La cámara y el corazón de Flor Garduño
El Museo de Arte Moderno de Ascona, en el Cantón Tesino, presenta dos exposiciones de la fotógrafa mexicana.
El sábado 22 se inauguró la primera de las muestras, con fotografías contenidas en el reciente libro de Garduño: “Mujer”. La segunda exposición, imágenes realizadas con la técnica del platino-paladio, abrirá sus puertas el sábado 3 de agosto, en el segundo piso del mismo museo de Ascona.
La artista suizo-mexicana, conocida internacionalmente sobre todo por su libro “Testigos del tiempo”, y que swissinfo presentó a sus lectores el pasado mes de enero, aparece en su cuarto ciclo de trabajo fotográfico, resultado de diez años de actividad.
Esta vez se trata de actividad realizada “en estudio”, en los espacios interiores de la casa familiar, lugar tanto de afectos como de afanes profesionales, dos dimensiones que Flor ha logrado reflejar en cada cuadro, donde la protagonista es la mujer latina y mediterránea, detenida en diferentes momentos de su existencia: purísimos desnudos de niñas, adolescentes diáfanas o mujeres en plenitud fecunda.
Fotografías que muestran con intimidad lo suave del mundo femenino y su erotismo. Cuerpos de mujer expuestos, frágiles y hermosos, aunque no perfectos. Desnudez que se presenta a la mirada de la artista mujer, quien, por serlo, retorna al espectador una imagen nueva de feminidad. Como explica la misma artista a swissinfo: “el cuerpo erotizado por un ojo apasionado, pero que no intenta apoderarse de él, no pretende poseerlo, sino que lo deja ser, mostrarse, como el acaecer de la belleza entre nosotros: una revelación”.
La mirada de una mujer
Con modestia segura, Flor añade: “soy sólo un canal: yo abro mi corazón a esas imágenes divinas. Porque la creatividad no pertenece al individuo, es algo que allí está, que se da cuando alguien entra en relación con el mundo. Todo está siempre por suceder.”
Hermosas, misteriosas palabras de mujer sensible y aguda, sólida, curiosa, emotiva. Una artista latinoamericana que va por el mundo preparando su cámara “y su corazón” (como ella subraya a menudo) para que el mundo se acerque a su imán, se sienta atraído por una mirada sabia y tierna.
A partir del 4 de agosto se podrá visitar también la segunda exposición, “Obras al platino-paladio”. Se trata de 30 estampas de diferentes tamaños, exaltadas por esta técnica refinada, considerada un margen extremo del arte fotográfico.
Consiste en sensibilizar con sales de platino y paladio un papel de dibujo; exponerlo a los rayos ultravioleta filtrados de un negativo, y aclarar luego con ácido clorhídrico. Se obtienen imágenes que, cuando se impregnan en el papel, dan las sensaciones de profundidad y relieve.
Muy interesante será poder comparar algunas de las fotografías de la exposición de la planta baja con la versión de las mismas en precioso platino-paladio, colocadas para la ocasión en el segundo piso del acogedor museo, que se encuentra a las afueras de Locarno.
Precisamente, la cita de agosto con el Festival Internacional de Cine pudiera ser la ocasión para aprovechar del viaje y poder conocer el espléndido trabajo de la afirmada fotógrafa, mitad suiza, mitad mexicana.
Las dos exposiciones quedan abiertas hasta el 6 de octubre 2002.
Lupita Avilés
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