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La población extranjera también tiende a reducirse

Suiza es el único país de Europa que aún basa sus criterios de nacionalidad en las decisiones comunales. swissinfo.ch

Con o sin los cambios en la Ley de la Nacionalidad, el número oficial de extranjeros disminuiría en los próximos años.

En ningún otro país europeo como en Suiza el peso histórico de la comuna determina el concepto de nacionalidad, indica un estudio de Avenir Suisse.

Un estudio encargado por la fundación Avenir Suisse -creada en 1999 por 14 de las más importantes multinacionales del país para analizar el desarrollo económico, social y político de Suiza-, muestra diversos escenarios en el desarrollo futuro de la población extranjera, con base en el proceso de naturalizaciones.

La investigación se basó en los posibles cambios previstos en el proyecto de modificaciones de la Ley de la Nacionalidad, que ya fue estudiado y aprobado por el Parlamento Federal, pero aún falta el visto bueno de la ciudadanía helvética.

El documento, elaborado por Rainer Münz, Ralf Ulrich, Gianni D’Amato y Philippe Wanner, sirve de base explicativa histórica para conocer el estado actual de la política de naturalizaciones helvética.

Describe que Francia y Suiza fueron los primeros países europeos en el siglo XIX que ocuparon fuerza laboral extranjera, pero Francia tuvo una evolución más rápida en materia de nacionalizaciones, en comparación con su vecina.

Esto se debió en gran parte -explica la investigación-, a que Suiza mantuvo y mantiene el principio de que aquel que no sea ciudadano de una comuna específica, no puede ser ciudadano suizo.

Y Suiza es el único país de Europa que aún basa sus criterios de nacionalidad en las decisiones comunales.

Complejo sistema de naturalización

Un hecho histórico determinante que hace que Suiza se diferencie de sus vecinos europeos y mantenga una cuota alta de extranjeros.

Por ejemplo, en Francia la población extranjera sólo ocupa el 5,6% del total.

De hecho, el país del hexágono otorga anualmente la nacionalidad a entre 4 y 5% de su población extranjera.

“Una gran proporción de las naturalizaciones se dirige a los miembros de la segunda generación en edades comprendidas entre los 16 y los 18 años de edad”, menciona la investigación.

Desarrollo migratorio

A mediados del siglo XX vivían en Suiza alrededor de 285.000 extranjeros, la mayoría de ellos ocupados en el mercado laboral (6,1% de la población total).

Hasta 1970, su cifra se cuadruplicó para alcanzar el 17,4% de la población total (1,08 millones).

En 1981 diversos factores provocaron una disminución del porcentaje de extranjeros para situarse en 14,6% (931.000 personas) pero entre 1986 y 1995 Suiza registró de nuevo mayor inmigración y menos retornos.

Estado actual

La Oficina Federal de Estadísticas observa que 57% del millón y medio de extranjeros que actualmente viven en Suiza proviene de alguno de los 15 países que componen la UE.

Los italianos son el grupo más numeroso. 327.000 personas componen el 21,3% del total de extranjeros.

De Serbia (Kosovo) y Montenegro proviene el 13,7% del total de la población extranjera, 8,6% son alemanes, 9,7% portugueses y 5,5% españoles.

Grecia y Suiza, excepciones

“En todos los Estados occidentales de Europa los inmigrantes tienen la posibilidad de obtener la nacionalidad tras cumplir un plazo determinado de estancia en el país”, describe el estudio.

En cada país varía este plazo, que se sitúa alrededor de los 4 y 10 años, pero “en casi todos ellos existe el derecho a solicitar la nacionalidad, con excepción de Grecia y Suiza”.

En el caso de los extranjeros casados con un nacional, casi todos los Estados Europeos otorgan facilidades para que obtengan la nacionalidad.

En Suiza, el cónyuge extranjero puede obtener la nacionalidad pasados entre 3 a 5 años de estancia en el país. Una forma de evitar “falsos matrimonios” en un país en donde hasta 1992 el contrato matrimonial otorgaba la nacionalidad como derecho automático.

El último proceso de la integración

El proceso natural de adaptación de los extranjeros nacidos en Suiza marca significativamente su interés por obtener la nacionalidad del país que les vio crecer. Por el contrario, sus padres, los verdaderos inmigrantes, son más reticentes a pedir el pasaporte rojo con la cruz blanca y prefieren pasar sus últimos años de vida en su país de origen.

“Cerca de la mitad de los extranjeros que viven en Suiza (es decir, alrededor de 738.000) cumplirían las condiciones mínimas federales para su naturalización”, indica el modelo de simulación demográfica presentado en el estudio de Avenir Suisse.

“El número de extranjeros en Suiza disminuirá, incluso sin la revisión del derecho a la naturalización”, apuntan los especialistas.

En ese marco, en 2025, habría 19,5% de extranjeros en Suiza. En 2050, 18%.

Y en caso de que la revisión sea aprobada por la ciudadanía suiza, “la proporción de extranjeros descenderá más rápidamente” a 17,5% en 2025 y a 14,7% en 2050, según el escenario de la investigación.

“La entrada en vigor de la revisión, provocaría un número de naturalizaciones de un grupo que esta en una posición de ‘semi-integración’, que viven en Suiza desde hace más de 15 años. Pero, para un demógrafo, la naturalización no cambia el crecimiento de la población. Sólo interviene para modificar la proporción de extranjeros”, comenta al respecto Philippe Wanner, del FSEE.

swissinfo, Patricia Islas Züttel

Escala europea según la OCDE (2000/2001) del porcentaje de los extranjeros en la población total:

Luxemburgo 37.3%
Liechtenstein 35,6%
Suiza 20%
Austria 9,1%
Alemania 8,9%
Bélgica 8,4%
Francia 5,6%
Suecia 5,4%
Dinamarca 4,8%
Países Bajos 4,1%
Gran Bretaña 4,1%
Noruega 4%
Irlanda 3,3%
Italia 2,2%
España 2,2%
Portugal 1,9%
Finlandia 1,8%
Grecia 1,6%

En septiembre de 2003 concluyó la revisión en el Parlamento del derecho a la naturalización.

El pueblo deberá votar esta modificación en referéndum obligatorio ya que exige cambios en la constitución.

Las modificaciones prevén el derecho automático a la naturalización de los miembros de la tercera generación de extranjeros, nacidos en Suiza, en caso de que los padres no se opongan.

Bajo algunas condiciones, facilitaría a los jóvenes de la segunda generación de extranjeros la posesión del pasaporte rojo con la cruz blanca.

Los costos administrativos también disminuirían. Actualmente, los tramites de la nacionalidad pueden ascender a 10.000 francos suizos.

Con un incremento en el número de naturalizaciones la población extranjera oficial disminuirá, en caso de que la inmigración legal se mantenga estable.

Un estudio de Avenir Susse buscó definir la forma en que se desarrollará el número de extranjeros en Suiza en las próximas décadas, en diversos escenarios y ante las eventuales modificaciones de ley.

Suiza, junto con Francia, es el país con la más vieja tradición de inmigración en Europa.

A partir de 1945, Suiza se convirtió en uno de los países más importantes de destino de la inmigración internacional.

Sin embargo, Suiza se ha mostrado restrictiva en su política para otorgar la nacionalidad.

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