Helvetia celebra su tradición
Así denominaron los romanos el territorio de la actual Suiza y así se llama también la colonia helvética en el estado de São Paolo, fundada en 1888.
Desde esa fecha, sus habitantes han mantenido vivas las costumbres helvéticas. Cada 1 de agosto celebran la Fiesta de la Tradición.
Desde lejos se oyen los tiros de los ballesteros. Al aproximarnos a la colonia escuchamos música folclórica suiza. Un montón de gente vestida con los trajes tradicionales del país alpino se acerca para recibirnos.
En algún que otro lugar vemos a un lanzador de banderas o a tres descendientes de Guillermo Tell tocando el cuerno alpino. Y el menú consiste en ‘Schüblig’ (salchicha) y ensalada de patatas.
Festejo con suizos
La colonia Helvetia celebra el Día Nacional de Suiza desde 1977 y lo hace con mucho amor y fiel a la tradición. Los festejos incluyen fuegos artificiales, así como competiciones de ballesteros y lanzamiento de banderas. Y no podían faltar el ‘jodel’ ni los bailes folclóricos.
Para mantener presentes las costumbres suizas y no perder del todo sus raíces, los habitantes de la colonia invitan cada año a un grupo de compatriotas a celebrar con ellos el 1 de agosto en tierras brasileñas. La mayoría de los invitados son del semicantón de Obwald (Suiza central).
Trabajar como esclavos
De Obwald eran oriundas las cuatro familias – los Amstiel, Amstalden, Bannwart y Wolf – que en 1888 compraron dos fincas de un terrateniente brasileño y fundaron la colonia ‘Helvetia’.
Habían emigrado de Suiza debido a la grave crisis económica provocada por la guerra del ‘Sonderbund’ y llegaron a Brasil en 1854 para trabajar en las haciendas junto con los esclavos.
Venían de las comunas de Giswil, Lungern, Stalden, Stans y Sarnen y trabajaban en las plantaciones de café tan duro como entonces los esclavos. Pero los suizos consiguieron comprar su libertad.
Las cuatro familias compraron una finca de 1.900 hectáreas. Otras familias de Obwald se fueron sumando paulatinamente a la recién fundada colonia y compraron tierras alrededor. Y así, en tan sólo doce años, los suizos consiguieron duplicar su propiedad.
Pérdida casi total del dialecto
Los cerca de 8.000 descendientes de las cuatro familias fundadoras viven hoy en unas 180 comunas brasileñas y siete países diferentes. Son pocos los que han regresado a Suiza.
Unos 300 residen aún hoy en la colonia Helvetia, que hoy forma parte de las comunas de Campinas e Indaiatuba, donde vive la mayoría de los descendientes de los primeros emigrantes suizos.
Uno de ellos es Luiz José Siegrist, doctor en Filosofía y profesor de la Universidad Estatal de Campinas, cuyos abuelos fueron una de las familias fundadoras de la colonia Helvetia.
Aunque en casa siempre habló dialecto suizo alemán, hoy Siegrist apenas puede articular palabra en la lengua de sus ancestros. “Pero todavía entiendo bastante”. Lo mismo les ocurre a los otros descendientes de suizos.
Pero eso no es un obstáculo para mantener vivo el contacto con Suiza. Los habitantes de la Helvetia brasileña siguen carteándose con sus familiares en la Helvetia europea. Y los brasileños cruzan regularmente el charco para visitar la patria de sus antepasados.
Las tradiciones siguen vivas
Hoy los suizos están organizados en tres asociaciones (iglesia, escuela y ballesteros). En Helvetia se juegan al ‘jassen’ (juego de cartas), se baila al son de los ritmos folclóricos de los Alpes y se canta el ‘jodel’.
El club de ‘jodel’ lo dirige Arnold Heuberger, que lleva solamente dos años viviendo en Brasil. También es originario de Obwald. Visitó la colonia por primera vez con motivo de los festejos conmemorativos del primer centenario de su fundación de Helvetia.
Fue así que conoció a su esposa. Y después de vivir juntos en Suiza, decidió vender todo lo que tenía y establecerse en tierras brasileñas.
En Helvetia fundó el club de jodel, con el que suele actuar regularmente, como por ejemplo en la Fiesta de la Tradición, el 1 de agosto.
swissinfo, Brigitte Ariane Müller
(Traducción: Belén Couceiro)
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