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La leche de vaca podría proteger contra el asma

"Los hijos de granjeros son más saludables": más que una hipótesis. (Imagen: Marco Waser)

Niños que a temprana edad comienzan a tomar leche fresca de granja reducen el riesgo de alergias en la edad escolar.

No obstante se desconoce por qué crece el número de menores alérgicos. Para saber más al respecto, investigadores de Basilea realizaron un estudio en el que participaron 14.000 niños.

La leche de vaca tiene mala fama como alimento infantil. Desde el punto de vista alimenticio no cubre los requerimientos fisiológicos de un lactante. Menores que durante mucho tiempo fueron alimentados sólo con leche de vaca padecen con frecuencia deficiencias de hierro.

Sin embargo ahora se ha dado a conocer un lado positivo de la leche de vaca. En un estudio del Instituto de Medicina Preventiva y Social de Basilea, el epidemiólogo Marco Waser y su equipo pudieron observar que los niños menores de un año que han ingerido leche fresca de granja, hervida o no, vieron reducidas en 30% las posibilidades de enfermar de asma. Además, en ellos disminuyó en 40% la incidencia de alergia al polen.

“Notamos que el efecto protector fue mayor en los menores que han consumido con frecuencia leche de granja”, explica Waser.

No se requiere ser niño de granja para beneficiarse de los efectos de la leche fresca

La información ha sido recogida del estudio Parsifal en el que tomaron parte 14.000 menores. “Lo sorprendente es que el efecto de protección de la leche fresca no depende de que el niño viva o no en la granja”, apunta Marco Waser sobre los resultados de la investigación. “Esto abre nuevas perspectivas para la implementación de medidas profilácticas en ese sentido.”

El asma es actualmente una de las enfermedades más frecuentes en los países industrializados, junto con las alergias al polen. Aún se especula sobre las razones de este fenómeno. Entre las causas se menciona la contaminación ambiental y los cambios en las costumbres alimenticias y en el modo de vida de la gente. La hipótesis de la higiene también tiene muchos adeptos que sostienen que vivir en un entorno exageradamente limpio no permite estimular al sistema inmunológico en las primeras etapas de vida del niño.

“La hipótesis en torno a la higiene parece tener pilares sólidos”, dice Roger Lauener, pediatra y alergiólogo del Hospital Infantil de Zúrich, uno de los expertos más reconocidos en este ámbito. Esta hipótesis también respalda la teoría de porqué los niños que viven en la granja son más sanos.

“De otros estudios sabemos que los niños con hermanos mayores padecen menos alergias, al parecer porque en los primeros años de su vida padecieron más enfermedades infecciosas como, por ejemplo, los resfriados. Lo mismo ocurre con los niños que acuden a temprana edad a una guardería.

Aún falta mucho por descubrir

En lo que respecta al efecto protector de la leche de vaca, aún queda mucho por esclarecer. Es posible que en este caso también tenga una influencia la concentración de microbios. Lo asombroso de esto es que el estudio muestra que no hay diferencia entre el consumo de leche fresca, hervida o no. Además, según este análisis no tendría ningún efecto protector el consumo de otros productos frescos de granja, como verdura o fruta.

Por eso se discute también sobre el efecto de otros componentes lácteos, además de los microbios, como por ejemplo el ácido graso Omega 3.

Los investigadores esperan resultados más consistentes del análisis de los resultados del estudio Pasture, en el que se ha seguido durante cuatro años el desarrollo alergiológico de 500 niños provenientes de familias campesinas y 500 menores que viven en otros entornos. En esta investigación también se ha observado el efecto de la leche materna y de vaca en los menores.

Pese a todo: leche de vaca a partir de los dos años de vida

Hasta que se sepa más sobre el tema no se recomiendan cambios en la dieta alimenticia de los lactantes hasta ahora aplicada. Pues a pesar de las cada vez más elevadas normas higiénicas en la leche de vaca no pasteurizada, persiste el riesgo de gérmenes peligrosos como la salmonera o Escherichia coli, infecciones graves que pueden dejar daños permanentes en el organismo. Además, los bebés pueden desarrollar una alergia a la proteína contenida en la leche de vaca.

La recomendación de los pediatras suizos es que el pequeño reciba leche de vaca a partir del segundo año de edad. Una forma de evitar la mayoría de las afecciones posibles, aunque al parecer se pierda gran parte de la fuerza preventiva contra las alergias. “Esos efectos tienen un papel significativo en los primeros años de edad del niño”, dice Lauener.

swissinfo, Matthias Meili
(Traducido por Patricia Islas)

El grupo de trabajo “alergia y medio ambiente” del Instituto de Medicina Preventiva y Social de Basilea participa en diversos estudios internacionales sobre el desarrollo de las alergias.

Una alergia es una enfermedad del sistema inmune.

Parte del sistema inmune reacciona de forma hipersensible al contacto con partículas inofensivas del medio ambiente.

No se nace con alergia alguna, sino que se adquiere durante el transcurso de la vida.

Cada décimo niño en Suiza padece asma y cada tercer suizo es alérgico.

El polen de pasto es el factor que con más frecuencia provoca alergias, seguido de los ácaros, el polen del abedul y el cabello de gato.

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