Festival en torno al órgano más viejo del mundo
Comienza en Sion, la 32ª edición del Festival Internacional de órgano y Música Antigua. En el centro del evento figura el órgano de Valère, construido en el año 1390, restaurado y aún en funcionamiento.
Considerado como uno de los mayores acontecimientos del calendario musical del verano europeo, el Festival de órgano y Música Antigua, en Sion, capital del cantón del Valais, (suroeste de Suiza) se desarrolla en torno al órgano en funcionamiento más antiguo del mundo, en la Basílica del Castillo de Valère .
Construido en 1.390, renovado en el siglo XVI y en 1954, el venerable instrumento se encuentra en una especie de nido, a 6 metros de altura, en el fondo de la Basílica que data del siglo XII
En Suecia hay un órgano que tiene un siglo más que el de Valère, pero que no se puede tocar.
“A pesar de sus modestas dimensiones y de su edad, el órgano de Valère tiene una voz impecable, verde”, indica Guy Bovet, reputado concertista suizo que ha publicado más de 50 discos con sus propias ejecuciones en numerosos instrumentos de carácter histórico.
El programa del festival propone obras que van desde la música casi contemporánea del órgano de Valère, hasta piezas del siglo XX.
Pierre Alain Clerc, organista titular de las iglesias de St-Laurent y St-Paul, de Lausana y Pascale van Koppenolle, organista de Luxemburgo, figuran entre los platos fuertes del programa. Mario Duella, organista italiano, interpretará sonatas, fugas y toccatas de Mozart, Bach y Haydn.
El peregrinaje a Sion para oir la voz o tocar en el órgano de la Basílica de Valère, dio origen al Festival que se realiza desde comienzos de julio, hasta finales de agosto, durante todos los sábados en la tarde.
Tocar en el anciano instrumento es una verdadera tentación para cualquier organista. La lista de espera para hacerlo es larga. El órgano del Castillo de Valère también ha permitido reactivar un valioso patrimonio musical olvidado en archivos o colecciones privadas.
Como el órgano es un instrumento muy especial porque en su calidad no sólo cuentan sus dimensiones, sino su lugar de instalación, los responsables del Festival de Sion están inquietos. Una nueva roseta que quieren abrir los arqueólogos de la Basílica podría alterar el timbre original del órgano en funcionamiento más viejo del mundo.
Jaime Ortega
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