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Ultimátum del G-20 a Suiza y a otras plazas financieras

El primer ministro británico, Gordon Brown, anuncia los resultados del G-20, en Londres, en abril pasado. Keystone

Desde Londres, el grupo de potencias industrializadas y emergentes fijó el mes de marzo del 2010 como límite para que los países de la "lista gris" de la OCDE prueben que actúan contra la evasión fiscal.

Suiza adelantó que en otoño presentará una nueva estrategia para adecuar cabalmente su plaza financiera a las nuevas reglas internacionales, esfuerzo que espera ver recompensado con su ingreso a la «lista blanca» de la OCDE.

Los paraísos fiscales desaparecieron en el mundo en 2009.

El pasado 2 de abril, Filipinas, Malasia, Costa Rica y Uruguay fueron catalogados, según criterios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), como países promotores voluntarios de la evasión y el fraude fiscal, lo que los colocó en una incómoda «lista negra».

Un veredicto que fue dado en la capital británica durante la cumbre del G-20, un encuentro en el que también se presentó un «listado gris» que comprendía a una treintena de plazas financieras, entre ellas Suiza, Austria, Luxemburgo y Bélgica, que se habían comprometido a ser más trasparentes en términos fiscales, pero que no habían pasado a los hechos.

Las cuatro ovejas negras iniciales reaccionaron de inmediato, expresaron su voluntad de cambio y en menos de una semana se habían mudado a la «lista gris».
Desde entonces, un total de 38 países, cuestionados por los alcances de su transparencia fiscal, trabajan en las reformas legales necesarias para ceñirse a los criterios de la OCDE.

Para imprimir celeridad al proceso, el G-20 decidió lanzar un ultimátum el pasado sábado (05.09): los países «grises» tienen sólo seis meses para cumplir con la cruzada contra la evasión y el fraude fiscal o serán sancionados.

Fecha límite

Suiza juega un rol paradójico en la reconversión que experimenta el sistema financiero internacional. Está obligada a cumplir con las reglas del G-20, pero está fuera de este grupo aunque Hans-Rudolf Merz, presidente y ministro de Finanzas helvético, ha pedido su adhesión en reiteradas ocasiones.

La próxima Cumbre de Mandatarios y Jefes de Estado del G-20 tendrá lugar en Pittsburgh, EEUU, los próximos 24 y 25 de septiembre. Y de cara a este encuentro, los Ministros de Economía y banqueros centrales de los 20 países involucrados se reunieron en Londres el sábado pasado (05.09) para avanzar negociaciones y acuerdos.

Sus conclusiones confirman que todos aquellos países o circunscripciones comprometidas con un mayor intercambio de información fiscal y bancaria entre gobiernos deben probar a más tardar en marzo del 2010 que participan activamente en investigaciones contra evasión de impuestos.

«Nos enfrentaremos a las jurisdicciones no cooperativas (JNC) y se echará a andar un programa eficaz de evaluación entre pares –entre países-, con capacitación prevista; quien no cumpla, será sancionado», cita el documento.

Y los técnicos del G-20 precisan que será el Foro de Estabilidad Financiera (FSF), entidad basada en Basilea, el responsable de presentar en noviembre próximo los criterios específicos que deben ser cumplidos por los países de la «lista gris» para no ser sancionados.

Los castigos concretos aún están pendientes y forman parte de la agenda de pendientes de Pittsburgh.

Contra los malos banqueros

Otros dos temas abordados el sábado pasado fueron el pago de bonos millonarios a banqueros y los nuevos criterios de capitalización para las instituciones financieras.

El G-20 acaba de iniciar un proceso en busca de prácticas que eviten la toma excesiva de riesgos y los bonos millonarios para los ejecutivos bancarios.

«Se requiere transparencia en la estructura de remuneraciones (directivas) y evitar el pago de bonos garantizados», señaló.

Suiza vivió su propio debate al respecto en 2008 luego de que el UBS fuera criticado por la prensa y la opinión pública por pagar onerosos premios a sus ejecutivos cuando el banco estaba a punto de la quiebra y requería un recate gubernamental. El banco número uno de Suiza optó por anunciar un nuevo esquema de remuneraciones para sus directivos que otorga recompensas sólo si la institución es rentable.

En Londres se pidió también elevar la capitalización de las instituciones para contar con instituciones capaces de resistir los embates de una economía cada vez más globalizada.

Rumbo a la «lista blanca»

Como se citó, Suiza está fuera del G-20, por lo que no puede participar activamente en sus debates. Sin embargo, mientras los ministros y banqueros centrales debatían, el presidente y ministro de Finanzas helvético se pronunciaba en Berna sobre los mismos temas.

Antes empresarios, Hans-Rudolf Merz afirmó que «la competencia entre las plazas financieras internacionales es feroz, pero la crisis actual ha aumentado la tensión».

Adelantó que en otoño próximo, Suiza presentará una nueva estrategia para su plaza financiera a fin de adaptarla a las nuevas condiciones de los mercados internacionales. «Muchas cosas han cambiado en poco tiempo y necesitamos reglamentaciones simples, pero eficaces», dijo y agregó que Suiza no ha logrado escapar a las presiones que se ciernen sobre el secreto bancario, por lo que está convencida de apegarse a los criterios de la OCDE.

Y finalmente, ante la disposición y avances helvéticos, lanzó una petición expresa: «Esperamos que la OCDE y el G-20 nos rayen pronto de la famosa lista gris».

Andrea Ornelas, swissinfo.ch

Suiza anunció una flexibilización a su secreto bancario el 13 de marzo del 2009 que implicó reconocer la evasión fiscal como delito y motivo de colaboración con otros gobiernos. Desde entonces trabaja en adecuar su marco legal financiero a los requerimientos de la OCDE.

El Consejo de Estabilidad Financiera (FSB por su siglas en inglés) colabora con el FMI en la tarea de identificar riesgos para el sistema financiero internacional, regular mercados y ayuda a supervisar que los compromisos se cumplan.

El G-20, principal rector de la reforma que vive el sistema financiero internacional, está conformado por los ocho países más industrializados del orbe, la Unión Europea y potencias emergentes. Es un grupo de cooperación y consulta.

El principal criterio que Suiza debe cumplir para apegarse a los criterios de la OCDE en materia de intercambio de información bancaria y fiscal, es la firma de 12 convenios para evitar la doble tributación (CDI´s).

Esto es, debe pactar con al menos 12 naciones acuerdos que consientan la entrega de coordenadas de los clientes extranjeros de la plaza financiera helvética cuando se presuma evasión.

Hasta el 07.09, Suiza ha cumplido con el 50% de la cuota, es decir, lleva firmados seis CDI´s (Gran Bretaña, Austria, Dinamarca, Francia, Luxemburgo y Noruega). Y dispone de otros ocho acuerdos más inicialados –terminados de negociar a nivel técnico, pero que aguardan la firma de los respectivos gobiernos- con EEUU,

Finlandia, Japón, México, Holanda, Polonia, Qatar y Singapur.

Si todo avanza según los planes del gobierno suizo y el Parlamento respalda los nuevos CDI´s en el periodo de sesiones que acaba de iniciar, Suiza podría firmar los seis acuerdos que le faltan antes de diciembre del 2009, y cumplir con el perfil para ingresar a la «lista blanca» de la OCDE de países colaboradores en materia de intercambio de información.

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