. Aquí no se ha tratado sólo de juntar el material que ya existía y de exponerlo. Se procedió sobre la base de una intuición preexistente, buscando lo que ya se presentía. Descubrir la relación entre los diferentes elementos que constituyen la historia del arte figurativo, por una parte, y este artista, por la otra. Como una cadena en la cual Giacometti es un anillo indispensable.
Lupita Avliés
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